Guerras que valen la pena
Hay a?os que pasan sin dejar rastro. Otros, sin embargo, no se conforman con s¨®lo pasar; parece que con tal de dejar huella en la memoria hist¨®rica no escatiman en desgracias ni desastres a costa de las vidas humanas que sea necesario. El 2004 fue uno de esos a?os desgraciados. No se conform¨® con guerra y hurac¨¢n devastador en Hait¨ª, genocidio en Sud¨¢n, masacre en Chechenia, guerra en Costa de Marfil o incremento y radicalizaci¨®n de la violencia en Irak y Afganist¨¢n. Dej¨® la huella sangrienta del 11 de marzo, que cicatriz¨® nuestros corazones de por vida, y se despidi¨® con la traca final del tsunami, creando el mayor desastre natural de este siglo. Definitivamente, 2004 no fue un buen a?o.
Despu¨¦s del discurso de investidura del presidente Bush y los comentarios de Condoleezza Rice sobre Ir¨¢n, nadie se toma muy en serio la mano tendida a Europa en este ¨²ltimo viaje del presidente. Pero en una ¨¦poca de belicismo y violencia como la actual, es imprescindible recuperar un orden multilateral que resuelva los grandes retos a los que se enfrenta la humanidad. Una de las claves para conseguirlo ser¨¢ saber elegir bien qu¨¦ guerras vale la pena luchar.
En el acto para el s¨ª del refer¨¦ndum europeo que se llev¨® a cabo en Barcelona con el presidente galo, Jacques Chirac, Zapatero reafirm¨® su postura antiguerra, aunque declar¨® que no escatimar¨ªa esfuerzos en la lucha en contra del machismo y a favor de la igualdad de la mujer.
Otra guerra en la que tampoco se deber¨ªan escatimar esfuerzos es en la de la pobreza extrema, que cada d¨ªa est¨¢ matando a m¨¢s de 28.000 ni?os, condenando al hambre a 800 millones de personas, dejando 115 millones de ni?os sin acceso a la escuela primaria o quitando la vida a m¨¢s de 14.000 mujeres por falta de asistencia sanitaria en el parto. Esta guerra silenciosa tan devastadora tiene soluci¨®n, y este a?o ser¨¢ determinante para romper el ciclo vicioso que est¨¢ condenando a tantos miles de millones de personas desde hace m¨¢s de dos siglos.
En primer lugar, el pr¨®ximo 6 de julio el G-8 se reunir¨¢ en Gleneagles, Escocia. Por primera vez, en este foro se priorizar¨¢ buscar soluciones a la pobreza en ?frica y a la problem¨¢tica del cambio clim¨¢tico. En la ¨²ltima reuni¨®n de los ministros de Econom¨ªa del G-7 se propuso cancelar el 100% del alivio de la deuda multilateral y doblar la ayuda exterior hasta los 100.000 millones de d¨®lares (aunque Estados Unidos se opuso). El progreso no es desestimable. Por primera vez en la historia, este foro incluye un apartado de desarrollo y los mandatarios m¨¢s ricos del planeta reconocen que hacen falta m¨¢s recursos para que los pa¨ªses pobres logren los objetivos del milenio.
Por otro lado, en septiembre se reunir¨¢n los jefes de Estado y de Gobierno en la Asamblea General de Naciones Unidas para cuestionar la reforma de la organizaci¨®n y revisar la declaraci¨®n del milenio. Kofi Annan declar¨® que "a nivel pr¨¢ctico, s¨®lo tenemos entre 18 y 24 meses para crear los cambios necesarios para que se cumplan los objetivos". Un nuevo compromiso con la declaraci¨®n del milenio tambi¨¦n ser¨¢ determinante a la hora de avanzar las trincheras en contra de la pobreza extrema.
Pero, aunque se condonen todas las deudas externas y se duplique la ayuda oficial al desarrollo, la pobreza nunca podr¨¢ ser erradicada sin cambiar las leyes de comercio internacional. El 13 de diciembre se celebrar¨¢ la sexta conferencia ministerial de la Organizaci¨®n Mundial de Comercio (OMC) en Hong Kong. Es preciso que en esa conferencia se recuperen los principios de la declaraci¨®n de Doha para, que "el comercio internacional desempe?e una funci¨®n de importancia en el alivio de la pobreza (...) y que especialmente los pa¨ªses menos adelantados obtengan una parte del incremento del comercio internacional que corresponda a las necesidades de su desarrollo econ¨®mico (p¨¢rrafo 2 de la declaraci¨®n de Doha)".
Vivimos en ¨¦pocas de guerra y, tal y como propone el objetivo ocho del milenio, para ganar la guerra en contra de la pobreza hace falta m¨¢s comercio, menos deuda, m¨¢s ayuda, m¨¢s gobernabilidad y priorizar las inversiones en servicios b¨¢sicos.
La llamada global a la acci¨®n en contra de la pobreza ha unido a plataformas de mujeres, activistas de VIH/sida, j¨®venes, sindicatos, ecologistas, ONG, asociaciones de padres, grupos religiosos y plataformas sociales en todo el mundo, representando a m¨¢s de 150 millones de personas, para que este a?o exijan a sus gobernantes defender los derechos de los m¨¢s desfavorecidos, tal y como se comprometieron al firmar la declaraci¨®n del milenio. En Espa?a, la Coordinadora de ONG para el Desarrollo ha iniciado la campa?a Pobreza Cero adhiri¨¦ndose a este movimiento.
Resaltando las oportunidades que tenemos este a?o para erradicar la pobreza, Nelson Mandela rompi¨® su promesa de retirarse de la vida p¨²blica para apoyar la llamada global enfatizando que "la pobreza extrema es creada y promovida por el hombre, y por lo tanto, puede y debe ser resuelta por el hombre, ya que erradicar la pobreza no es un acto de caridad. Es un acto de justicia y la protecci¨®n de un derecho humano b¨¢sico: el derecho a la dignidad y a llevar una vida decente".
Hay generaciones que pasan sin dejar rastro. Otras se ven enfrentadas a retos hist¨®ricos que ponen a prueba su capacidad de reacci¨®n. La peor herencia de una generaci¨®n es ser recordada como aquella que, pudiendo haber hecho tanto, se atrevi¨® con tan poco. Para evitarlo, es preciso saber elegir qu¨¦ guerras merecen la pena y trabajar conjuntamente para vencerlas, sobre todo teniendo en cuenta que en la guerra en contra de la pobreza, igual que en la del machismo, s¨®lo existir¨¢n vencedores.
Fernando Casado Ca?eque es coordinador general de Naciones Unidas para la Campa?a del Milenio en Espa?a.
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