La nieve no basta

Ha sido el invierno m¨¢s seco de los ¨²ltimos 10 a?os. En algunas regiones, a pesar de que el mes pasado tuvieron que desempolvar las m¨¢quinas quitanieves, no se acuerdan de lo que es abrir un paraguas para resguardarse de la lluvia. Las grandes nevadas que todav¨ªa est¨¢n deshel¨¢ndose en muchos pueblos y que dejaron una inusual estampa blanca, no han sido suficientes para llenar unos embalses que est¨¢n al 56,3% de su capacidad, por debajo del 71,2% que alcanzaban en marzo de 2004 y tambi¨¦n por debajo de la media en el ¨²ltimo decenio (63,9%).

La palabra "sequ¨ªa" vuelve a aparecer. La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, ya ha hablado del problema esta semana en el Congreso. "En este momento, ya se podr¨ªa hablar de inicio de un periodo de sequ¨ªa", declar¨®, aunque tambi¨¦n quiso lanzar un mensaje tranquilizador: "Es una sequ¨ªa de car¨¢cter meteorol¨®gico que, aunque afecta a los embalses, no tiene influencia apreciable sobre los abastecimientos urbanos, que est¨¢n garantizados, ni tampoco sobre la mayor parte de los regad¨ªos".

Hace unos tres meses se instal¨® en el Atl¨¢ntico una masa de aire seco y estable, denominada "anticicl¨®n de bloqueo", que ha impedido el paso de las borrascas procedentes del oc¨¦ano. Esto, sumado a las escasas lluvias que cayeron en algunas zonas en oto?o, ha provocado que en este a?o hidrol¨®gico (que empez¨® el 1 de octubre) las precipitaciones hayan sido entre un 30% y un 40% inferiores a la media registrada la ¨²ltima d¨¦cada.

Curiosamente, este a?o algunas de las regiones m¨¢s afectadas por la escasez de lluvias, pertenecen a la Espa?a m¨¢s verde. Es el caso de Galicia o la Cuenca del Duero, zonas que no est¨¢n acostumbradas a estampas tan ¨¢ridas ni en verano.

"El problema es que como no suele haber falta de lluvias, los embalses en estas zonas no tienen tanta capacidad como en otras", explica el director general de Aguas, Jaime Palop.

Uno de los focos calientes es la ribera del Segura. El volumen de agua embalsada es del 21,5%, similar al de los ¨²ltimos 20 a?os, si bien Medio Ambiente ha comenzado a poner en marcha las primeras medidas.

Se han declarado "de emergencia" las obras en las desaladoras de San Pedro del Pinatar y se van a modernizar los regad¨ªos en Lorca. "La situaci¨®n, de persistir, -afirm¨® la ministra-, ocasionar¨ªa tensiones socioecon¨®micas debido a la amenaza que suponen unas posibles restricciones, con incidencia en los ciudadanos y en los sectores industrial y tur¨ªstico y, especialmente, en el regad¨ªo".

En Ceuta y Melilla tambi¨¦n se han aprobado trabajos de urgencia, para reducir las p¨¦rdidas en la red, en Ceuta; y evitar la concentraci¨®n salina, en Melilla.

La Cuenca del Ebro tambi¨¦n se est¨¢ viendo afectada. En el canal d' Urgell ha iniciado el periodo de riego con las primeras restricciones. Unas 2.000 hect¨¢reas se quedar¨¢n sin poder ba?ar sus cultivos ya que los embalses de Rialb y de Oliana s¨®lo ten¨ªan reservas para 25 d¨ªas.

Adem¨¢s, las previsiones no son demasiado halag¨¹e?as. Seg¨²n el jefe de predicci¨®n del Instituto Nacional de Meteorolog¨ªa, ?ngel Rivera, aunque llover¨¢ en Semana Santa, "los pron¨®sticos para los pr¨®ximos meses, de car¨¢cter experimental, indican que llover¨¢ dentro de los l¨ªmites normales y, en el sur peninsular, por debajo de lo normal. El problema es que para recuperarnos necesitar¨ªamos precipitaciones por encima de la media", afirm¨®.

A parte de las medidas de urgencia, Medio Ambiente est¨¢ ejecutando el Plan de Sequ¨ªa fijado por el Plan Hidrol¨®gico Nacional y que deber¨ªa haber estado redactado en julio de 2003. Esta norma contempla la instalaci¨®n de indicadores en los embalses que definan los diferentes estados de sequ¨ªa, normalidad, prealerta, alerta y emergencia, y unas normas de actuaci¨®n en cada caso. "Ser¨¢n unas reglas de juego aprobadas por todos para que no dependa de quien gobierne la actuaci¨®n que se lleve a cabo", explica el director general de Aguas.

Asimismo, se est¨¢n recuperando infraestructuras construidas en sequ¨ªas anteriores y que fueron abandonadas una vez finalizada la escasez. "Antes, cada siete u ocho a?os, se acomet¨ªan obras nuevas para hacer frente a la falta de agua. Ahora estamos aprovechando la situaci¨®n actual para ponernos las pilas y que estas estructuras sirvan de reserva estrat¨¦gica de las ciudades", afirma Palop. "Por primera vez, -continu¨®-, estamos actuando como si la sequ¨ªa fuera un fen¨®meno normal, que en un clima mediterr¨¢neo sucede cada cierto tiempo. Si conseguimos mejorar la gesti¨®n del agua, no tendremos que preocuparnos m¨¢s [por este fen¨®meno meteorol¨®gico]".