Resistencia de etiqueta
Para titular esa novela que siempre fue su favorita, y figura entre las m¨¢s extraordinarias de toda la historia literaria, Faulkner recurri¨® a Macbeth, que es el que dice aquello de que "la vida es un cuento contado por un idiota, lleno de ruido y furia, y que no significa nada". Esa parte de la vida que es la actualidad nos da sobrados ejemplos de lo primero, lo segundo y lo tercero. Y la otra parte, que es la vida misma, nos empuja muchas veces a pensar que no tiene m¨¢s sentido que el que el voluntarismo consigue ara?arle a la imaginaci¨®n y luego mantener a pulso. Pero Faulkner sit¨²a el ¨²ltimo cap¨ªtulo de El ruido y la furia en tal d¨ªa como hoy, en Domingo de Resurrecci¨®n (lo que ha hecho correr r¨ªos de tinta optimista) y la palabra que lo preside es "resistir". Dilsey, la vieja criada negra que est¨¢ en casa de los Compson desde el principio, alcanza el final, el desmoronamiento de esa familia, y lo traspasa. Consigue poner un pie en otro ciclo. Hasta qu¨¦ punto ese ciclo ser¨¢ nuevo, no lo sabremos. Pero ella estar¨¢ all¨ª; ha "resistido".
Resistir es, de la manera m¨¢s significativa, oponerse a la furia, preferir el silencio o la armon¨ªa de los sonidos al ruido, y evitar(se) la idiotez. Todo eso lo acabo de ver reflejado pac¨ªfica, discreta e ingeniosamente en una simple etiqueta que un amigo ha pescado en la red y me ha enviado. Se la reenv¨ªo a ustedes por compatibilidad con el esp¨ªritu y la condici¨®n vacacional de este domingo. Un peque?o fabricante de ropa norteamericano que distribuye sus productos en Francia ha decidido imprimir en las etiquetas interiores de las prendas, en franc¨¦s y despu¨¦s de los consejos habituales (lavar a mano, no utilizar lej¨ªa o no planchar), el siguiente mensaje: "Sentimos mucho que nuestro presidente sea un idiota; nosotros no le hemos votado".
Lo que m¨¢s me gusta de esa etiqueta es que refleja con absoluta claridad la buena opini¨®n que ese fabricante tiene del p¨²blico al que destina sus productos. Lo considera documentado e inteligente, capaz de consumir cr¨ªticamente, es decir, usando la cabeza. Adem¨¢s, no s¨®lo conoce, sino que respeta sus eventuales reparos ideol¨®gicos y los atiende. Personalmente no dudo de la autenticidad de lo que se afirma en la etiqueta, pero el que fuera una simple estrategia comercial no s¨®lo no invalidar¨ªa lo dicho, sino que lo reforzar¨ªa. Alguien que dise?a una publicidad tan sutil est¨¢ seguro de que el consumidor hila fino.
De furia consumista, de ruido y de idioteces est¨¢ lleno, en cambio, uno de los anuncios m¨¢s lamentables que he visto en mucho tiempo. Supongo que les suena: multitudes con pancartas esperando la llegada de unos muebles; chavalitas recibiendo a gritos, como si se tratara de estrellas de cine o de rock, a un sof¨¢ o una mesa (ya no s¨¦ muy bien); madres aupando a sus beb¨¦s para que ¨¦stos puedan besar la puerta de un armario (sic). No s¨¦ a qui¨¦n hay que imputarle la autor¨ªa de ese anuncio. Pero me ha quedado clara la pobre impresi¨®n o la triste opini¨®n que el publicista que lo ha dise?ado y el fabricante que lo ha avalado tienen del p¨²blico al que destinan sus productos. La imagen de una masa hist¨¦rica, idolatrando estanter¨ªas o mesillas de noche; poniendo a sus hijos a besar -insisto porque creo que ese gesto encierra como ninguno el "esp¨ªritu" de la campa?a- puertas como si se tratara de la mejilla de un rey mago, no s¨®lo no me parece valorizadora, sino que la considero absolutamente degradante. Dibuja un retrato de los consumidores potenciales (nosotros, puesto que esa tienda se acaba de abrir en Euskadi) que se sit¨²a en la ant¨ªpoda del de la etiqueta mencionada. Lo que en ¨¦sta se asumen como atributos del destinatario all¨ª se presumen carencias: la informaci¨®n, la capacidad critica, la alerta ideol¨®gica. Alguien que dise?a una campa?a (que adem¨¢s es de lanzamiento) tan burda, desde luego no espera de la gente que hile fino. No espera que hile en absoluto. S¨®lo que se deje arrastrar por el ruido y la furia de un consumo irreflexivo, entontecido, sin oponer la menor resistencia. Pues va a ser que no.
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