Miguel Delibes y su hijo bi¨®logo dialogan en un libro sobre la enfermedad del planeta
El escritor, que abandon¨® la caza, plasma sus inquietudes ecologistas en 'La Tierra herida'
Apasionado del campo y los animales, obseso del clima (tiene la casa llena de term¨®metros) y cazador converso (lo dej¨® hace a?os y siempre evit¨® la caza mayor porque le daban pena los ojos de los bichos, seg¨²n cont¨® ayer su hijo), Miguel Delibes (Valladolid, 1920) ha volcado gran parte de su genio literario en la naturaleza. Ahora, confes¨¢ndose "un ciudadano ignorante pero preocupado", acaba de editar (en papel ecol¨®gico) La Tierra herida (Destino), una entrevista con su hijo, el bi¨®logo Miguel Delibes de Castro (Valladolid, 1947), sobre las graves enfermedades del planeta.
El aumento del efecto invernadero, el calentamiento de la Tierra, el adelgazamiento de la capa de ozono, la escasez de agua, la desertizaci¨®n, la desaparici¨®n de muchas especies y la introducci¨®n artificial de otras invasivas (como los visones) son algunos de los problemas que tratan en este libro, presentado ayer en Madrid, Delibes y su hijo Miguel, doctor en Ciencias Biol¨®gicas, investigador del CSIC, ex director del Parque Nacional de Do?ana y antiguo colaborador de F¨¦lix Rodr¨ªguez de la Fuente (de cuya muerte hizo ayer 25 a?os).
El Delibes escritor, que no viaja hace tiempo, no acudi¨® a la conferencia de prensa y deleg¨® en el Delibes cient¨ªfico. ?ste explic¨® que el libro (impreso en papel procedente de "bosques gestionados con los m¨¢s altos est¨¢ndares ambientales", seg¨²n reza el certificado de Greenpeace) es "una s¨ªntesis poco sesgada de lo que sabemos y sospechamos" sobre el actual estado del planeta.
Para Delibes de Castro, los peligros que acechan al medio ambiente se resumen hoy en una palabra moderna (y odiada por su padre): globalizaci¨®n. "Todo est¨¢ conectado. La Tierra es como un enfermo grave con fallo multiorg¨¢nico. En el calentamiento operan factores diversos, la escasez de plantas, los cambios de uso del suelo, la contaminaci¨®n... Cambia el clima, se reducen las reservas de agua dulce, se extinguen especies... Estamos en un planeta muy peque?o y limitado que tiende a ser cada vez m¨¢s pobre y uniforme. Por ejemplo, los osos y urogallos de la cordillera cant¨¢brica pueden desaparecer por la contaminaci¨®n que producen las f¨¢bricas rusas".
Su padre, que recuerda en el libro que su discurso de ingreso en la RAE, hace casi 30 a?os, fue un grito de socorro ambiental, escribe que la idea de publicar el di¨¢logo surgi¨® al sufrir los cambios de temperatura de los veranos en Sedano (Burgos). El escritor remiti¨® ayer por fax sus respuestas a un breve cuestionario que ense?an su angustia por el presente del planeta: ?Qu¨¦ mundo heredar¨¢n nuestros hijos? "Espero que malo no, pero s¨ª inc¨®modo. Tendr¨¢n que esforzarse por enderezar lo que torcimos". ?Cu¨¢les son los peligros que nos amenazan? "Agua (poca), aire (contaminado), mar (creciente), fuego (en aumento) y a?ada lo que se le ocurra". ?Cree que hay soluci¨®n para esos males? "S¨ª, pero ?estamos dispuestos a procurarla?". ?Ve posible una soluci¨®n pol¨ªtica del problema? "Ya no vale s¨®lo pol¨ªtica. La nube de ozono no se renueva con discursos". ?Estando el tiempo tan loco, se atreve a pronosticar qu¨¦ tiempo har¨¢ este verano? "Creo que los locos de momento somos nosotros y creo que este verano nos asaremos. Ojal¨¢ me equivoque en todo".
Babelia
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