La guerra, a trav¨¦s de la mirada de un ni?o

Luis Mandoki, un director mexicano afincado en Los ?ngeles y acostumbrado a las producciones de Hollywood, como Atrapada, Mirada de ?ngel o Cuando un hombre ama a una mujer, ha cortado en seco con el cine que ha hecho en los ¨²ltimos 10 a?os. "Siempre quise volver a M¨¦xico para hacer algo, pero no encontraba ninguna historia que me convenciera. Cuando le¨ª el gui¨®n de ?scar Torres no tuve ninguna duda. Era lo que buscaba. Le dije a mi agente: 'No aceptes m¨¢s propuestas. No voy a leer m¨¢s guiones. ?sta ser¨¢ mi pr¨®xima pel¨ªcula".

Voces inocentes (Luis Mandoki, Altavista) es la historia escrita por ?scar Torres sobre Chava, un muchacho de 11 a?os que vive en Cuscatancingo, un pueblo de la periferia de la capital de El Salvador atrapado entre el Ej¨¦rcito y la guerrilla salvadore?a durante la guerra que ensangrent¨® el pa¨ªs centroamericano. Mandoki, Lawrence Bender (productor de pel¨ªculas como Pulp fiction) y Altavista han apostado fuerte en un filme que exhibe sin contemplaciones la crueldad de la guerra y el uso y abuso de los ni?os por parte del Ej¨¦rcito. En la reciente Berlinale, una sala abarrotada por m¨¢s de 600 personas aplaudi¨® a rabiar cuando termin¨® la proyecci¨®n. La pel¨ªcula gan¨® un premio otorgado un¨¢nimemente por un jurado de adolescentes.

"Lo que sucedi¨® en El Salvador en los a?os 80 sucede hoy en Irak y en otras partes del mundo"

?scar Torres escribi¨® su primer gui¨®n despu¨¦s de trabajar siete a?os como actor, en distintos oficios detr¨¢s de las c¨¢maras, "y de leer muchos guiones". Sali¨® de El Salvador rumbo a Los ?ngeles a finales de 1984, en plena guerra. Ten¨ªa 13 a?os. La historia de su vida es la de Chava, el protagonista de Voces inocentes. Torres y Mandoki se conocieron en Los ?ngeles durante el rodaje de un anuncio publicitario. "Me cay¨® bien el tipo", recuerda el realizador, no especialmente interesado en las guerras centroamericanas. "La historia de ?scar me atrap¨® porque sent¨ª que era una historia muy contempor¨¢nea. Lo que sucedi¨® en El Salvador en los a?os ochenta sucede hoy en Irak y en otros lados del mundo. Me pareci¨® una historia muy humana, que nos fuerza a darnos cuenta de que en el mundo hay ni?os que a menudo se nos olvidan y no les hacemos justicia. Los gobiernos y las censuras menosprecian a los ni?os".

Mandoki ha protestado en vano contra la clasificaci¨®n de la pel¨ªcula para mayores de 15 a?os y opina que los ni?os tienen que ver "pel¨ªculas reales, que abran la conciencia y los ojos a lo que est¨¢ pasando en el mundo". Cuando empez¨® el rodaje de Voces inocentes, el director no pens¨® en una pel¨ªcula para ni?os. Se dio cuenta en la etapa de posproducci¨®n, cuando su hijo de ocho a?os le pidi¨® verla. "S¨ª, puedes, pero te advierto que hay una escena muy fuerte. Si la sientes muy fuerte, cierra los ojos nom¨¢s", advirti¨® el director. La vio. Estaba muy impactado. "?Cerraste los ojos?", pregunt¨® el padre. "No, pero la quiero volver a ver", contest¨® el ni?o.

?scar Torres recuerda que el director le dijo: "Cu¨¦ntame todo". Y se pusieron a trabajar, a escarbar sobre la vida de aquel ni?o salvadore?o atrapado por la guerra. "Fueron tres meses de terapia. Fue duro porque tienes que abrirte a alguien que no te conoce. Me di cuenta de que mi historia era m¨¢s universal de lo que cre¨ªa", recuerda Torres.

Director y guionista trabajaron durante meses para reescribir y pulir el texto original. Fue duro y dif¨ªcil, con situaciones dram¨¢ticas que provocaron m¨¢s de una l¨¢grima, como la que dio pie a la escena en la que Chava tiene una metralleta en sus manos y que no estaba en el gui¨®n inicial. Mandoki recuerda que pregunt¨® a Torres si alguna vez dispar¨® a alguien. "Se qued¨® helado y me dijo: 'De eso no tenemos que hablar'. Le repliqu¨¦: s¨ª tenemos que hablar. Por una parte, se sent¨ªa culpable porque estuvo a punto de matar a un muchacho-soldado, y, por otra parte, porque no lo mat¨®. Le saqu¨¦ la historia a tirabuzones, la escribimos y as¨ª fueron saliendo muchas escenas de la pel¨ªcula".

La pel¨ªcula se rod¨® en M¨¦xico y no en El Salvador por razones pol¨ªticas -el Gobierno salvadore?o puso todos los impedimentos posibles- y por falta de infraestructura, equipos y actores. "Hab¨ªa que traer todo desde M¨¦xico, con lo que el presupuesto se disparaba", explica Mandoki. El estreno en El Salvador fue pr¨®digo en incidentes. El presidente no se present¨® el d¨ªa del estreno. El d¨ªa anterior hubo una proyecci¨®n para la prensa a la que asistieron varios representantes oficiales, que abandonaron precipitadamente la sala sin responder una sola pregunta.

Las Fuerzas Armadas pidieron ver la pel¨ªcula en un pase secreto y restringido. Hubo una exhibici¨®n a las siete de la ma?ana para evitar la presencia de la prensa. Pero ¨¦sta se enter¨® e interrog¨® a los militares. "Es una buena pel¨ªcula que no tiene nada que ver con la realidad. En El Salvador no hab¨ªa reclutamientos forzosos. Quien reclutaba era la guerrilla", fue el comentario de los uniformados que se atrevieron a hablar.

All¨ª donde se ha proyectado, la pel¨ªcula ha gustado. La actriz Susan Sarandon la vio en Nueva York y est¨¢ organizando un pase en la ONU. El productor Lawrence Bender envi¨® una copia a varios miembros hispanos del Congreso de Estados Unidos y pr¨®ximamente habr¨¢ una proyecci¨®n en la sede de la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA), en Washington. Amnist¨ªa Internacional la apoya activamente y varios l¨ªderes de la Iglesia cristiana est¨¢n dispuestos a distribuir la pel¨ªcula. Ha estado en los festivales de Toronto, donde se present¨® por primera vez en p¨²blico; Miami, Palm Springs, Puerto Rico, Sundance, Mar del Plata y Cartagena de Indias, donde fue recibida con gran entusiasmo.

Mandoki propone la proyecci¨®n de Voces inocentes en las escuelas y universidades, y est¨¢ en conversaciones con el Ministerio de Educaci¨®n espa?ol para la distribuci¨®n de la pel¨ªcula. Est¨¢ vendida pr¨¢cticamente en todo el mundo, menos en Estados Unidos. ?Por qu¨¦? "No s¨¦, pienso que EE UU vive una ¨¦poca que recuerda el macartismo de los a?os cincuenta, hay mucho miedo y autocensura", responde el realizador.