El volc¨¢nico Maracan¨¢, la ¨²nica ancla con el pasado
?Qu¨¦ ocurrir¨ªa si Espa?a pasara a ser representada por una selecci¨®n auton¨®mica? En Belgrado, la pregunta retumba por doquier para expresar la situaci¨®n actual del f¨²tbol serbio, atomizado desde la guerra de los Balcanes. El competitivo f¨²tbol de la extinta Yugoslavia, cuna de inolvidables talentos, es hoy un mosaico de cinco selecciones: Serbia y Montenegro, Croacia, Bosnia, Macedonia y Eslovenia. En los Balcanes, el f¨²tbol llev¨® al paroxismo las crisis entre nacionalidades y algunas selecciones de nuevo cu?o no obedec¨ªan simplemente a la creaci¨®n de nuevos Estados; en algunos casos, el f¨²tbol contribuy¨® de forma significativa a forjar naciones. En t¨¦rminos futbol¨ªsticos, Serbia, que pag¨® un destierro de la esfera internacional a principios de los 90, result¨® la m¨¢s afectada por el conflicto: no consigui¨® billete para el Mundial de 2002 y la Eurocopa de 2004.
Aunque lidere el grupo, el equipo actual no es talentoso como antes lo fue el f¨²tbol balc¨¢nico
Fruto del embargo internacional al que fue sometido el pa¨ªs, el f¨²tbol serbio vive una profunda depresi¨®n. Hoy, apenas unos pocos miles de aficionados acuden a los estadios. En Serbia, ahora es la selecci¨®n la que concita el mayor inter¨¦s, m¨¢xime cuando por primera vez en mucho tiempo el equipo est¨¢ cerca de volver a la cima, al liderar el grupo de clasificaci¨®n para el Mundial de Alemania de 2006.
Por eso, ma?ana m¨¢s de 50.000 seguidores abarrotar¨¢n el Peque?o Maracan¨¢ de Belgrado; por eso, ante Espa?a, aunque de nuevo ser¨¢ abucheado el viejo himno yugoslavo, la cita tiene tal trascendencia que las hinchadas irreconciliables del Estrella Roja y el Partiz¨¢n han preparado una canci¨®n conjunta que rebaje el volumen de la m¨²sica oficial. La efervescencia del Maracan¨¢ es la gran baza de una selecci¨®n en la que apenas queda rastro de lo que fue. La Serbia actual no es, ni mucho menos, un equipo talentoso, como tantas veces mostr¨® serlo en el pasado el f¨²tbol balc¨¢nico. La ¨²ltima vez, por ejemplo, en el Mundial de Italia 90, cuando dos lanzamientos de Stojkovic -hoy presidente del f¨²tbol serbio- despidieron a la Espa?a de Luis Su¨¢rez en octavos de final.
Actualmente, los serbios han tejido un bloque rudo, de mucho m¨²sculo y una enorme dosis de agresividad. Unos valores contagiados desde las gradas y que estos d¨ªas previos al envite con los espa?oles han rescatado de la retina una fecha marcada en los almanaques de Espa?a: el 30 de noviembre de 1977, cuando Pirri, Migueli, Carde?osa, Rub¨¦n Cano y compa?¨ªa resolvieron con ¨¦xito uno de los mayores combates en la historia de la selecci¨®n, ejemplificado en el botellazo que le abri¨® la cabeza a Juanito. Espa?a gan¨® 0-1 con un espinillazo de Rub¨¦n Cano y logr¨® una plaza para el Mundial de Argentina. Tambi¨¦n se tom¨® la revancha de lo sucedido cuatro a?os antes, cuando Katalinski super¨® a Iribar en Francfort y dej¨® a Espa?a fuera de Alemania 74, la ¨²ltima vez que Espa?a no ha estado en un Mundial. Ahora, de nuevo con Alemania en el horizonte, el equipo de Luis se juega mucho m¨¢s que las alubias. Para Espa?a asomarse a los Mundiales es una obligaci¨®n; para Serbia est¨¢ en juego el orgullo nacional. Pero el ¨²nico ancla con su notable pasado futbol¨ªstico -Yugoslavia fue campeona ol¨ªmpica en 1960 y subcampeona de Europa en 1960 y 1968-, es el volc¨¢nico Maracan¨¢.
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