Las 13 rosas de la Almudena

Emilio Mart¨ªnez-L¨¢zaro ver¨¢ el a?o pr¨®ximo cumplido uno de sus grandes deseos como cineasta: relatar la Guerra Civil espa?ola, no a trav¨¦s de la contienda militar, sino buscando los momentos m¨¢s cotidianos y crueles de la vida en las calles de las distintas ciudades. Una espeluznante historia, el fusilamiento en las tapias del cementerio de la Almudena de Madrid de 13 j¨®venes mujeres inocentes, ocurrido en la madrugada del 5 de agosto de 1939, servir¨¢ de base para que este director madrile?o indague en el horror y la arbitrariedad de aquellos momentos finales de la guerra. Presas desde el mes de mayo, con Franco todav¨ªa en Burgos porque no se atrev¨ªa a aparecer en Madrid, estas j¨®venes, conocidas como "las trece rosas", militantes de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU), de las que s¨®lo cuatro eran mayores de edad, fueron fusiladas en cumplimiento de la sentencia de un consejo de guerra celebrado apenas 48 horas antes. En el mismo lugar, muy poco antes, 43 hombres, algunos de ellos maridos, novios o amigos de las 13 muchachas, hab¨ªan pasado tambi¨¦n por el pelot¨®n de fusilamiento. Todos hab¨ªan sido acusados, en el expediente 30.426, de un intento de atentado contra Franco en el primer desfile de la victoria, que se celebr¨® el 18 de mayo de 1939, y tambi¨¦n de la muerte de un comandante franquista, su hija y su ch¨®fer, s¨®lo una semana antes de las ejecuciones. "Fue un acto de venganza de las tropas franquistas para demostrar su poder en unos momentos de miedo terrible", afirma Mart¨ªnez-L¨¢zaro.

El filme, con el t¨ªtulo provisional de Las trece rosas, es una producci¨®n de Pedro Costa y Enrique Cerezo, quienes han encargado la escritura del gui¨®n a Ignacio Mart¨ªnez de Pis¨®n. La historia, en la que lleva meses trabajando Pedro Costa, cuenta con un colaborador especial: el periodista Carlos Fonseca, autor de de la investigaci¨®n m¨¢s exhaustiva realizada hasta la fecha sobre los hechos en el libro Trece rosas rojas (editorial Temas de Hoy).

"El filme no se centrar¨¢ en la historia del proceso y la condena, sino en la vida de esas muchachas inocentes, sin ninguna malicia ni picard¨ªa, a las que de verdad les toc¨® la china", explica Mart¨ªnez-L¨¢zaro, quien se centrar¨¢ en cinco o seis de estas muchachas para retratar la inocencia, el idealismo y el hero¨ªsmo que demuestran. Como la de Blanca Brisac, hija de un jud¨ªo franc¨¦s, pianista en el cine Alcal¨¢ cuando se proyectaba cine mudo, religiosa, que fue detenida la cuarta vez que fue a visitar a su esposo, violinista, en la c¨¢rcel. Brisac, cuyo hijo Enrique, entonces de 11 a?os, todav¨ªa guarda el recuerdo de su visita a las Salesas para saber de la suerte de sus padres, fue la ¨²nica de las muchachas que confes¨® y comulg¨® antes de la ejecuci¨®n. O el caso de Julia Conesa,una modista y cobradora de tranv¨ªa, de 19 a?os, que dej¨® escrito en una carta a su familia: "Que mi nombre no se borre de la historia". O aquella otra, de nombre Antonia, que se salv¨® del fusilamiento porque los carceleros buscaban en la prisi¨®n de hombres a un Antonio.

Las trece rosas comenzar¨¢ a rodarse el a?o pr¨®ximo.