Negociaci¨®n colectiva
El pasado d¨ªa 4 se firm¨®, por fin, el Acuerdo Interconfederal para la Negociaci¨®n Colectiva para 2005. Tras diversas vicisitudes, los interlocutores sociales decidieron priorizar la conclusi¨®n de este pacto global sobre otras contrariedades que se hab¨ªan ido suscitando. Atr¨¢s queda el disgusto de la patronal por la posibilidad de que se fijase una cl¨¢usula autom¨¢tica de revalorizaci¨®n del salario m¨ªnimo interprofesional. Debemos, sin duda, congratularnos de que, por encima de las discrepancias propias de la dualidad posicional de quienes lo negocian, haya primado la sensatez y la cordura del mantenimiento del di¨¢logo, lo que refleja una buena salud social.
El acuerdo sigue la estela de otros anteriores que han sido positivos para nuestra econom¨ªa. La sociedad espa?ola se ha acostumbrado ya a ver c¨®mo quienes deben negociar las condiciones que van a regir las relaciones laborales de la mayor parte de los trabajadores de nuestro pa¨ªs fijan de com¨²n acuerdo cu¨¢les son los criterios que se van a seguir en la nueva negociaci¨®n. Se trata de una imagen que sin duda ha contribuido a fortalecer el clima de tranquilidad y la creciente paz social de los ¨²ltimos a?os. La ruptura de este di¨¢logo podr¨ªa haberse interpretado como una se?al preocupante.
Los objetivos siguen girando en torno al mantenimiento de la estabilidad de los precios, tratando de evitar la p¨¦rdida de poder adquisitivo del trabajador, para lo cual van a mantenerse las cl¨¢usulas de revisi¨®n salarial. Se hace hincapi¨¦ en la necesidad de vincular retribuci¨®n y productividad; en la b¨²squeda de la mejora del empleo y la competitividad; se mantiene la preocupaci¨®n en promover la igualdad de trato y de oportunidades, en especial entre hombres y mujeres. Flexibilidad, formaci¨®n permanente y seguridad en el trabajo son otros temas recurrentes.
Como novedades cabe destacar las referencias a la b¨²squeda de medios de reducci¨®n del absentismo laboral injustificado, la preocupaci¨®n por el creciente estr¨¦s laboral, as¨ª como la necesidad de introducir pr¨¢cticas de responsabilidad social en las empresas.
Es de esperar que tales prop¨®sitos se vean pronto reflejados en los nuevos convenios colectivos que se negocien.
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