Inventos
En una de sus historias para no creer, tan realistas, Anxel Fole nos habla de don El¨ªas de And¨ªa, el inventor de la caja del Movimiento Continuo. Y es verdad que Fole lleg¨® a ver aquella caja del triquitraque. Estaba pintada de amarillo, lacrada, no necesitaba mecanismo de cuerda, y conten¨ªa una m¨²sica perturbadora que al avanzar se hac¨ªa patibularia. Lo peor de esta clase de inventos es que llega un momento en que no pueden desinventarse. Por que la m¨²sica debe poderse tocar y destocar, como los peri¨®dicos se pueden leer y desleer, las pel¨ªculas, ver y desver, y los pol¨ªticos, decir y desdecir. Aprendices de esc¨¦pticos, vamos depositando nuestras esperanzas no tanto en el decir como en el desdecir.
Otro gran inventor fue Juan de la Cueva, que aport¨® un nuevo idioma a la humanidad, el trampit¨¢n, y un curioso medio de transporte: el Globo Inm¨®vil. El funcionamiento de este original aerost¨¢tico consist¨ªa en elevarse y no moverse, de tal manera que no viajabas a un lugar, sino que el lugar viajaba a ti. En este globo viaja el pol¨ªtico que no dice ni se desdice. Est¨¢ ah¨ª, varado en lo alto de s¨ª mismo, anclado en la posici¨®n, a la espera de que el pa¨ªs pase por all¨ª y lo aclame desde abajo. Este tipo de pol¨ªtica al acecho se asienta sobre una ilusi¨®n giratoria. Juan de la Cueva se subi¨® al globo en Ourense, y se mantuvo est¨¢tico porque quer¨ªa ir a Ceil¨¢n, para hablar en trampit¨¢n, pero Ceil¨¢n nunca pas¨® por Ourense.
A prop¨®sito de inventos geniales, descubro en un ejemplar antiguo del Reader's Digest que en una oficina de patentes norteamericana est¨¢ registrado el agujero. Creo que el senador Cosid¨®, pese a su condici¨®n de historiador, ignora esta circunstancia, por lo que me apresuro a informarle. El agujero ya est¨¢ inventado, se?or Cosid¨®. Gregorio Peces Barba no es, en propiedad, de ning¨²n partido, y de ser de alguno lo ser¨ªa del de As¨ªs. Los valores humanos no son una abstracci¨®n. En la intemperie, hay personas que tienen, y que tuvieron, la valent¨ªa de cobijarlos. Peces Barba es un lugar moral. Encarna una patria sin odio y con esperanza. Pero, v¨¦anlo, el odio se conserva en forma, anda ligero, trastorna un partido en facci¨®n, y dedica cinco minutos de gloria en el Senado a inventar el agujero.
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