Mallas para la incontinencia urinaria
Una de cada tres mujeres de entre 35 y 54 a?os sufre p¨¦rdidas involuntarias de orina
Una de cada tres mujeres entre los 35 y los 54 a?os tiene alg¨²n s¨ªntoma de incontinencia urinaria de esfuerzo. Se trata de una disfunci¨®n mucho m¨¢s habitual de lo que se cree en las mujeres (aunque tambi¨¦n la sufren los hombres), sobre todo a partir de los 35 a?os y si han tenido alg¨²n parto vaginal.
La incontinencia se produce normalmente porque "los tejidos del suelo p¨¦lvico se debilitan y pierden tono, o como consecuencia de desgarros en el parto", explica Lorenzo Balaguer¨®, jefe del servicio de ginecolog¨ªa y obstetricia del hospital Universitario de Bellvitge (Barcelona). Tal es el alcance de esta alteraci¨®n funcional, que se ha tratado recientemente como tema central del IX Curso Internacional de Cirug¨ªa Ginecol¨®gica, que ha reunido en el hospital Universitario de Bellvitge a m¨¢s de 500 ginec¨®logos de toda Espa?a y ha tra¨ªdo ponentes de Francia, Alemania, Suiza, Italia y Panam¨¢.
Entre el 80% y el 90% de los casos de incontinencia por esfuerzo puede curarse
Los especialistas certificaron la idoneidad de la t¨¦cnica TVT -de sus siglas en ingl¨¦s tension-free vaginal tape- o banda vaginal sin tensi¨®n. Originaria de Suecia, lleva ya varios a?os practic¨¢ndose de manera m¨¢s o menos generalizada en diferentes hospitales espa?oles y ha desbancado al que hasta entonces era el procedimiento m¨¢s utilizado, la t¨¦cnica de Burch.
Estas bandas o mallas han supuesto una revoluci¨®n en el tratamiento de la incontinencia urinaria por esfuerzo. Desde su inicio se han ido mejorando. Ahora consisten en una especie de cinta, habitualmente de polipropileno -material muy bien tolerado por el organismo-, que se pone por detr¨¢s de la uretra, pero sin tensi¨®n, es decir, sus extremos no van sujetos a nada y queda inerte. Adem¨¢s, como es porosa, no se mueve y acaba integr¨¢ndose en el organismo hasta hacerse indistinguible. De este modo, "aunque la musculatura del suelo de la pelvis se relaje porque pierde tono, los ¨®rganos se mantienen en su posici¨®n, la vejiga no cae y la banda le sirve de apoyo para evitar que se escape la orina. Esto sucede habitualmente en situaciones cotidianas de esfuerzo o presi¨®n abdominal, como coger peso, re¨ªr, toser, etc¨¦tera, cuando la vejiga est¨¢ llena".
Las ventajas de estas mallas son que requieren una intervenci¨®n m¨ªnimamente invasiva porque se colocan por v¨ªa percut¨¢nea -justo por debajo de la piel-, mediante una sencilla operaci¨®n que no suele durar m¨¢s de 25 minutos. Para su colocaci¨®n, se realiza una peque?a incisi¨®n entre los orificios de la uretra y de la vagina, que es por donde se introduce la malla, y otra en la parte superior e interna de cada muslo, para fijarla. Suele utilizarse anestesia epidural y las pacientes se recuperan mejor, antes y en casa. Adem¨¢s, desde el mismo momento en que se coloca cesa la incontinencia, aunque durante un mes aproximadamente hay que evitar grandes esfuerzos. Es el tiempo que los tejidos tardan en consolidarse.
La t¨¦cnica presenta algunos inconvenientes, aunque poco frecuentes: por ejemplo, que el organismo rechace la malla, algo poco probable, o que se perfore la uretra durante la colocaci¨®n.
La incontinencia urinaria representa un grave problema para quienes la sufren. Se averg¨¹enzan e intentan ocultarla, y, en consecuencia, les marca y limita su vida diaria: reducen sus salidas y visten con colores oscuros para que se noten menos las machas de orina si se produce la p¨¦rdida. La falta de informaci¨®n hace que muchas afectadas lleven en secreto su dolencia, cuando existe soluciones relativamente sencillas.
Los resultados de una encuesta mundial de la Sociedad Internacional de Incontinencia realizada en 2003 indican que el 37% de las mujeres entre 35 y 54 a?os tienen s¨ªntomas de incontinencia urinaria de esfuerzo y el 18% de entre 18 y 44 a?os han padecido alg¨²n s¨ªntoma de esta disfunci¨®n antes de los 29 a?os. Adem¨¢s, se calcula que s¨®lo alrededor del 10% de las personas que la padecen consultan a su m¨¦dico y eso que se puede solucionar en entre el 80% y el 90% de los casos.
Antes de recurrir a las mallas, los especialistas recomiendan normalmente una serie de ejercicios de rehabilitaci¨®n destinados a reforzar la musculatura del suelo p¨¦lvico, que en muchos casos ofrecen resultados positivos.
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