Terri y la hipocres¨ªa.

En los pocos d¨ªas en los que el caso de Terri Schiavo ha ocupado los informativos y p¨¢ginas de los peri¨®dicos han muerto varios centenares de personas en Irak, y varios miles de ni?os inocentes han fallecido en el mundo v¨ªctimas del hambre, de la guerra, y, sobre todo, del olvido. Imaginen los millones de muertes inocentes y evitables que han acontecido en el mundo desde hace 15 a?os, cuando la mente de Terri no pudo sobrevivir en un cerebro grave e irreversiblemente da?ado. Hemos visto como los grupos que se dicen defensores de la vida se manifestaban. Lo parad¨®jico es que muchos de estos grupos son los que defienden con similar vehemencia la pena de muerte, la guerra, o el derecho a la posesi¨®n de armas. Por cierto, incluso la noticia de una nueva matanza similar a la tr¨¢gica Colombine ha pasado prcasi desapercibida entre las noticias de la est¨²pida y est¨¦ril batalla judicial y pol¨ªtica de si se mantiene o no con vida un cuerpo al que la mente abandon¨® hace 15 a?os. La sombra de la hipocres¨ªa sigue cubriendo el mundo.