El ensayo marroqu¨ª
El Gobierno promueve la contrataci¨®n en Marruecos de 800 inmigrantes para la campa?a de la fresa onubense
El contingente m¨¢s numeroso de inmigrantes marroqu¨ªes contratados en origen lleg¨® a Huelva el jueves 17 de la mano de la organizaci¨®n agraria Asaja. Se trata de un grupo de 235 trabajadores, en su mayor¨ªa mujeres. Al igual que Asaja, otras organizaciones agrarias, adem¨¢s de la patronal Freshuelva, han viajado hasta Marruecos para realizar la selecci¨®n de temporeros, a ra¨ªz de la experiencia piloto puesta en marcha por la Direcci¨®n General de las Migraciones del Ministerio de Trabajo. Este plan prev¨¦ la contrataci¨®n en origen de 800 trabajadores marroqu¨ªes para esta campa?a.
Sofia Jefjaf, de 43 a?os, Zahra Anogot, de 33, y F¨¢tima Amraqui, de 45, descansaban el viernes en una vivienda de la finca de Lacana Fruta de Moguer (Huelva), despu¨¦s de un largo viaje en barco desde T¨¢nger hasta Algeciras (C¨¢diz) y posteriormente en autob¨²s a Huelva. Pertenecen al grupo de 235 trabajadores contratados a instancias de Asaja. El contrato en origen garantiza al trabajador alojamiento, que facilita el empresario, y trabajo en el campo durante los tres meses que dura la campa?a.
Lacana Fruta junto con Berrygal y Fresrica son tres empresas productoras de fresas y frambuesas, que pertenecen al grupo Alconera, la entidad comercializadora. En total, cada una de estas empresas que participa en el plan piloto ha contratado a 60 trabajadores de Marruecos. En las fincas hay adem¨¢s un grupo de jornaleras polacas y rumanas.
"Me parece muy positivo que traigan tambi¨¦n a mujeres marroqu¨ªes a la campa?a de la fresa. En mi pa¨ªs hay poco dinero y necesitamos trabajar", afirm¨® Sofia Jefjaf, que estuvo en Huelva en la temporada pasada. Jefjaf no tiene hijos pero su familia es numerosa. Es la mayor de siete hermanos.
Zahra Anogot, que apenas entiende el castellano, es la primera vez que trabaja: "Mi marido y mi hijo est¨¢n en Marruecos. Aqu¨ª hay m¨¢s libertad para las mujeres. En Marruecos tengo que estar en casa". Por su parte, F¨¢tima Amraqui, salud¨® la iniciativa de su Gobierno: "Me gusta que mi pa¨ªs colabore en esta iniciativa, igual que hacen otros pa¨ªses. Nosotras tambi¨¦n trabajamos bien".
Aunque la selecci¨®n de trabajadores marroqu¨ªes en origen se realiza desde que se puso en marcha hace cinco a?os esta f¨®rmula, ¨¦ste es la primera vez que la selecci¨®n se desarrolla con la colaboraci¨®n de las autoridades de ambos pa¨ªses. Adem¨¢s, en a?os anteriores los grupos eran muy reducidos. A pesar de todo, la cifra de temporeros marroqu¨ªes dista mucho a¨²n del n¨²mero de contratos en origen que se realizan con los pa¨ªses de Europa del Este, que este a?o alcanza los 21.000.
El plan piloto se desarrolla a trav¨¦s de Anapec, una organizaci¨®n de empleo marroqu¨ª que colabora en la selecci¨®n de trabajadores. El subdelegado del Gobierno en Huelva, Manuel Bago resalt¨® que "la buena disposici¨®n de Espa?a y de Marruecos a la hora de colaborar en el plan incidir¨¢ en que en los pr¨®ximos a?os se incremente de forma considerable el n¨²mero de inmigrantes marroqu¨ªes contratados en sus pa¨ªses de origen". Bago subray¨® que en este plan han influido "las buenas relaciones" del Ejecutivo con Marruecos.
La llegada de trabajadores procedentes del Magreb a la campa?a de la fresa onubense constituir¨¢ el futuro de la mano de obra, seg¨²n coinciden empresarios y agricultores. En primer lugar porque resulta m¨¢s rentable. El responsable del campo de CC OO, Santiago Lepe, afirm¨® ayer que "a un empresario le cuesta traer a un trabajador marroqu¨ª 30 euros frente a los 150 de uno del Este". En segundo lugar, porque, seg¨²n Ricardo Escobar, t¨¦cnico de Asaja, "en la medida en que los pa¨ªses del Este se incorporen a la Uni¨®n Europea, como Polonia, y suba su nivel econ¨®mico, esa mano de obra dejar¨¢ de interesarse por la campa?a agr¨ªcola onubense".
La preocupaci¨®n de la contrataci¨®n en origen en Marruecos radica en que "muchos de los contratados no quieren volver a su pa¨ªs e incluso se han dado casos de fuga, aprovechando su estancia en Espa?a", indica Ricardo Escobar. "El miedo que tiene todo el sector es que no se quieran marchar a su pa¨ªs una vez que finalice la campa?a, que la gente no regrese", a?ade. Escobar considera que es necesario "un esfuerzo importante" para que este m¨¦todo funcione.
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