Ingresos y gastos p¨²blicos
El pasado domingo comentaba muy brevemente las cifras de avance con que hab¨ªan cerrado sus presupuestos las administraciones p¨²blicas en 2004. El saldo consolidado arrojaba un d¨¦ficit del 0,3% del PIB, que se convert¨ªa en un super¨¢vit del 0,4% al excluir la asunci¨®n de la deuda hist¨®rica de Renfe por parte del Estado. Quisiera comentar hoy la evoluci¨®n de las principales partidas de ingresos y gastos que est¨¢n detr¨¢s de este super¨¢vit.
Comenzando por los ingresos, lo primero que destaca es su fuerte crecimiento, que alcanza un 8,6% para los de car¨¢cter tributario (los no tributarios caen, como viene sucediendo en los ¨²ltimos a?os, a causa fundamentalmente de los menores beneficios aportados por el Banco de Espa?a). Es m¨¢s, si no se hubiera llevado a cabo la reforma del IRPF de 2003, cuyos efectos sobre la recaudaci¨®n tambi¨¦n se hicieron notar en la cuota diferencial de 2004, dichos ingresos hubieran crecido cerca del 10%. Si tenemos en cuenta que el PIB nominal creci¨® un 7,2%, ello supone una elasticidad aparente de los ingresos respecto al PIB de 1,3. A?o tras a?o, esta elasticidad es superior a 1, lo que supone que aumenta la presi¨®n fiscal global, entendida como la ratio entre los ingresos tributarios y el PIB (gr¨¢fico izquierdo). En 2004 ¨¦sta se situ¨® en un 36,2%, cuatro d¨¦cimas largas m¨¢s que en 2003. Desde 1995, la presi¨®n fiscal ha aumentado unos 3,5 puntos porcentuales, lo que explica la mitad de la mejora del d¨¦ficit p¨²blico entre ese a?o y 2004.
Los ingresos p¨²blicos podr¨ªan volver a crecer este a?o por encima de lo presupuestado
La explicaci¨®n principal de que la elasticidad sea superior a la unidad es que la demanda interna, que es la base de los impuestos indirectos, viene creciendo notablemente m¨¢s que el PIB (9,4% y 7,2%, respectivamente, en 2004). Otra explicaci¨®n podr¨ªa ser que el crecimiento de la econom¨ªa espa?ola est¨¦ siendo infraestimado por las estad¨ªsticas oficiales de la contabilidad nacional, algo en lo que coincidimos la mayor¨ªa de analistas. La primera explicaci¨®n se pone de manifiesto al observar el crecimiento de los impuestos indirectos, que alcanz¨® en 2004 el 10,5%, tras un 10,2% en 2003. Por su parte, los directos aumentaron un 8,5%, tasa que se desglosar¨ªa en cifras en torno al 3% y 20% para los soportados por las familias y las empresas, respectivamente. La otra gran partida de ingresos, las cotizaciones sociales efectivas, desaceler¨® su crecimiento (6,7%) respecto a a?os anteriores, pero sigui¨® aumentando por encima de las remuneraciones de los asalariados estimadas por la contabilidad nacional. Dec¨ªa en esta columna el 3 de octubre ¨²ltimo, al comentar el proyecto de PGE-2005, que la previsi¨®n de ingresos parec¨ªa sobreestimada. Pues bien, me equivoqu¨¦. A la vista de las tendencias recientes de la econom¨ªa espa?ola (desviaciones al alza en el crecimiento del gasto interno y elevada inflaci¨®n), los ingresos p¨²blicos podr¨ªan volver a crecer este a?o por encima de lo presupuestado y de las previsiones de los prudentes funcionarios p¨²blicos, que parecen conocer a fondo los entresijos de nuestra hacienda p¨²blica.
En cuanto a los gastos, destacan los fuertes aumentos del consumo p¨²blico (9,8%), de las prestaciones sociales (7,5%) y de los gastos de capital (7,8% sin la asunci¨®n de la deuda de Renfe). En cambio caen un 6,9% los pagos por intereses. La integraci¨®n en el euro est¨¢ haciendo milagros a corto plazo en la econom¨ªa espa?ola, pues la disminuci¨®n de las cargas financieras mejora el d¨¦ficit p¨²blico y los resultados de las empresas. Pero tambi¨¦n reduce los incentivos a ahorrar, y eso, a largo plazo, no es bueno.
?ngel Laborda es director de coyuntura de la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorros (Funcas).
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