El tripartito catal¨¢n y CiU tildan de "fraude" la s¨²bita retirada de la moci¨®n de censura del PP

Josep Piqu¨¦ sorprendi¨® ayer a propios y extra?os al anunciar inesperadamente la retirada de la moci¨®n de censura contra el Gobierno de Pasqual Maragall debatida la v¨ªspera en el Parlamento catal¨¢n. La maniobra del Partido Popular, que caus¨® un notorio enojo en el resto de los grupos parlamentarios, le permite a Piqu¨¦ utilizar esta v¨ªa legislativa en el futuro para forzar la convocatoria de otros debates encaminados a erosionar al Ejecutivo. Pero tras el terremoto pol¨ªtico que ha sacudido la pol¨ªtica catalana las ¨²ltimas semanas, el tripartito y Converg¨¨ncia i Uni¨® calificaron esta marcha atr¨¢s de "tongo" y "fraude", apelativos que afloraron de viva voz en el hemiciclo en contra del PP.

Manuela de Madre: "Piqu¨¦ quiso ser reina por un d¨ªa, pero s¨®lo es l¨ªder de una minor¨ªa"

Felip Puig: "Aunque a algunos ya les vaya bien esta teor¨ªa, no hubo pacto de silencio"

?Por qu¨¦ despu¨¦s de tanto estr¨¦pito y tras 10 horas de debate, ayer Piqu¨¦ va y retira la moci¨®n de censura? Pues, sencillamente, porque Piqu¨¦ asegur¨® que el jueves en el Parlamento los diputados y la ciudadan¨ªa asistieron a un ejercicio de "compadreo", de "reedici¨®n del oasis catal¨¢n" y de "pacto soterrado entre Converg¨¨ncia i Uni¨® y el Partit dels Socialistes para taparse las verg¨¹enzas". En definitiva, que Piqu¨¦ tiene la certeza de que ambas formaciones se conchabaron para que Pasqual Maragall entonara un tenue mea culpa por las acusaciones de corrupci¨®n contra CiU, y los nacionalistas lo aceptaran sin rechistar y retiraran la querella judicial por calumnias e injurias contra el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, el consejero de Pol¨ªtica Territorial, Joaquim Nadal, y el parlamentario de Esquerra Republicana Xavier Vendrell. Estos dos ¨²ltimos en ning¨²n momento se han disculpado por sus declaraciones, al contrario que Maragall, que pidi¨® "excusas ante los ciudadanos de Catalu?a".

"Si socialistas y convergentes se quedaron tranquilos, nosotros no. A partir de ahora, el PP ser¨¢ m¨¢s exigente que antes. No bajaremos la presi¨®n", advirti¨® Piqu¨¦. Como el dirigente popular mantiene que el jueves no se demostr¨®, pese a las reiteradas llamadas a la transparencia, la voluntad del Gobierno catal¨¢n y de CiU de "llegar hasta el fondo" de la corrupci¨®n, el Partido Popular presentar¨¢ a partir de la pr¨®xima semana en forma de iniciativas parlamentarias las propuestas que anunci¨® en el debate de la moci¨®n de censura. Entre ¨¦stas figura una reforma de la Sindicatura de Cuentas, una nueva ley de contratos, una auditor¨ªa sobre la contrataci¨®n de obra p¨²blica y la creaci¨®n de una comisi¨®n de investigaci¨®n para esclarecer el presunto pago de comisiones a los partidos pol¨ªticos. "Si el tripartito cumple sus promesas y no hay ninguna clase de componenda con CiU, lo aprobar¨¢n y no tienen que temer nada", subray¨®. Tampoco, asegur¨® Piqu¨¦, el PP "tem¨ªa nada" por el previsible resultado de la moci¨®n de censura, 15 votos a favor y 120 en contra.

Pero la seguridad con que Piqu¨¦ argument¨® su tan insospechada decisi¨®n se resquebrajaba entre los propios parlamentarios de su grupo que expresaban su recelo a que los votantes del PP y los ciudadanos comprendieran realmente las razones de esta inusual maniobra. "La verdad, no lo van a entender", se lamentaba un destacado miembro del Grupo Popular.

Te¨®ricamente, la moci¨®n de censura no ha existido porque no se lleg¨® a votar, por lo que el PP puede, si as¨ª lo desea, presentar otra la pr¨®xima semana. Pero los letrados de la C¨¢mara precisaron ayer que, antes de aceptar su tr¨¢mite, se requerir¨ªa un informe legal para dilucidar si pudiera haber indicios de fraude de ley.

El resto de los grupos parlamentarios reaccionaron con perplejidad primero e indignaci¨®n despu¨¦s ante la primera moci¨®n de censura que se retira en el Parlamento catal¨¢n justo antes de proceder a su votaci¨®n. Cuando el presidente de la C¨¢mara, Ernest Benach, anunci¨® el precipitado final del pleno y, justo antes de leer el texto institucional en recuerdo de las v¨ªctimas de los atentados de Madrid, pudieron escucharse silbidos y gritos de "tongo" y "fraude" procedentes de la bancada socialista. La protesta no lleg¨® a m¨¢s en el interior del hemiciclo pero el cruce de reproches retom¨® un volumen similar al de las ¨²ltimas semanas apenas cinco minutos despu¨¦s en la sala de prensa, por la que desfilaron los portavoces de todos los grupos parlamentarios y hasta el conseller en cap, Josep Bargall¨®.

Todos menos el PP coincidieron en acusar a Piqu¨¦ de haber cometido "fraude" al presentar una moci¨®n de censura sin exponer un programa de gobierno alternativo y retirarla cuando ya se hab¨ªa debatido. Ante este panorama, la amenaza del l¨ªder del PP de presentar otra moci¨®n de censura cuando lo crea conveniente no provoc¨® m¨¢s que burlas en las filas socialistas: "Lo que hemos visto hoy hace que ya no podamos tomarnos en serio nada de lo que diga a partir de ahora el presidente del PP de Catalu?a", dijo la presidenta del Grupo Parlamentario del PSC, Manuela de Madre. ?sta no pudo contener las tentaciones de continuar a su manera las palabras pronunciadas por Piqu¨¦ 24 horas antes, cuando compar¨® el papel pol¨ªtico de Maragall con una reina madre. "Piqu¨¦ quiso ser reina por un d¨ªa, pero lo ¨²nico que ha conseguido es seguir siendo el l¨ªder de una cada vez m¨¢s peque?a minor¨ªa, y as¨ª seguir¨¢ durante mucho tiempo".

La respuesta del Gobierno lleg¨® por boca del conseller en cap, Josep Bargall¨®, que neg¨® la existencia de cualquier "pacto de silencio" entre CiU y el Ejecutivo. Bargall¨®, adem¨¢s, atac¨® directamente a la l¨ªnea de flotaci¨®n del PP catal¨¢n, al acusarle de haber querido desviar la atenci¨®n informativa en un d¨ªa en que, seg¨²n Piqu¨¦, "el recuerdo a las v¨ªctimas del 11-M deber¨ªa haber sido el centro de la actividad pol¨ªtica".

Converg¨¨ncia i Uni¨® interpret¨® la retirada de la moci¨®n de censura como "una muestra m¨¢s de que el PP no es una verdadera alternativa de gobierno para los catalanes". En un intento de evidenciar que las revueltas aguas pol¨ªticas ya han vuelto a su cauce, el l¨ªder de Uni¨® Democr¨¤tica, Josep Antoni Duran Lleida, propuso una nueva cumbre de todos los partidos catalanes para reactivar el debate de reforma del Estatuto, que Mas rechaz¨® hasta que Maragall pidiera disculpas de su acusaci¨®n.

Esquerra Republicana, por su parte, acus¨® a los populares de haber cometido un fraude "ante el Parlamento, a su reglamento y a Catalu?a".

Iniciativa per Catalunya Verds, que durante el debate del jueves pidi¨® repetidamente al PP que retirara su moci¨®n de censura, vio ayer c¨®mo su petici¨®n se hac¨ªa realidad. Sin embargo, su portavoz, Joan Boada, no dud¨® en tildar del "rid¨ªculo m¨¢s grande visto nunca en el Parlamento" la actuaci¨®n de Josep Piqu¨¦.

Pero la guerra de declaraciones no logr¨® aclarar la pregunta que tantos ciudadanos se hac¨ªan ayer: ?pactaron los convergentes y los socialistas la escenificaci¨®n parlamentaria que permiti¨® la retirada de la querella contra Pasqual Maragall? Tras las reiteradas respuestas negativas de los dirigentes del PSC y de CiU, ¨¦stos s¨®lo admitieron que se han mantenido conversaciones durante toda la crisis para "tender puentes". Pero Felip Puig, de CiU, fue tajante: "Aunque a algunos ya les vaya bien esta teor¨ªa, no ha habido pacto de silencio".