La larga guerra contra la yihad
Estamos ante una reflexi¨®n estrat¨¦gica en torno a la lucha contra el terrorismo isl¨¢mico, elaborada por un grupo de expertos de la Fundaci¨®n Century, a cuya cabeza se encuentra Richard A. Clarke, hombre con una prolongada carrera de asesoramiento a la presidencia de Estados Unidos en materias de seguridad y de antiterrorismo. El informe parte de una estimaci¨®n muy cr¨ªtica de la pol¨ªtica exterior y antiterrorista de la Administraci¨®n de Bush y de una valoraci¨®n pesimista del desgaste causado desde el 11-S al entramado organizativo de Al Qaeda. Consecuencia: "El principal desaf¨ªo en materia de seguridad nacional al que Estados Unidos habr¨¢ de enfrentarse en el futuro inmediato y, probablemente, tambi¨¦n en la pr¨®xima generaci¨®n ser¨¢ la red internacional del terrorismo yihadista".
C?MO DERROTAR A LOS YIHADISTAS. UN PLAN DE ACCI?N
Richard A. Clarke (director)
Taurus. Madrid, 2005
214 p¨¢ginas. 17,50 euros
Hay que tener en cuenta
asimismo que ¨¦ste persigue un objetivo bien concreto: "Secuestrar al islam (sic) y utilizar la violencia para sustituir a los gobiernos existentes por teocracias". Una estrategia orientada con cautela a la democratizaci¨®n de los reg¨ªmenes aliados ocupa, pues, un lugar preferente en el programa antiyihad.
La actuaci¨®n contra ese
enemigo ha de tomar nota de la existencia de una serie de c¨ªrculos conc¨¦ntricos sobre los cuales conviene incidir, desde el central compuesto por unos pocos miles de militantes (Al Qaeda) hasta los c¨ªrculos externos de simpatizantes, estimados entre 200 y 500 millones de creyentes, y de musulmanes en general, 1.500 millones.
Las cifras pueden ser discutibles, pero el resultado no var¨ªa: hay que diversificar las pol¨ªticas, teniendo en cuenta que la lucha dirigida contra la red de Al Qaeda y los grupos yihadistas no puede ser aislada de los efectos producidos sobre la opini¨®n p¨²blica de las sociedades musulmanas. En ambos aspectos, la guerra de Irak habr¨ªa sido contraproducente. De un lado, al detraer recursos que hubieran debido ser empleados contra el enemigo principal y, de otro, al producir un alineamiento irreversible de las distintas opiniones p¨²blicas frente a Estados Unidos (y de paso frente a Occidente en su conjunto).
El libro proporciona una
importante base anal¨ªtica y de datos para una mejor comprensi¨®n del megaterrorismo. Siempre desde una perspectiva norteamericana. Europa no desempe?a un papel de importancia en el escenario trazado por el equipo de Clarke. Tampoco lo ocupa m¨¢s que en t¨¦rminos muy generales una cuesti¨®n a la que los expertos en estrategias de pol¨ªtica exterior son poco aficionados: el estudio de los soportes ideol¨®gicos, en este caso de los supuestos secuestradores del islam, de modo que nada se precisa como objetivo de actuaci¨®n a este respecto. En cambio, son muy minuciosos los estudios relativos a la dimensi¨®n t¨¦cnica del terrorismo, y consecuentemente de las medidas a adoptar en este campo. En definitiva, este "plan de acci¨®n" merece ser le¨ªdo, como complemento del texto completo del informe de la Comisi¨®n Nacional sobre el 11-S. Balance: un panorama pesimista.
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