Zapatero, la estatua y el gui?o
Una de las im¨¢genes m¨¢s impagables de la cosa cat¨®dica fue la que el otro d¨ªa nos ofreci¨® el informativo de Tele 5. Con mirada entre sorprendida y gamberra, un encantado Joaqu¨ªn Sabina llegaba a tiempo, casi con la servilleta de la cena a Santiago Carrillo a¨²n pegada en el cuello, para ver c¨®mo ca¨ªa la ¨²ltima estatua del dictador. No s¨¦ si lo planificaron -que va a ser que s¨ª, porque este Gobierno tiene una nariz espectacular para las coincidencias simb¨®licas-, pero que el mismo d¨ªa que el todo Madrid homenajeaba a Carrillo, en su 90? cumplea?os, fuera el mismo en que Franco volaba por el cielo a lomos de una gr¨²a que lo jubilaba para siempre parece casi un sarcasmo. ?Ser¨ªa un delicado regalito de ZP al gran Carrillo, ese hombre de tantas pieles y tantas resistencias? Tambi¨¦n va a ser que s¨ª..., que todos sabemos que ZP es un buen amigo de sus amigos. Y la verdad es que el resto de mortales, los de la familia de la progres¨ªa irreductible, tambi¨¦n lo tomamos como un regalo inesperado y agradable, de esos que uno recibe veinte d¨ªas despu¨¦s de su cumplea?os. La ca¨ªda de la estatua vino acompa?ada de algunos fachas de turno con su Cara al sol y su brazo alzado, y hasta ese detalle fue de agradecer porque no s¨®lo dieron color y decorado al evento, sino que nos recordaron hasta qu¨¦ punto forman parte del museo. Yo estar¨ªa por mantener a ese grupito en formol, Blas Pi?ar incluido, y pasearlo de vez en cuando por las calles de la vieja Sefarad como una de esas atracciones inofensivas de la casa del miedo. ?Qu¨¦ t¨¦trico poder tuvieron, y que rid¨ªculos fantasmas son ahora!
Bien. Tenemos a Carrillo celebrando sus 90, con Franco enviado al almac¨¦n. Tenemos a las tropas retornadas de Irak y a los norteamericanos adecuadamente cabreados. Tenemos a todos nuestros amigos gays preparando bodas como locos, ellos que eran tan poco convencionales... Tenemos a las chicas formando parte de un Gobierno paritario. Por tener, tenemos a la Iglesia toda mosqueada y acorralada, cambiando con nocturnidad y alevos¨ªa a su presidente de la conferencia a ver si llegan tiempos mejores. Por cierto, c¨®mo se notan los 2.000 a?os de sabidur¨ªa de poder de esta instituci¨®n: con el PP ten¨ªamos a Rouco, inflexible, fan¨¢tico, integrista; y con el talante, tenemos a Bl¨¢zquez, moderado, amigo de los vascos, prudente. Estos chicos de la Iglesia saben m¨¢s que el hambre. Dec¨ªamos que ¨ªbamos contentando a la parroquia: mujeres, gays, devorayanquis, antifranquistas, anticlericales... Si algo resulta claro, un a?o despu¨¦s del zapatazo, es que este Gobierno es infinitamente m¨¢s simp¨¢tico, infinitamente m¨¢s digerible e infinitamente m¨¢s cercano. Sin embargo, y quiz¨¢ porque el esp¨ªritu cr¨ªtico es un demonio inquieto que navega alegremente por las aguas de la satisfacci¨®n, hay algo en toda esta simpat¨ªa que me est¨¢ resultando antip¨¢tico. No consigo sacarme de encima la pesada sensaci¨®n de un exceso de gestualidad simb¨®lica, sin m¨¢s objetivo que tener satisfecha y arreglada a la izquierda cultural. Hay un exceso de gui?os a Mafalda, quiz¨¢ porque el propio Bambi, en realidad, era ¨¦l mismo la mismita Mafalda. No s¨¦. O estrategia de mercadotecnia, o convicci¨®n nost¨¢lgica, o la pura realidad de un presidente que pertenece a esa misma familia de las tiras de Quico y que sencillamente es coherente. Y, ?qui¨¦n no va a ser feliz sabi¨¦ndose gobernado por Mafalda? Lo escrib¨ª hace a?os hablando de la mala imagen del PP, y a¨²n me sirve la idea: en este pa¨ªs, para caer bien, hay que estar a buenas con Ana Bel¨¦n y don V¨ªctor, con Sabina, con el gran Wyoming y con los chicos del Caiga quien caiga, y a vivir que son dos d¨ªas. El PP nunca lo entendi¨® -excepci¨®n salva de ese hur¨®n fino que es Ruiz Gallard¨®n-, y parece que ZP lo ha entendido, tanto que, de momento, gobierna fundamentalmente para ello. Y para ellos. Es decir, para nosotros.
Me dir¨¢n que no hay mosqueo posible. Una complicidad, un programa, unos compromisos. Cierto. Pero, ?cierto del todo? Hasta el momento, este Gobierno ha estado sobrecargado de gestos simb¨®licos cuyo efecto en la parroquia es altamente placentero, pero no noto la misma gestualidad comprometida en los fondos del Gobierno. Un ejemplo tonto: la pol¨ªtica econ¨®mica de nuestro querido Solbes, hombre que cae bien a todo el mundo, quiz¨¢ porque nunca se le ve, ni se le nota, ni se le oye. ZP est¨¢ gobernando con la misma pol¨ªtica econ¨®mica del PP, sin casi mover pieza, y sin embargo eso no existe en el debate p¨²blico, entretenidos todos con el cabreo de la Iglesia. Otro ejemplo tonto: la pol¨ªtica militar. ZP se nos va a la ONU, pasea un discurso pacifista de manual, y casi el mismo d¨ªa los presupuestos generales hinchan notablemente la partida de gastos militares. ?Ser¨¢ para propaganda de la paz? Pero el personal est¨¢ entretenido con el discurso. Habr¨ªa m¨¢s ejemplos, como los gestos contra EE UU acompa?ados de palmaditas a Castro y Ch¨¢vez, dualidad que siempre satisface a determinada izquierda, aunque no se sabe muy bien por qu¨¦. O los gui?os a los catalanes y a los vascos, encantados de no recibir gru?idos, sino cafetitos en La Moncloa. Sin embargo, ?existe una m¨ªnima posibilidad de resolver el d¨¦ficil fiscal o la inserci¨®n pol¨ªtica de los batasunos o el derecho a un refer¨¦ndum? Va a ser que no, cepillito en la espalda incluido.
En fin, concluyo. No digo que no est¨¦ contenta, porque la verdad es que ver volar la estatua de Franco por los aires deja a cualquiera con el cutis arreglado. Pero tengo la impresi¨®n de que hay un exceso de pol¨ªtica de galer¨ªa m¨¢s comprometida con caer bien a quien corresponde, que con regenerar la pol¨ªtica. Tiempo al tiempo. S¨®lo llevan un a?o y a¨²n hay mucha tira de Quico por dibujar. Pero no s¨¦, estoy tan contenta que empiezo a estar mosqueada...
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