Historia y tragedia
Una primera aclaraci¨®n se impone a la hora de acercarse a un filme de la densidad, la belleza y tambi¨¦n la impresionante gelidez de Eleni: aunque en ¨¦l presenciamos un (largo: casi tres horas) filme aut¨®nomo, en realidad estamos ante la primera parte de un tr¨ªptico que, en un futuro inmediato, analizar¨¢ un siglo de historia de Grecia..., que es como decir un siglo de derrotas de los anhelos populares, de postergaciones, de desgarros inmensos, guerra civil incluida.
Un segundo elemento a tener en cuenta es que, a diferencia de la mayor parte de sus pel¨ªculas, aqu¨ª la protagonista absoluta es una mujer, la Eleni del t¨ªtulo: como si en la tormentosa existencia de ella se pudiera condensar todo el dolor de la p¨¦rdida, del destierro, de la huida, de la muerte. Y otro elemento a¨²n que diferencia este filme de los inmediatamente anteriores: la l¨ªmpida apuesta por la tradici¨®n cl¨¢sica de la tragedia, en abierta contradicci¨®n con otros caminos que el propio cineasta ha recorrido en filmes tan hermosos como Viaje en la niebla, La mirada de Ulises o La eternidad y un d¨ªa, en los cuales se hac¨ªa mucho m¨¢s evidente la b¨²squeda de una escritura po¨¦tica por encima incluso del discurso ideol¨®gico que les daba cuerpo. Si a alg¨²n filme anterior suyo se parece, es a El viaje de los comediantes o a Megal¨¦nxandros, y su apuesta por la tragedia y por la historia.
ELENI
Direcci¨®n: Theo Angelopoulos. Int¨¦rpretes: Alexandra Aidini, Nikos Poursanidis, Giorgios Armenis, Vasilis Kolovos, Eva Kotamanidou. G¨¦nero: drama. Grecia-Francia-Alemania, 2004. Duraci¨®n: 170 minutos.
Eso no quiere decir que Eleni no abunde en momentos de restallante belleza, ni que en ella no se adviertan los mismos elementos que suelen caracterizar la narrativa del griego. Autor hasta la m¨¦dula, probablemente el m¨¢s insobornable de los cineastas que hacen cine en Europa en los ¨²ltimos 40 a?os, Angelopoulos concentra en el filme procesos hist¨®ricos complejos en personajes muy concretos, carga de simbolismo a personas, paisajes y acontecimientos hasta construir un paciente discurso hist¨®rico desde el m¨¢s puro materialismo, sin apenas resquicios para la emotividad o para la superficial adhesi¨®n sentimental.
Babelia
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