La investigaci¨®n sobre tres narcotraficantes de la Costa del Sol confluy¨® en el bufete marbell¨ª
Los delincuentes se dedicaban al transporte de hach¨ªs a diversos pa¨ªses europeos
La Operaci¨®n Ballena Blanca no comenz¨® como una investigaci¨®n propia del blanqueo de capitales, sino como la en¨¦sima indagaci¨®n tras la pista de narcotraficantes, que es la principal actividad policial en la Costa del Sol. Y ten¨ªa otra caracter¨ªstica diferente: en esas ocasiones, y como consecuencia de unas comisiones rogatorias, la polic¨ªa espa?ola no puso el ojo en la captura de unos cuantos kilos de hach¨ªs, sino en la actividad de unas empresas que estaban relacionadas con tres organizaciones criminales, una dirigida por un franc¨¦s y otra por un ciudadano marroqu¨ª.
Hab¨ªa en escena un tercer narcotraficante, cuya nacionalidad no ha trascendido. Todos ellos transportaban hach¨ªs a diversos pa¨ªses europeos, fundamentalmente Francia. En muy poco tiempo, la polic¨ªa obtuvo un nexo entre tres sujetos que ni se conoc¨ªan, ni ten¨ªan relaci¨®n en sus actividades: un despacho de abogados de Marbella.
Era una ocasi¨®n ¨²nica, una oportunidad imprevista. Por una vez, el objetivo no estaba en la droga sino en el dinero. Se hab¨ªa discutido durante a?os entre los expertos en los departamentos de estupefacientes sobre la necesidad de invertir el sentido de algunas investigaciones: la polic¨ªa espa?ola ha obtenido desde 1984 excelentes resultados en la lucha contra el narcotr¨¢fico y encabeza cada a?o de forma absoluta el ranking europeo y mundial (en el caso del hach¨ªs) por la cantidad de toneladas de droga aprehendida. No hay comparaci¨®n posible con otro pa¨ªs europeo. El resultado es demoledor: en Espa?a se coge el 70% del hach¨ªs y el 50% de la coca¨ªna que llega a Europa. Pero los resultados sobre los canales de financiaci¨®n del narcotr¨¢fico hab¨ªan resultado casi siempre frustrantes. Muchas brillantes operaciones terminaban con un resultado desolador en lo que afecta al patrimonio de los delincuentes. Pero en esta ocasi¨®n, investigaciones de estupefacientes llevaban directamente sobre la pista del dinero y no de la droga.
As¨ª que el nombre de Fernando Del Valle apareci¨® muy pronto. Y con su nombre su despacho, caracterizado porque todo el personal contratado estaba compuesto por mujeres. No contrataba a hombres y ese detalle no hab¨ªa pasado desapercibido entre sus colegas. Del Valle disfrutaba de un estatus econ¨®mico muy alto y ten¨ªa entre sus aficiones el coleccionismo de coches antiguos. Su despacho estaba tambi¨¦n a la ¨²ltima en lo referente a tecnolog¨ªa inform¨¢tica: todo era inal¨¢mbrico, desde ordenadores hasta tel¨¦fonos, en ese c¨¦ntrico bufete de Marbella.
Pero algunos clientes no eran muy recomendables. Y tampoco era muy razonable que en ese despacho estuvieran domiciliadas cientos de sociedades a nombre de una empleada, algunas sin actividad aparente, otras todo lo contrario, y casi todas ellas dedicadas a la actividad inmobiliaria. As¨ª que Del Valle Abogados no aparece al final del proceso sino casi al principio. Y eso permiti¨® casi un a?o de investigaci¨®n exclusivamente dedicada a ese despacho. Se extremaron todas las cautelas en la investigaci¨®n a ra¨ªz de las proporciones que fue adquiriendo y del estatus de algunos sospechosos. Por ese motivo tambi¨¦n, y a diferencia de tantas operaciones en las que hay que proceder a una detenci¨®n inmediata y apresurada, en la operaci¨®n Ballena se pudo actuar con todas las precauciones legales: cuando actu¨® la polic¨ªa el pasado jueves llevaba consigo las correspondientes ¨®rdenes de detenci¨®n sobre 41 sospechosos.
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