O suicidio o empuj¨®n
Hace once a?os exactamente el joven Ma?as qued¨® finalista del Premio Nadal con Historias del Kronen, que llevada al cine poco despu¨¦s se convirti¨® en su momento en bander¨ªn de enganche de una nueva sensibilidad lectora, una suerte de narrativa de la experiencia, que iba m¨¢s all¨¢ de la frase inicial: "Me jode ir al Kronen los s¨¢bados por la tarde porque est¨¢ siempre hasta el culo de gente", memorable frase que estall¨®, en el firmamento de la m¨¢s jovenzuela narrativa, como una bomba multicolor de fuegos artificiales, llena de posibilidades. El joven Ma?as public¨® varias novelas m¨¢s, una incluso con muerte de cr¨ªtico literario incluida, que no tuvieron excesivo ¨¦xito de cr¨ªtica, por m¨¢s que intuyo que Jos¨¦ ?ngel Ma?as (Madrid, 1971) es un escritor que tiene m¨¢s talento y capacidades literarias que las que hasta ahora ha mostrado (lo repetir¨¦ al final). Y tiene tambi¨¦n un poso estil¨ªstico y un manejo del lenguaje superior al de muchos otros nombres de la camada. Lo que pasa es que no acaba de rematar la faena, se dispersa, jugando -en este caso, en el de Karen del Corral- a ser el peque?o de los Simpson y escribiendo sobre el mundo literario madrile?o, lo que le da pie para hacer un relato multiuso, en el que hay una m¨ªnima trama policial -?Karen se suicida o la tiran por la ventana?-, lo que le permite a Ma?as demostrar que, si quiere, tiene condiciones y buen pulso narrativo: ah¨ª est¨¢ esa estupenda pareja de polic¨ªas que pisan con soltura los despachos editoriales y los salones literarios; consigue entretener al lector que est¨¢ en el ajo, sobre qui¨¦nes sean esas dos escritoras de la FNAC, ese editor que se aloja en el Palace, esa mujer sin nombre de Espasa, ¨¦sa de nombre enmascarado de Planeta, y tantos escritores reconocibles o no que van al sarao de la escritora de ¨¦xito; le permite tambi¨¦n burlarse de las jergas acad¨¦micas, de los an¨¢lisis narrol¨®gicos, de las logorreas karenianas.
EL CASO KAREN
Jos¨¦ ?ngel Ma?as
Destino. Barcelona, 2005
226 p¨¢ginas. 17 euros
Toda la novela est¨¢ trufada
de gui?os literarios para los aficionados a ponerles rostros a los protas de Ma?as. Las primeras p¨¢ginas, para confusi¨®n de la pe?a, tienen una fuerza brutal, con ese exabrupto de violencia gratuita. Luego va probando otras voces y otros ¨¢mbitos. Se muestra juguet¨®n y poco pedante cuando, como le ocurr¨ªa al cura vasco del chiste que cuantificaba la modestia de Jes¨²s en que pudiendo haber nacido en Bilbao naci¨® en Bel¨¦n, prefiere Ma?as, m¨¢s que citar a Auden o a Eliot, echar mano de las reflexiones del conocid¨ªsimo cr¨ªtico literario Constantino Gonz¨¢lez.
Como podr¨ªa escribir mejor
si se tomara la literatura m¨¢s en serio, a veces le gusta demostrarse que podr¨ªa -si quisiera- y as¨ª no se corta un pelo, de un certero navajazo de barbero h¨¢bil, con frases como ¨¦sta: "... la ma?ana se hab¨ªa anubarrado y la luz serrana atravesaba los borreguillos grises, cayendo al bies, sobre la tierra". El mismo Ma?as que escribe "ojos turnios", o sea, como todo el mundo sabe (menos Seco, que no lo incluye, s¨ª la vig¨¦sima edici¨®n del de la RAE), torcidos. En fin creo que Jos¨¦ ?ngel Ma?as tiene m¨¢s talento narrativo que el que gasta y, ya puestos, podr¨ªa haberse atrevido -si cre¨ªa que ah¨ª hab¨ªa novela- a entrar a saco en el mundillo literario madrile?o, Eme Ele Eme, y salga el sol por Antequera. Pero tampoco esta vez. L¨¢stima.
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