El Parlamento de L¨ªbano desaf¨ªa la revuelta y designa de nuevo al primer ministro prosirio
El movimiento chi¨ª Hezbol¨¢ logra imponer a Omar Karam¨¦, que dimiti¨® hace diez d¨ªas
Diez d¨ªas despu¨¦s de que una revuelta popular forzase al primer ministro prosirio, Omar Karam¨¦, de 70 a?os, a presentar su dimisi¨®n, el Parlamento de Beirut le ha pedido que vuelva a hacerse cargo del Gobierno. La decisi¨®n fue tomada ayer con el voto a favor de 69 parlamentarios de los 128 que componen la C¨¢mara. La designaci¨®n oficial por parte del Legislativo supone un golpe de tim¨®n de los sectores contrarrevolucionarios y prosirios frente a los logros de la oposici¨®n. El Ejecutivo de Karam¨¦ ser¨¢ el encargado de organizar las pr¨®ximas elecciones.
La moci¨®n en favor de Karam¨¦ como nuevo jefe de Gobierno fue impulsada por los 12 diputados de la formaci¨®n fundamentalista chi¨ª Hezbol¨¢, que el martes realiz¨® una formidable demostraci¨®n de fuerza en las calles de capital. Fue seguida por los 14 diputados de Nabi Berri, el ex jefe de las milicias chi¨ªes de Amal, convertido ahora en presidente del Parlamento. A ellos se sumaron ocho seguidores del ministro del Interior, Soleiman Frangie, varios peque?os grupos parlamentarios y diputados a t¨ªtulo individual.
La propuesta de esta mayor¨ªa parlamentaria -caracterizada por su fidelidad inquebrantable a Siria, su oposici¨®n a la resoluci¨®n 1559 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y su resistencia a que las tropas de Damasco abandonen el pa¨ªs- se produce 24 horas despu¨¦s de la gran manifestaci¨®n del martes convocada por Hezbol¨¢. Seg¨²n los partidos gubernamentales, en ella participaron entre medio mill¨®n y un mill¨®n de personas, bastantes m¨¢s de los congregados por la oposici¨®n.
El retorno de Karam¨¦ a la escena pol¨ªtica depende ahora del presidente Emile Lahoud, otro destacado prosirio, que constitucionalmente es el encargado de proponer el nombre de Karam¨¦ como candidato a primer ministro y darle el encargo de formar nuevo Gobierno. Si Lahoud decidiera dar este paso, ser¨ªa el tercer Gobierno de Karam¨¦ en poco menos de 15 a?os.
Karam¨¦ fue por primera vez jefe del Gobierno de 1990 a 1992, pero tuvo que dimitir por una serie de protestas populares provocadas por el encarecimiento de los productos b¨¢sicos. Su segundo mandato empez¨® el 21 de octubre de 2004 tras la dimisi¨®n de Rafik Hariri y dur¨® s¨®lo cuatro meses, ya que dimiti¨® el pasado 28 de febrero.
El retorno de Karam¨¦ a la escena pol¨ªtica permitir¨¢ a los sectores prosirios dar marcha atr¨¢s en la historia, recuperar la fuerza moral debilitada tras el estallido de la primavera libanesa y recobrar el espacio pol¨ªtico perdido en las ¨²ltimas semanas. Pero, adem¨¢s, desde un punto de vista pr¨¢ctico, con Karam¨¦ al frente del Gobierno las fuerzas prosirias obtendr¨¢n una importante ventaja antes de las elecciones legislativas, que se celebrar¨¢n la pr¨®xima primavera, y podr¨¢n por ¨²ltimo intervenir en el comit¨¦ de negociaci¨®n entre L¨ªbano y Siria, que debe establecer la fecha de retirada definitiva de las tropas sirias.
Los 44 diputados de la oposici¨®n han evitado, por el momento, enfrentarse de manera abierta al retorno de Karam¨¦, pero han recordado una serie de reivindicaciones para formar parte del futuro Ejecutivo. Entre ¨¦stas se encuentra la dimisi¨®n de los siete jefes policiales y miembros de la judicatura, as¨ª como una investigaci¨®n independiente sobre el asesinato de Hariri.
El posible retorno del odiado Karam¨¦ no ha provocado a¨²n la reacci¨®n de los protagonistas de la primavera libanesa, pero no se descarta una respuesta contundente, que podr¨ªa traducirse en las pr¨®ximas horas con nuevas manifestaciones callejeras, lo que podr¨ªa comportar un enfrentamiento abierto entre los dos sectores de la sociedad libanesa.
La dimisi¨®n de Karam¨¦ hace 10 d¨ªas fue aplaudida por los sectores de la oposici¨®n, pero al mismo tiempo por la comunidad internacional, que consideraba su salida como el primer triunfo de la revuelta popular y un s¨ªntoma de que se empezaba a caminar por un proceso de democratizaci¨®n e independencia, lejos de la tutela siria. Lo que nadie sopesaba entonces era la capacidad de resistencia del sector prosirio, que se niega a ceder y quiere continuar gobernando en L¨ªbano.
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