Berlusconi e Irak
En una jugada de cariz marcadamente electoral, Silvio Berlusconi ha anunciado la retirada de las tropas italianas de Irak a partir de septiembre. El primer ministro italiano ha enfatizado que el repliegue ser¨¢ gradual, dependiente de la capacidad defensiva iraqu¨ª y de acuerdo con los aliados, sobre todo Washington y Londres. Bush confirmaba ayer que Berlusconi, con quien el presidente estadounidense sigue manteniendo una relaci¨®n privilegiada en Europa, le ha dado garant¨ªas de estos extremos. Blair, consultado por Roma, ha rehusado fijar fecha para un repliegue brit¨¢nico.
Berlusconi maneja los tiempos pol¨ªticos. Su decisi¨®n, impropiamente anunciada en un popular programa de televisi¨®n y no en el Parlamento -el mismo d¨ªa en que la C¨¢mara baja prorrogaba la financiaci¨®n de las tropas expedicionarias hasta finales de junio-, pone de manifiesto que Il Cavaliere se siente presionado por las elecciones regionales del mes pr¨®ximo, donde la coalici¨®n encabezada por Forza Italia puede perder el control de algunas regiones, pero sobre todo por los decisivos comicios generales de 2006. Los italianos est¨¢n mayoritariamente en contra de la presencia militar de su pa¨ªs en Irak, sentimiento agudizado tras la emotiva muerte de uno de sus agentes secretos que proteg¨ªa el rescate de la periodista Sgrena. Con el calendario esbozado por el primer ministro, sin fecha de conclusi¨®n, lo probable es que las tropas hayan regresado a casa antes de la celebraci¨®n de las legislativas, en la primera mitad del a?o pr¨®ximo. Si Berlusconi consigue extraer el veneno iraqu¨ª de la agenda electoral, sus posibilidades ser¨¢n mucho mayores frente a una oposici¨®n poco consistente.
Nadie puede acusar a Roma de incumplir su parte en Irak. Ni tampoco por ser sensible a un clima de ansiedad sobre la presencia militar en un pa¨ªs ca¨®tico, clima al que ya han sucumbido aliados como Polonia, Holanda o Ucrania. Italia no particip¨® en la invasi¨®n, pero mantiene en Irak a 3.000 soldados, el cuarto contingente num¨¦rico internacional, y ha pagado su cuota en vidas y en secuestros. Otra cosa es que la evoluci¨®n de la situaci¨®n permita a Berlusconi mantener su compromiso con Bush en los id¨ªlicos t¨¦rminos expresados ayer.
Hay muy pocos indicios de que los iraqu¨ªes puedan protegerse a s¨ª mismos en un plazo razonable para las ansias occidentales. En la atm¨®sfera de violencia habitual, el flamante Parlamento democr¨¢tico inauguraba ayer sus sesiones, mes y medio despu¨¦s de unos hist¨®ricos comicios, sin acuerdo entre chi¨ªes y kurdos, las dos fuerzas mayoritarias, sobre el nuevo Gobierno y algunos temas clave. Sin un Ejecutivo fuerte, Irak no estar¨¢ en condiciones de impulsarse fuera de su agujero negro.
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