"La tormenta est¨¢ en el interior"
Luis del Val publica la novela 'Volveremos a Venecia' en la editorial sevillana Algaida
Licia Basantes toma posesi¨®n de su plaza como juez de primera instrucci¨®n de Vallefr¨ªo, un pueblo del Pirineo aragon¨¦s que fue tambi¨¦n escenario del inicio de la carrera de su padre, que ha llegado a magistrado del Tribunal Supremo. Licia est¨¢ a punto de cumplir los 30 a?os. Tras de ella queda una triste adolescencia y miles de horas de su juventud con los codos apretados sobre la mesa de estudio.
Licia empezar¨¢ a conocer la vida en Vallefr¨ªo y se deslizar¨¢ por una ladera de sentimientos que nunca ha aprendido a controlar. La pasi¨®n amorosa, los manejos que amenazan su tarea profesional de juez biso?a, el misterio de una muerte que se produjo hace 30 a?os... ?stos son los mimbres de Volveremos a Venecia, la novela que acaba de publicar el escritor y periodista zaragozano Luis del Val en la editorial sevillana Algaida.
La protagonista ha dedicado su juventud al estudio, se ha quemado las pesta?as bajo una luz el¨¦ctrica y mortecina para asegurarse el futuro. Con todo, sabe muy poco de la vida. "Un chico o una chica que preparan oposiciones sin una relaci¨®n sentimental previa es muy dif¨ªcil que se echen una novia o un novio debido a la necesidad de estudiar 10 horas diarias", explica Del Val. "Es gente muy preparada intelectualmente pero sin experiencia sentimental en una edad en la que las hormonas est¨¢n pidiendo relaciones. Es muy f¨¢cil que a una persona, reci¨¦n aprobadas las oposiciones a notario o a juez, la trasladen con 30 a?os a un pueblo de 3.000 habitantes y que se enamore de la pasante o de la se?ora que la atiende", comenta el autor.
Vallefr¨ªo es un escenario peque?o, donde todos se conocen. Es tambi¨¦n un escenario universal. "T¨² llegas al Middle West de EE UU, a una ciudad de 2.000 habitantes, y te encuentras los mismos ambientes. En esta novela hay tres escenarios: el pueblo cerrado y dos ciudades abiertas. Madrid, rodeada de llanura, y Venecia, rodeada de mar. Las dos han sido capitales de imperio. En el caso de Venecia, un imperio mercantil. Son tres escenarios que se mezclan para contar las tres historias", relata. "Es una trenza de historias que se cruzan y entrecruzan: la de la pasi¨®n amorosa; la del tr¨¢fico de armas, y la de la fricci¨®n entre el poder ejecutivo y el poder judicial", detalla.
El tr¨¢fico de armas y la colusi¨®n entre los poderes ejecutivo y judicial aparecen a diario en los medios de comunicaci¨®n. "Los novelistas vamos cuatro cuadras despu¨¦s de la realidad porque ¨¦sta siempre supera a la fantas¨ªa. En la sociedad actual hemos sustituido, en la jerarqu¨ªa de valores, el honor, la dignidad y la honradez por el ¨¦xito y el dinero. Se le rinde pleites¨ªa al triunfador y al que tiene dinero. La consecuencia es un cambio de comportamiento. La gente busca el ¨¦xito y el dinero aunque deje de lado la honradez, la dignidad y el honor. Si el rector de una universidad es corrupto, lo ser¨¢n los catedr¨¢ticos y los profesores. Y llegar¨¢ un momento en que la universidad estar¨¢ llena de conserjes corruptos que cobrar¨¢n una tasa ilegal por las fotocopias. Existen sociedades en las que sucede esto", comenta Del Val.
La idea del secreto, del descubrimiento de cosas ocultas, aparece en la novela. "Toda familia tiene un cad¨¢ver en el armario. Es un abuso de poder, una traici¨®n, una conducta indigna... Es algo que se oculta y pasa inadvertido. Posteriormente, cuando hay alguien que quiere averiguarlo lo averigua. Porque todos sentimos curiosidad", afirma el escritor.
Secreto
"Una vez le preguntaron a un franc¨¦s por qu¨¦ hac¨ªa alpinismo. Y ¨¦l contest¨®: 'porque est¨¢n ah¨ª las monta?as'. El ser humano cuanto m¨¢s sensible es, m¨¢s curiosidad siente. A veces, es la casualidad la que lleva al descubrimiento. En la novela queda un poco a juicio del lector si el secreto se descubre o no. Y en caso afirmativo si esto se supera o no", dice Del Val. "Me gustan los finales abiertos porque los finales cerrados son la vida misma. Como dice Fern¨¢n-G¨®mez, son tristes porque siempre muere el protagonista. Una vez terminada la partida de ajedrez, el pe¨®n y el rey vuelven a la misma caja", agrega el escritor.
Nunca se llega a conocer a las personas que est¨¢n al lado. Un amigo o un familiar pueden ocultar o sentir cosas que ni las personas m¨¢s cercanas sospechar¨ªan jam¨¢s. "Yo ser¨ªa incluso m¨¢s dr¨¢stico al decir que no nos conocemos a nosotros mismos. No sabemos lo que somos capaces de hacer en determinadas circunstancias. A Simenon le preguntaron qu¨¦ era un asesino. El escritor contest¨®: 'un asesino es una persona como usted y como yo antes de cometer un asesinato'. Parecemos normales. La tormenta est¨¢ en el interior. Por eso las novelas nos ayudan a conocernos", concluye el escritor.
Luis del Val ha ganado en dos ocasiones el Premio Ondas por su labor radiof¨®nica. Es comentarista del programa Hoy por hoy, de la Cadena SER. Ha publicado novelas como Buenos d¨ªas, se?or ministro o Los juguetes perdidos. Con Las amigas imperfectas obtuvo el XXXV Premio de Novela Ateneo de Sevilla.
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