Las cenizas del Windsor
El autor pide una ley que introduzca limitaciones en la subcontrataci¨®n para evitar que en un accidente de trabajo las responsabilidades se diluyan.
Los rescoldos del incendio del edificio Windsor amenazan con pervivir durante meses en la vida pol¨ªtica madrile?a. M¨¢s all¨¢ de esos rescoldos quedar¨¢n las cenizas de un pavoroso incendio en las que ser¨ªa conveniente que todos aprendamos a leer para evitar que situaciones similares se reproduzcan con a¨²n peores consecuencias.
Imaginemos, por un momento que ese imparable incendio se hubiera producido en un d¨ªa de plena actividad laboral y a una hora punta. No es dif¨ªcil imaginar las consecuencias.
Recientemente CC OO de Madrid hemos presentado un estudio sobre Coordinaci¨®n empresarial y prevenci¨®n de riesgos laborales realizado precisamente al calor de la nueva realidad empresarial de multitud de empresas que realizan su actividad en un mismo centro de trabajo. Las conclusiones del estudio son muy oportunas si consideramos que el edificio Windsor era precisamente un espacio de trabajo de muchas empresas.
Las empresas han tendido en los ¨²ltimos a?os a externalizar numerosas actividades hasta el punto de que cada centro de trabajo visitado para la realizaci¨®n del estudio cuenta con una media de 10,33 contratas y subcontratas, lleg¨¢ndose en algunos casos a las 100. En obras como la ampliaci¨®n del aeropuerto de Barajas se han detectado cerca de 100 empresas contratadas o subcontratadas y es que, en las obras de la construcci¨®n, la media de empresas contratadas o subcontratadas asciende a 13 y en el 50% de los casos supera las 15.
Seg¨²n datos de la IV Encuesta Nacional sobre Condiciones de Trabajo en el 21% de los centros de trabajo hay trabajadores externos con los que la empresa no guarda una relaci¨®n laboral. Sin que existan datos oficiales sobre la realidad en la Comunidad de Madrid m¨¢s de 700.000 trabajadores, el 30% de la poblaci¨®n ocupada, realizan su trabajo en empresas subcontratadas.
Volvamos al Windsor para comprobar que junto a los trabajadores de las empresas ubicadas all¨ª se encontraban otros muchos que realizaban tareas en contratas de vigilancia y seguridad, mantenimiento, limpieza, empresas de trabajo temporal, empresas de servicios, aut¨®nomos y un largo etc¨¦tera. Estamos ante un fen¨®meno generalizado que exige una coordinaci¨®n cada vez mayor entre empresas que debe extenderse al tratamiento de los riesgos laborales si queremos garantizar la vida y la seguridad de miles de personas, en casos como el de un incendio catastr¨®fico.
El Real Decreto 171/2004 de 30 de enero, que desarrolla el art¨ªculo 24 de la Ley de Prevenci¨®n de Riesgos Laborales en materia de coordinaci¨®n de actividades empresariales, constituye un instrumento ¨²til para abordar con responsabilidad y realismo la prevenci¨®n de riesgos en empresas que desarrollan sus actividades en centros de trabajo de otras empresas.
Sin embargo, el estudio mencionado alerta sobre el incumplimiento sistem¨¢tico de las disposiciones legales hasta el punto de que s¨®lo en el 7,7% de los casos se informa a los trabajadores de contratas y subcontratas de los riesgos existentes en el centro de trabajo en el que van a prestar una obra o servicio. S¨®lo en el 2,8% de los casos son consultados sobre la organizaci¨®n del trabajo en lo que respecta a la seguridad y salud. En tan s¨®lo el 12,7% de los centros de trabajo son informados sobre los riesgos derivados de la concurrencia de actividades empresariales. O dicho de otra manera los trabajadores del 87,3% de las empresas restantes se ven expuestos a riesgos que desconocen. Apenas el 24% de las empresas que comparten centro de trabajo coordinan su actividad preventiva y solamente un tercio informan de sus planes de emergencia y evacuaci¨®n a las dem¨¢s empresas. As¨ª en edificios como el Windsor puede darse el caso de que mientras los trabajadores de una de las empresas est¨¦n llevando a cabo un simulacro de incendio, el resto de empleados sigan en sus puestos.
No es extra?o, en estas circunstancias, que la probabilidad de sufrir un accidente se multiplique para los trabajadores de contratas y subcontratas, ETT, trabajadores con contrato temporal, j¨®venes, inmigrantes, falsos aut¨®nomos y mujeres.
De las cenizas del Windsor hay que extraer algunas lecciones y no s¨®lo los debates sobre los sistemas de demolici¨®n del edificio o las propuestas de mantener erguido un monumento a los desastres del siglo que se avecina. La principal lecci¨®n, desde el punto de vista de quienes trabajan en centros de trabajo donde concurren varias empresas, es que es necesario trabajar con la herramienta del Real Decreto 171/2004 y proceder a la inmediata coordinaci¨®n de la actividad de estas empresas para evitar los riesgos en origen. Eso significa que nuestras empresas cuenten con delegados de prevenci¨®n y que los empresarios se acostumbren a trabajar con ellos. Exige que la autoridad laboral supervise que la ley se cumple, lo cual es muy dif¨ªcil cuando en Madrid hay poco m¨¢s de 100 inspectores de Trabajo para m¨¢s de 2.600.000 trabajadores.
La segunda lecci¨®n es que es necesario regular la actividad de contratas y subcontratas por medio de una norma con rango de ley. Ser¨ªa deseable que uno de los frutos del di¨¢logo social pasara por evitar parches y afrontar el problema de las responsabilidades empresariales en las actividades contratadas o subcontratadas.
Una ley que introduzca limitaciones en la cadena de subcontrataci¨®n para evitar que cuando sucede un accidente de trabajo las responsabilidades se diluyan imposibilitando la reparaci¨®n del da?o, la sanci¨®n o las indemnizaciones para el accidentado o sus familiares. Una ley que regule los supuestos de externalizaci¨®n.
En 1998 la Federaci¨®n de Construcci¨®n, Madera y Afines de CC OO impuls¨® la recogida de m¨¢s de 600.000 firmas para tramitar una Iniciativa Legislativa Popular para regular la subcontrataci¨®n en el sector de la construcci¨®n. El Gobierno de aquel momento despreci¨® la iniciativa. Los tiempos cambian y el actual Gobierno ha recogido el guante, al tiempo que en el marco del di¨¢logo social se va a trabajar sobre este tema.
Dicen que todo aquello que es susceptible de empeorar termina empeorando. El trabajo humano es la ¨²nica barrera capaz de evitar que esta maldici¨®n se cumpla. En las cenizas del Windsor se encuentran las soluciones para quien sepa leerlas y ponerse a ello. Desde CC OO, en ello estamos, con cuantos quieran recorrer este camino de la prevenci¨®n para anticiparse a las consecuencias y a la soluci¨®n de da?os que con frecuencia son irreparables.
Javier L¨®pez Mart¨ªn es secretario general de CC OO de Madrid.
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