Triunfo entre cabezadas del Betis

Mart¨ªn Monteagudo ha sometido a los jugadores del Albacete a un tratamiento de choque sobre t¨¢ctica. Eso se nota. Nunca pierden ni la coordenada horizontal ni la perpendicular. Sus filas son un ejemplo de disciplina din¨¢mica. Pero al f¨²tbol no lo conocen en persona. Tan s¨®lo, de o¨ªdas.

La situaci¨®n del Albacete es desesperada -ocho derrotas, un empate y una victoria en la segunda vuelta de la Liga-; muchos profesionales al principio de sus carreras profesionales y que piensan o saben que el club no es m¨¢s que un pelda?o en la misma, y un entrenador necesitado de demostrar su val¨ªa para Primera y que, por eso mismo, abusa del tacticismo. El equipo s¨®lo tiene sentido dibujado con tiza sobre una pizarra. Si se se enfrenta al movimiento, a la imaginaci¨®n, a la personalidad propia a la hora de interpretar un sistema, no puede m¨¢s que caer.

El Betis empez¨® con la modorra primaveral que le caracteriza. Cuando la Semana Santa o la Feria coinciden con el f¨²tbol, a los verdiblancos se les adivina la mirada de quienes quieren quitarse de en medio. El Albacete aprovech¨® la indolencia inicial de los de Heli¨®polis y en los diez primeros minutos se acerc¨® a Doblas con relativa facilidad y mucha energ¨ªa. No era raro ver hasta a cuatro de sus jugadores esperando un centro desde la banda dentro del ¨¢rea.

Con un susto de m¨¢s, la defensa b¨¦tica solucion¨® la papeleta. Y por partida doble, ya que Rivas logr¨® el gol que, por fin, permit¨ªa a su cuadro calzarse las pantuflas y esperar hasta que sonara la sirena que da por finalizado el currelo. Rivas se adelant¨® a Buades y marc¨®. La t¨¢ctica de Monteagudo para defender los balones por alto sirvi¨® para que los b¨¦ticos remataran todas las pelotas que por la olla se acercaron.

Hubo pocas jugadas. Vamos, que uno de los conjuntos consiguiera dar m¨¢s de tres pases avanzando hacia la meta contraria. Fernando no acert¨® a culminar una buena combinaci¨®n en el minuto 23. El Albacete contribuy¨® con las internadas de Mark Gonz¨¢lez, el ¨²nico capaz de ver m¨¢s all¨¢ de la l¨ªnea recta.

A pesar de que el Albacete dejaba un espacio suicida entre la defensa y la media a los delanteros, los verdiblancos no sacaron provecho. Para ver algo digno, al p¨²blico tan s¨®lo le qued¨® Assun??o. El brasile?o coloc¨® dos saques de falta en el palo y marc¨® de tiro pl¨¢cido, elegante.

El Betis cogi¨® entonces el camis¨®n y el orinal. Mark Gonz¨¢lez les oblig¨® a salir de la modorra con su gol de cabeza. El partido tuvo incluso menos ritmo. Pelotazos de unos y de otros, sin concesi¨®n a que la pelota rodara. Emoci¨®n falsa para el fin de un partido prescindible.