Juego de alto riesgo
La mayor¨ªa conservadora del Consejo del Poder Judicial (CGPJ) y el Partido Popular han convergido sin disfraces -el mismo juego y las mismas cartas- en su prop¨®sito com¨²n de boicotear el nuevo sistema de designaci¨®n de los altos cargos judiciales. La ley que aprob¨® en diciembre el Congreso, con la ¨²nica oposici¨®n del PP, exige una mayor¨ªa reforzada de tres quintos (13 de los 20 vocales del Consejo) para nombrar a los altos cargos judiciales: magistrados del Supremo y presidentes de los tribunales superiores de justicia. Un requisito ya exigido, por lo dem¨¢s, para designar a los magistrados del Constitucional.
La ley se someti¨® ayer a su primera prueba con cuatro nombramientos: las presidencias de tres salas del Supremo (Penal, Civil y Militar) y la del Tribunal Superior de Castilla y Le¨®n. Tratar de coparlos era la v¨ªa m¨¢s segura para bloquear el proceso. Y eso es lo que hizo el sector conservador del CGPJ. De paso abonaba la teor¨ªa de la inaplicabilidad de la ley tan querida por el PP, que justamente un d¨ªa antes hab¨ªa presentado un recurso ante el Constitucional. El comportamiento de la mayor¨ªa de vocales af¨ªn al PP (11 sobre 20) constituye un deliberado boicoteo a una ley sancionada por el Parlamento.
El recurso de inconstitucionalidad presentado por el PP, aunque de fundamento muy endeble, entra dentro de la din¨¢mica de un partido de oposici¨®n. Pero el comportamiento de la mayor¨ªa de vocales del CGPJ nombrados en su d¨ªa a propuesta de este partido se inscribe en las peores pr¨¢cticas de filibusterismo, que parec¨ªan circunscritas hasta ahora al ¨¢mbito parlamentario. El bloqueo del Supremo le ha venido de perlas al PP, cuyo portavoz parlamentario, Eduardo Zaplana, lo ha utilizado pol¨ªticamente de inmediato como muestra de la "par¨¢lisis absoluta" a que conduce el nuevo sistema de nombramientos judiciales. El juego es demasiado evidente.
Lo m¨¢s llamativo de la actual situaci¨®n es que la mayor¨ªa conservadora (11 vocales) y la minor¨ªa progresista (7) parec¨ªan haber acordado en anteriores encuentros una lista de candidatos elaborada seg¨²n el m¨¦rito y la capacidad y lo suficientemente plural como para proceder a la elecci¨®n definitiva. Pero el resultado del pleno de ayer muestra que los intereses ideol¨®gicos y partidarios han prevalecido de largo sobre los institucionales.
El sistema constitucional espa?ol, nacido de la voluntad de consenso, exige mayor¨ªas cualificadas para renovar diversos ¨®rganos institucionales, entre ellos el propio Poder Judicial. Por lo que se vio ayer, el PP y sus vocales afines han decidido llevar al borde del abismo su capacidad de bloqueo, en una actuaci¨®n m¨¢s propia de un partido antisistema que de quien gobern¨® este pa¨ªs hasta hace s¨®lo un a?o.
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