La implosi¨®n de Occidente
Occidente, y lo que ha significado como realidad y como referencia en la historia del mundo, ha sido sustituido en la segunda mitad del siglo XX por EE UU. Mientras existi¨® la URSS, el antagonismo y los riesgos que su mera existencia suscitaban eran suficientes para dar cohesi¨®n al bloque occidental y dotarlo de sentido. La desaparici¨®n del muro de Berl¨ªn inaugura una nueva fase en la que la ausencia de un enemigo com¨²n, la aparici¨®n de rivalidades cada vez m¨¢s patentes entre los dos grandes componentes occidentales, Europa y EE UU, y la ejercitada supremac¨ªa de los segundos sobre el conjunto de pa¨ªses de la primera transforma completamente la situaci¨®n, problematiza la direcci¨®n com¨²n en que hasta entonces se hab¨ªan movido y convierte a Norteam¨¦rica en el m¨¢s determinante definidor de la agenda pol¨ªtica mundial. No se trata s¨®lo de reforzar la dominaci¨®n del american way of life en nuestras vidas cotidianas, sino de enrolar al mundo en los temas-objetivos USA. Entre ellos sobresalen dos que constituyen el eje de su acci¨®n exterior: en lo econ¨®mico, la globalizaci¨®n vista y practicada desde la perspectiva de los Estados Unidos y de sus multinacionales; y en lo geopol¨ªtico, la guerra universal y permanente contra el terrorismo que el establishment washingtoniano designa como GWOT (Global War on Terror). Pero en ninguno de los dos tiene adecuada cabida la respuesta a los grandes problemas de nuestras sociedades: la radicalizaci¨®n de las desigualdades con la persistencia y generalizaci¨®n de la miseria, el paro y la precariedad laboral, el racismo y las exclusiones ¨¦tnicas y sociales; el deterioro del planeta, etc. La globalizaci¨®n, ideol¨®gicamente, es una designaci¨®n tautol¨®gica de la hegemon¨ªa econ¨®mica norteamericana que por ello funciona ya como su sin¨®nimo (globalizaci¨®n=americanizaci¨®n). En cuanto al GWOT, primera gran encarnaci¨®n de la guerra permanentemente preventiva decretada por el presidente Bush, es el dispositivo m¨¢s eficaz para subsumir todos los conflictos en un conflicto ¨²nico de perfiles difusos, m¨²ltiples, ubicuos, incancelables. El GWOT es un proceso cuyo ¨²nico contenido son la represi¨®n y el control -militar, policial, judicial, etc.- cuyos ¨¦xitos son siempre provisionales y ef¨ªmeros. No cabe, por tanto, encontrar formalmente un casus belli de vida m¨¢s larga. Guerra en todas partes, guerra para siempre.
?Qu¨¦ hacer para cambiar ese curso de las cosas? La Cumbre de Madrid, tan justificada en la solemnidad de su condena del 11-M y en el recuerdo y homenaje solidario con las v¨ªctimas, tendr¨¢ en cuanto a sus consecuencias operativas las limitaciones propias de este tipo de reuniones, que no logran salir nunca del inventario de propuestas gen¨¦ricas, de la apelaci¨®n bienintencionada y est¨¦ril a la justicia, a la ¨¦tica y a las grandes alianzas. Propuestas y apelaciones que no se sabe demasiado bien a qui¨¦n dirigir. Hoy s¨®lo tienen un destinatario posible: la Comunidad de Naciones, pues por ¨¢tona y desvencijada que est¨¢ la ONU, sigue siendo el ¨²nico sujeto hist¨®rico con legitimidad incontestable para agrupar a un n¨²mero suficiente de pa¨ªses en torno de una decisi¨®n global. Pero ?en qu¨¦, en qui¨¦n puede apoyarse el Sistema de Naciones Unidas para recuperar un protagonismo que le niega la primera potencia del mundo? Los resultados positivos que consigui¨® la Sociedad de Naciones se debieron a que funcionaba en un contexto con un referente indiscutible, Occidente, que hoy EE UU ha fagocitado tambi¨¦n al neutralizar en toda la medida en que le est¨¢ siendo posible a uno de sus elementos esenciales: Europa. Porque no nos enga?emos, el antagonismo entre la UE y EE UU ha llegado con Bush y su unilateralismo a niveles parox¨ªsticos, pero es estructural y no s¨®lo de coyuntura pol¨ªtica. Tres libros que provienen del ¨¢mbito anglosaj¨®n -T. R. Reid, The United States of Europe: The New Superpower and the End of America, (Penguin); Jeremy Rifkin, The European Dream, (Tarcher/Penguin) y Timothy Garton Ash, Free World: America, Europe and the Surprising Future of the West- subrayan la injusta imagen negativa que tiene lo europeo, que en muchos aspectos supera hoy a Norteam¨¦rica y sobre todo ofrece un modelo de sociedad pensado para la paz pol¨ªtica y social con m¨¢s futuro que el estadounidense. Pero, ?pueden ambos modelos volver a conjuntarse y desempe?ar el papel de estabilizador mundial?
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