Sandra Bullock, productora

Se puede entender que Superman, Indiana Jones, Torrente o Rocky sean protagonistas de una larga saga de pel¨ªculas. Incluso que pel¨ªculas como Blade o Piratas del Caribe provoquen secuelas. Lo que es absolutamente incomprensible es que un personaje tan olvidable como Miss Agente Especial haga carrera cinematogr¨¢fica. Pero es que ahora cualquier cosita que alcance en la taquilla estadounidense la m¨¢gica cifra de los 100 millones de d¨®lares de recaudaci¨®n tiene asegurado el porvenir en forma de, como m¨ªnimo, una segunda parte. Sandra Bullock, una de esas actrices de Hollywood consideradas como estrellas sin que haya un motivo concreto para ello, es la art¨ªfice del producto, que no s¨®lo protagoniza, sino que tambi¨¦n produce.

Si en la primera parte, estrenada en el a?o 2000, la agente de polic¨ªa que interpreta Bullock deb¨ªa soportar una existencia camuflada como aspirante a concursos de belleza, en esta segunda tiene que aceptar ser la nueva imagen p¨²blica de la polic¨ªa de la ciudad, para lo que el propio cuerpo le proporciona una corte de estilistas y asesores con la intenci¨®n de controlar su tendencia a hablar con la boca llena, a lucir lamparones y a mostrar m¨¢s ojeras de las debidas. Como en el filme original, el mensaje no puede ser m¨¢s machista; los chistes, m¨¢s bobos, y la presumible acci¨®n, m¨¢s ligera.

Hace una d¨¦cada, la actriz afirmaba que, como no se sent¨ªa a gusto con los papeles que le ofrec¨ªan, iba a formar su propia compa?¨ªa de producci¨®n y as¨ª llevar a cabo sus propios proyectos. Desde entonces ha financiado y protagonizado pel¨ªculas del calibre de Siempre queda el amor, Blanco perfecto o Amor con preaviso, adem¨¢s de las dos entregas de Miss Agente Especial, paradigmas de la comedia rom¨¢ntica m¨¢s rancia y tontorrona, y del thriller m¨¢s timorato.