Luchar contra el envejecimiento
Tiene el marchamo de ser la mejor de todos los investigadores europeos menores de 40 a?os. La bi¨®loga molecular Mar¨ªa Blasco pertenece a una ¨¦lite de cient¨ªficos en el mundo que investigan la telomerasa, una enzima que desempe?a un papel esencial en el envejecimiento y el c¨¢ncer.
Directora del Programa de Oncolog¨ªa Molecular del Centro Nacional de Investigaciones Oncol¨®gicas de Madrid (CNIO), Mar¨ªa Blasco ha sido el primer cient¨ªfico espa?ol galardonado por la Organizaci¨®n Europea de Biolog¨ªa Molecular, que acoge a 36 premios Nobel, como "mejor investigador europeo menor de 40 a?os". A sus 39 a?os tiene un curr¨ªculo apabullante en el que brillan otros prestigiosos premios, como el Josef Steiner -primera mujer en el mundo en ganarlo-, y una larga lista de trabajos publicados en las mejores revistas cient¨ªficas internacionales.
Es una de las poqu¨ªsimas personas en el mundo -no llegan a una quincena- que trabajan en los mecanismos moleculares y la gen¨¦tica de una enzima llamada telomerasa que tiene mucho que ver con el envejecimiento y el c¨¢ncer, dos grandes caballos de batalla de la medicina actual. La telomerasa controla los tel¨®meros, unas estructuras moleculares que protegen los extremos de los cromosomas, y que, con las sucesivas divisiones de la c¨¦lula -o, lo que es igual, con la edad-, se van desgastando y acortando. Se supone que la telomerasa es uno de los pilares que sostienen el crecimiento de los tumores, ya que controla el mecanismo que hace que una c¨¦lula mortal se convierta en inmortal. Una c¨¦lula inmortal puede dividirse indefinidamente, permitiendo el crecimiento de un tumor, mientras una mortal, no.
Mar¨ªa Blasco aisl¨®, en Estados Unidos, un gen esencial de la telomerasa y lo elimin¨® en mam¨ªferos. Hizo ratones knockout (modificados gen¨¦ticamente), sin telomerasa, y comprob¨® que cuando se elimina esta enzima envejecen prematuramente y tienen menos c¨¢ncer; por el contrario, cuando se les aumenta la cantidad de telomerasa, se favorece la proliferaci¨®n de tumores, pero los ratones viven mucho m¨¢s.
Ha llegado muy joven a la investigaci¨®n puntera internacional, mucho m¨¢s trat¨¢ndose de una mujer en un mundo cerrado y tradicionalmente masculino, donde no es f¨¢cil verlas dirigiendo equipos o laboratorios. Este a?o cumplir¨¢ los 40, y dejar¨¢, ?o no?, de ser una "joven investigadora". "Yo pensaba que el l¨ªmite estaba en los 36 a?os? Me siento joven de esp¨ªritu, pero a los 40, de joven, nada". Sin embargo, tiene un aspecto muy juvenil: el de una mujer que no parece dedicar muchas horas al espejo o al cuidado de su indumentaria -"si hubiera sabido que ven¨ªa el fot¨®grafo me hubiera arreglado un poquito m¨¢s"-. Ni rastro de maquillaje en la cara. Su pelo, negro, como los ojos y las marcadas cejas, le dan un aspecto muy mediterr¨¢neo.
Se expresa con una sencillez pasmosa, en absoluto re?ida con una buena dosis de seguridad. Blasco transmite ese aplomo propio de las personas que parecen no haber tenido demasiados contratiempos en su vida, y que, por el contrario, se han sentido comprendidas y apoyadas desde peque?as. No parece que el hecho de ser mujer en un mundo como el cient¨ªfico, fuertemente competitivo y dominado por los anglosajones, le haya supuesto demasiado estr¨¦s. Vi¨¦ndola, parece que haber llegado a dirigir un laboratorio de un centro de excelencia como el CNIO, s¨®lo 12 a?os despu¨¦s de doctorarse, sea la cosa m¨¢s natural del mundo.
?C¨®mo una chica de un pueblito de Alicante ha conseguido llegar tan r¨¢pidamente a la primera l¨ªnea de la ciencia internacional?
En mi generaci¨®n, Espa?a ya era un pa¨ªs democr¨¢tico y con igualdad de oportunidades para todo el mundo. El camino ya estaba hecho y bien pavimentado, no fueron necesarias heroicidades; simplemente eleg¨ª lo que me gustaba y despertaba mi inter¨¦s. Me result¨® muy f¨¢cil conseguir becas para poder estudiar fuera de Alicante. Es una de las mejores cosas de un sistema de ense?anza p¨²blico, todos vamos a las mismas universidades y tenemos las mismas oportunidades. No hay discriminaci¨®n en la educaci¨®n, seas de un pueblecito o de una ciudad grande. Adem¨¢s, mis padres y abuelos valoraban mucho la educaci¨®n y la cultura, siempre lo consideraron una prioridad y me apoyaron en todo momento.
?En su familia hab¨ªa alg¨²n cient¨ªfico?
No, nadie de mi familia estudi¨® una carrera universitaria hasta mi generaci¨®n. No porque no quisieran, sino porque entonces era tremendamente dif¨ªcil dar ese salto para los j¨®venes de las zonas rurales. Mi familia tradicionalmente, mis abuelos, se hab¨ªa dedicado a la agricultura: olivos, almendros y vi?edos. Mi padre trabajaba como encargado en una empresa de transportes y mi madre era ama de casa. Pero, como le digo, consideraban nuestra educaci¨®n una prioridad. Tengo dos hermanos, un hermano que es bombero en el Ayuntamiento de Alicante y estudia arquitectura t¨¦cnica, y una hermana que tambi¨¦n es bi¨®loga, pero medioambiental.
Se ha callado que fue una estudiante empollona con much¨ªsimas matr¨ªculas de honor, menos en lenguas?
Lo de las matr¨ªculas lleg¨® m¨¢s tarde, en el instituto. Antes era una ni?a muy activa, me encantaba estar en la calle jugando con mis amigas, est¨¢bamos siempre organizando e imaginando cosas. Y lo de la lengua?, es que cuando a los cuatro a?os empec¨¦ a ir al colegio me cost¨® bastante aprender el castellano, porque mi lengua materna es el valenciano-catal¨¢n, y creo que arrastr¨¦ ese problema. Por suspender Lengua Espa?ola me toc¨® pasarme dos veranos asistiendo a clases particulares?
?Y por qu¨¦ se decidi¨® por la biolog¨ªa molecular?, ?lo ten¨ªa ya claro desde jovencita?
No, no. Me result¨® dif¨ªcil decidirme por ciencias o letras. Realmente fue un trauma, pero en COU ya ten¨ªa claro que quer¨ªa hacer algo relacionado con la biolog¨ªa, aunque desde un punto de vista t¨¦cnico. Pens¨¦ matricularme en Ingenieros Agr¨®nomos, pero en una de las clases de orientaci¨®n universitaria nos hablaron de la ingenier¨ªa gen¨¦tica y de biolog¨ªa molecular, y en aquel momento decid¨ª que quer¨ªa hacer eso.
Cuando termin¨® tercero de carrera, en Valencia, pudo trasladarse a Madrid y contactar con el equipo de la tambi¨¦n bi¨®loga molecular Margarita Salas, y parece que eso marc¨® su futuro.
Desde el primer momento supe que quer¨ªa entrar en su laboratorio, lleno de gente joven y con mucha actividad, as¨ª que cuando me ofreci¨® la posibilidad no lo dud¨¦ ni un momento. Ya no volv¨ª a Valencia, ni siquiera me pude despedir de los amigos que all¨ª ten¨ªa.
El hecho de empezar a trabajar con una reconocida cient¨ªfica que conoc¨ªa bien el machismo de la ciencia espa?ola, ?le facilit¨® las cosas?
Pues ni lo pens¨¦. En mi generaci¨®n era algo que no consider¨¢bamos. Hasta ese momento no hab¨ªa notado ning¨²n tipo de discriminaci¨®n; quiz¨¢, m¨¢s tarde, me he enfrentado a situaciones en las que he pensado: esto es bastante machista. Y oyendo hablar a Margarita Salas s¨¦ que lo pas¨® muy mal. Pr¨¢cticamente no la consideraban como investigadora, siempre era en funci¨®n de su marido, y eso a ella le molestaba mucho. Supongo que su generaci¨®n fue una generaci¨®n de pioneras en Espa?a, pero cuando yo empec¨¦ en su laboratorio, y me enfrent¨¦ a un ambiente cient¨ªfico de verdad, no hab¨ªa ninguna desigualdad entre chicas y chicos, era muy c¨®modo. Lo mismo que cuando me fui a Estados Unidos a hacer el posdoctoral: en el laboratorio, todo eran mujeres? Al volver a Espa?a s¨ª que o¨ª comentarios como "est¨¢ trabajando con Manuel Serrano" [su marido]. Yo creo que la gente asume de forma involuntaria, subconsciente, que la mujer tiene siempre un papel secundario. A veces yo tambi¨¦n hago esos esquemas mentales absurdos, que las personas que tienen m¨¢s responsabilidad, que dirigen un grupo o tienen profesiones de alto nivel son hombres? Pero no not¨¦ diferencias entre el laboratorio de Margarita Salas y el de Nueva York, pr¨¢cticamente se trabajaba igual. Con una salvedad: en Estados Unidos, los cient¨ªficos eran mucho m¨¢s lanzados, mucho m¨¢s decididos; aunque sea un t¨®pico, la self confidence (autoseguridad) de los americanos les hac¨ªa ser mucho m¨¢s atrevidos en sus trabajos.
En el Cold Spring Harbor Laboratory trabajaban con una enzima, la telomerasa, entonces pr¨¢cticamente desconocida. ?Qu¨¦ le decidi¨® por algo tan incipiente, el riesgo?
En principio estaba conectado con lo que yo estaba haciendo con Margarita Salas, entender c¨®mo se duplica el material gen¨¦tico. Hay un problema en los extremos de las copias, algo que en el laboratorio de Margarita se hab¨ªa estudiado durante a?os y que se llama "el problema de la replicaci¨®n terminal". En Nueva York estudiaban el mismo problema, pero traducido a nuestros cromosomas, que es donde se contiene la informaci¨®n gen¨¦tica. Mi jefa en EE UU, Carol Greider, hab¨ªa trabajado con Liz Blackburn, y fue con ella con quien encontr¨®, en 1985, una actividad enzim¨¢tica, la telomerasa. Hab¨ªan observado que hab¨ªa ciertos organismos que, a pesar de que se multiplicaban mucho, no perd¨ªan este material de los extremos. Entonces ten¨ªa que haber algo que compensara esa p¨¦rdida, ten¨ªa que haber un mecanismo que fabricara tel¨®meros, o el material que forma los extremos de los cromosomas; a ese mecanismo lo llamaron telomerasa. Y r¨¢pidamente se dieron cuenta que pod¨ªa tener que ver con el envejecimiento y el c¨¢ncer. Las c¨¦lulas que no tuvieran telomerasa iban a envejecer y las que la tuvieran iban a ser inmortales.
A un coste enorme, parece una enzima perversa. Si no la tienes, las c¨¦lulas, al dividirse, acortan los tel¨®meros, envejecen y mueren. Y si la tienes, las c¨¦lulas son inmortales, pero se llenan de aberraciones y tumores, de c¨¢ncer?
Tiene efectos antagonistas. Es un equilibrio entre tener la suficiente capacidad de regeneraci¨®n y de divisi¨®n para mantener los tejidos bien, o que eso se pueda pervertir en c¨¢ncer. Lo que hemos descubierto hasta ahora, nosotros y otros grupos, es que si la telomerasa falla, si no hay los niveles adecuados, hay un envejecimiento prematuro.
?Y se sabe cu¨¢les son los niveles adecuados en el ser humano?
Los niveles adecuados son que est¨¦ presente durante el desarrollo embrionario -luego se tiene que reprimir-, que est¨¦ presente en algunas poblaciones de c¨¦lulas madres y tambi¨¦n en la l¨ªnea germinal.
?Controlan ya ese equilibrio entre la cantidad de telomerasa necesaria para no envejecer, y las aberraciones cromos¨®micas, el c¨¢ncer?
Sabemos que si alteramos los genes de la telomerasa en ratones, esa alteraci¨®n rompe el balance entre c¨¢ncer y envejecimiento. Tenemos ratones a los que en vez de quitarles telomerasa les ponemos m¨¢s, y pasa una cosa muy curiosa, que algunos tienen un poco m¨¢s de c¨¢ncer, pero los que no lo desarrollan viven m¨¢s que los ratones normales, as¨ª que se altera el equilibrio entre c¨¢ncer y envejecimiento. Estos ratones tambi¨¦n han servido para demostrar que ambos procesos est¨¢n ligados.
?Qu¨¦ hace que unos desarrollen c¨¢ncer y otros no?
La telomerasa lo ¨²nico que hace realmente es proporcionar a la c¨¦lula la posibilidad de dividirse indefinidamente, pero tiene que haber m¨¢s cosas que anden mal en la c¨¦lula para que puedan llegar a formar un tumor. Tiene que haber perdido supresores de tumores, tienen que haberse activado oncogenes, alterado el proceso de apoptosis (suicidio celular). La telomerasa lo que hace es proveer de tel¨®meros y hacer que eso no sea un l¨ªmite para la vida de la c¨¦lula tumoral, es uno de los cambios de las alteraciones permisivas para el crecimiento del tumor. Hace unos a?os, Weinberg y Hanahan propusieron los seis mecanismos importantes que hacen que una c¨¦lula normal pueda transformarse en tumoral, y uno de los puntos es la inmortalidad, que puede ser posibilitada por la telomerasa. Y lo que me parece m¨¢s estimulante es que, basado en lo que hemos estudiado los laboratorios de investigaci¨®n b¨¢sica, ya se han desarrollado f¨¢rmacos contra la telomerasa, as¨ª como distintas estrategias para inhibirla. Lo que nos gustar¨ªa a los que trabajamos con telomerasa es que alg¨²n d¨ªa no muy lejano se hicieran ensayos cl¨ªnicos y se viera que es efectivo en frenar el c¨¢ncer.
Supongo que en los ratones lo conocen ya perfectamente, pero ?se sabe en el ser humano cu¨¢l es, m¨¢s o menos, la duraci¨®n de los tel¨®meros, y, por tanto, cu¨¢ndo comienza el envejecimiento?
A los ratones de laboratorio los tenemos que humanizar porque tienen unos tel¨®meros que son aberrantemente largos? Y los humanizamos quit¨¢ndoles telomerasa para que sean parecidos a los humanos. En el caso de los humanos, tenemos tel¨®meros bastante cortos de entrada y durante el periodo de vida ¨¦stos pueden llegar a un agotamiento cr¨ªtico. De hecho hay una correlaci¨®n entre longitud telom¨¦rica y enfermedades asociadas al envejecimiento. Pero el momento depende de cada humano. Esto lo vemos muy claro en los ratones, distintos ratones sin telomerasa desarrollan las patolog¨ªas a diferentes edades, dependiendo de la longitud de los tel¨®meros que han heredado de sus padres, que a su vez han heredado de sus padres?
Usted mantiene que el c¨¢ncer es el pago de los individuos de las sociedades avanzadas, porque es posible que nuestro organismo est¨¦ programado para vivir menos a?os, 30 o 40, y estamos forzando la m¨¢quina en exceso.
No es que el c¨¢ncer sea un pago o castigo por vivir m¨¢s. Es una enfermedad asociada al proceso de envejecimiento y al deterioro del organismo. Los organismos en la naturaleza rara vez envejecen o tienen c¨¢ncer, ya que la vida se interrumpe antes por predadores, infecciones, accidentes, etc¨¦tera. Adem¨¢s, esto no s¨®lo lo pienso yo, lo piensan muchos cient¨ªficos? Cuando digo esto estoy hablando como lo har¨ªa un cient¨ªfico evolutivo. La evoluci¨®n nos ha seleccionado para ser perfectos durante lo que era nuestra vida media antes de los ¨²ltimos avances m¨¦dicos y tecnol¨®gicos. La vida media de los humanos a principios del siglo XX era de s¨®lo 30 a?os, y seguramente en algunos sitios de ?frica la vida media sigue siendo muy baja a¨²n hoy d¨ªa. A estas edades raramente se desarrolla un c¨¢ncer. De manera similar, un rat¨®n est¨¢ preparado para vivir sin enfermedades y sin c¨¢ncer durante tres meses, que es la vida media de un rat¨®n en la naturaleza. Por supuesto, podemos conseguir que un rat¨®n viva hasta tres a?os si lo mantenemos bajo los cuidados de los veterinarios en el laboratorio, entonces estos ratones mueren de c¨¢ncer -la mitad- o de enfermedades. Y con los humanos pasa lo mismo, no ha habido presi¨®n evolutiva para seleccionar que vivamos m¨¢s tiempo. Nuestro organismo es una m¨¢quina perfecta -excepto en casos excepcionales de enfermedades gen¨¦ticas hereditarias- hasta los 30 o 40 a?os, y despu¨¦s empieza a degenerar y perder su capacidad regenerativa, o empieza a acumular errores de funcionamiento que puedan dar lugar a la aparici¨®n del c¨¢ncer.
Y aqu¨ª aparece la biomedicina?
La biomedicina ha avanzado much¨ªsimo en los ¨²ltimos a?os y hemos aprendido a poner parches y a reparar muchos de los fallos del organismo, en parte gracias a los avances de la medicina y, m¨¢s recientemente, de la biolog¨ªa molecular. Alg¨²n d¨ªa las terapias celulares podr¨¢n llegar a reparar completamente ¨®rganos envejecidos; sin embargo, nuestra herencia gen¨¦tica no se puede modificar y no ha sido seleccionada para vivir tanto tiempo. Pero la funci¨®n de los genes se puede mimetizar con f¨¢rmacos o peque?as mol¨¦culas, y si encontramos los genes importantes para el envejecimiento humano, podremos modularlo.
?Cu¨¢ntos a?os faltan para hablar de terapias y f¨¢rmacos en humanos derivados de estas investigaciones?
Nosotros ya lo hemos hecho con ratones. Hemos visto que si hay un rat¨®n que est¨¢ a punto de colapsar, porque tiene tel¨®meros cortos, y se le reintroduce telomerasa se pueden refrescar los tel¨®meros y se puede evitar su envejecimiento. En c¨¦lulas humanas en cultivo en el laboratorio tambi¨¦n se ha hecho algo similar. La reactivaci¨®n de telomerasa es capaz de retrasar o evitar completamente su proceso de envejecimiento. Hay empresas que est¨¢n interesadas en hacer terapia celular con telomerasa, as¨ª como buscando drogas que estabilicen telomerasa en un momento determinado. Estos activadores de telomerasa podr¨ªan ser ¨²tiles en casos relacionados con el envejecimiento; por ejemplo, para regenerar heridas en personas mayores. Hay laboratorios trabajando en ello. Existe una ventana de oportunidades muy grande.
?Y con el c¨¢ncer?
Con el c¨¢ncer se va por delante del envejecimiento porque ya se tienen estrategias de inmunoterapia contra el c¨¢ncer, basadas en telomerasa, que tienen muy pocos efectos secundarios. Estas estrategias ya se est¨¢n empleando en ensayos cl¨ªnicos con pacientes de c¨¢ncer de pr¨®stata y de mama, en la Universidad de Filadelfia (Estados Unidos), y los resultados preliminares son prometedores. Yo soy optimista, y aunque no me atrever¨ªa a decir que s¨®lo con eliminar la telomerasa eliminar¨ªamos un c¨¢ncer, s¨ª que creo que ser¨¢ una de las cosas que habr¨¢ que atacar en el tratamiento del c¨¢ncer con terapias combinadas.
Ahora es usted una investigadora privilegiada que trabaja en la base de enfermedades que obsesionan a la sociedad actual, pero cuando comenz¨® parece que no pudo conseguir ni siquiera una beca para estudiar la telomerasa?
La gente que trabajamos en esto, que mueve el campo, somos un grupo relativamente peque?o en el mundo. Yo tengo la suerte de haber empezado al inicio, soy la tercera generaci¨®n. Es verdad que cuando empez¨® no se le prest¨® mucha atenci¨®n por parte de la comunidad cient¨ªfica general. De hecho, yo ped¨ª dos becas para irme a estudiar los tel¨®meros a EE UU y no me las dieron, fue algo muy decepcionante. Y no porque no tuviera curr¨ªculo, que ten¨ªa bastantes publicaciones, es que me dec¨ªan que era un tema muy arriesgado porque no se sab¨ªa casi nada. La EMBO (Organizaci¨®n Europea de Biolog¨ªa Molecular) me neg¨® una beca?
Le debe de parecer divertido que ahora la EMBO la haya premiado con su medalla de oro a la mejor investigadora europea menor de 40 a?os.
S¨ª, s¨ª [risas], ¨¦sa fue la realidad. La EMBO no apost¨® entonces por la telomerasa, quiz¨¢ fue conservadora con un tema que en Estados Unidos era ya algo atractivo, pero en Europa todav¨ªa no se valoraba y en Espa?a menos; no se sab¨ªa lo que era.
Parece que, algo que obsesiona a los cient¨ªficos, usted tuvo una buena idea en el momento oportuno.
Quiz¨¢ s¨ª, creo que hay que buscar cosas que sean estimulantes, que no sean aburridas. Hay que ser atrevido, aventurero; si no, nunca llegas a ning¨²n lado. En ciencia necesitas ser lanzado, no tener miedo a nada. Todo eso junto con rigor cient¨ªfico, no puedes hacer cosas atrevidas sin rigor cient¨ªfico porque entonces no haces nada. Es una combinaci¨®n.
?Es atrevida y arriesgada en general en su vida, o s¨®lo como investigadora?
Creo que soy inquieta, no me gusta aburrirme y afincarme en los mismos puntos conocidos. Siempre estoy buscando algo que me entretenga, que me parezca divertido, que sea estimulante, y supongo que eso mismo me pasa con la ciencia. Y es un mundo muy competitivo, hay mucha gente con muchos intereses, y para estar ah¨ª, hay que aguantar y luchar.
M¨¢s competitivo todav¨ªa para las mujeres, ?no?
Yo creo que las mujeres tienden a ser un poco m¨¢s tranquilas, menos agresivas? Y est¨¢ el problema de que quienes dirigen los centros y laboratorios son hombres, y subconscientemente piensan en hombres para trabajar. Para compensarlo, las mujeres tienen que ser extralanzadas, hacer mucho m¨¢s esfuerzo que los hombres, y si no nos ofrecen responsabilidades tenemos que pedirlas. Y es un estr¨¦s a?adido.
Eso sin hablar de la maternidad, ?usted se lo ha planteado o ha renunciado?
Mientras haces la tesis es imposible; luego, durante el posdoc, igual, est¨¢s en otro pa¨ªs y no te planteas tener una familia. Realmente yo no lo he considerado casi hasta ahora. No es que lo haya pensado antes y haya dicho no puedo, tampoco me parece tan incompatible, es que no me apetec¨ªa. Pero es verdad que el trabajo hace que se retrase mucho el momento para decir: ahora me apetece. Y entonces entras en la edad biol¨®gica en la que ya no es el mejor momento, hay un desfase biol¨®gico con la realidad social. Eso es un problema y la mayor parte de las mujeres que conozco se lo plantean cuando ya no es el mejor momento biol¨®gico.
Su marido tambi¨¦n investiga, en el despacho contiguo al suyo, en c¨¢ncer. ?Siguen hablando en casa de ratones transg¨¦nicos?
Tenemos prohibido hablar en casa de nuestras investigaciones?
?Y lo cumplen?
Desde luego, si tengo una preocupaci¨®n por algo relacionado con el trabajo, a la primera persona a la que se lo cuento es a Manuel; pero intentamos no trabajar en casa, hacemos un esfuerzo para desconectar del trabajo porque de otra forma no descansas, y si no te liberas un poco no puedes pensar en cosas nuevas. Nos gusta caminar y hacer ejercicio f¨ªsico y todos los s¨¢bados nos vamos a andar por la sierra de Madrid, y tambi¨¦n nos gusta mucho el arte y vamos todas las semanas a clases de arte en el Museo del Prado, que est¨¢n muy bien porque es investigaci¨®n sobre arte. Yo creo que es imposible hacer las cosas bien si no tienes una vida normal, si no puedes salir, ir al cine, hablar con amigos, darte un paseo? Es sano mentalmente. El equilibrio es fundamental y para conseguirlo hay que ponerse a veces limitaciones en el trabajo. A largo plazo es mejor y m¨¢s productivo.
Hace poco confesaba que le gusta m¨¢s su trabajo actual, dirigir un laboratorio, que investigar directamente. Parece extra?o, es la imagen contraria que tenemos del cient¨ªfico, todo el d¨ªa entre probetas?
Pues no; ja, ja; esto es mucho m¨¢s bonito, y creo que no es nada burocr¨¢tico. Tenemos que pedir dinero, y eso es algo que no me gusta hacer, pero el resto del tiempo hablo con la gente que trabaja conmigo y hablamos de ciencia, o estoy en m¨ªtines cient¨ªficos hablando de ciencia? Es una actividad intelectual, directiva y organizativa, pero en temas cient¨ªficos no pierdo mucho tiempo en asuntos burocr¨¢ticos. Hay que estar informados, contestar a colegas, dirigir el trabajo, y para m¨ª es lo m¨¢s bonito porque est¨¢s haciendo la ciencia que quieres hacer y como la quieres hacer. Es como el director de una pel¨ªcula que elige su equipo, lo que le gusta.
?No tiene 'mono' de laboratorio?
Yo estoy all¨ª, no soy las manos que lo hacen, pero soy la cabeza, en una buena parte, y aunque no lo haga directamente lo vivo como algo m¨ªo. Lo de cacharrear, llega un momento que te harta. Tengo amigos que todav¨ªa est¨¢n cacharreando y est¨¢n hartos porque no tiene nada de excitante. La investigaci¨®n es una actividad intelectual, luego ya viene lo de hacer el experimento.
Los centros de excelencia como el CNIO y el CNB, donde trabaj¨® antes, est¨¢n aumentando en Espa?a, pero parece que se encuentran todav¨ªa con obst¨¢culos y demasiados personalismos.
Quiz¨¢, en parte, es la inexperiencia, porque no se han hecho antes en este pa¨ªs centros que son muy normales en EE UU y Europa. La falta de personalismo yo creo que puede ser un problema, es uno de los grandes problemas de los centros del CSIC. El departamento que dirig¨ªa en el CNB Carlos Mart¨ªnez era personalista. Era ¨¦l quien eleg¨ªa a las personas que le parec¨ªan buenas y ayudaba. El CNIO tambi¨¦n es personalista. Las personas que vienen aqu¨ª, con Mariano Barbacid, tienen que estar consideradas en el mundo de la ciencia, de la oncolog¨ªa. Sin embargo, una vez que un centro arranca y tiene una direcci¨®n cient¨ªfica clara, tiene que haber m¨¢s cient¨ªficos que contribuyan a su direcci¨®n y organizaci¨®n, de tal modo que todo el peso no recaiga sobre una sola persona. En el CNIO creo que estamos ahora en un buen momento, se ha estabilizado y despierta menos recelos. Adem¨¢s, me parece muy positivo que las autonom¨ªas est¨¦n apostando por centros de excelencia, es esperanzador.
?Qu¨¦ diferencia trabajar en el CNIO de otros centros?
Procuro hacer aqu¨ª proyectos punteros, cosas que interesen en todo el mundo, que se publiquen en las mejores revistas y que tengan un impacto cient¨ªfico. Hemos contratado a investigadores j¨®venes que ha vuelto del extranjero con contratos Ram¨®n y Cajal, y les hemos dado espacio y dinero, y eso me parece una de las cosas mas importantes que hemos hecho. No s¨®lo se trata de traer a la gente establecida, sino de ofrecer un contrato a la gente m¨¢s joven para que tenga la oportunidad de demostrar que son capaces de hacer algo puntero.
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