El caso reabre el debate sobre el derecho a la vida y a la intimidad
Las ¨²ltimas dos semanas de carga emocional y pol¨ªtica han sacudido a EE UU, con opiniones enfrentadas sobre el derecho a la vida y el derecho a morir con dignidad. En la Casa Blanca, George W. Bush dijo ayer que "millones de norteamericanos" estaban entristecidos por la muerte de Schiavo. Tras dar el p¨¦same a los familiares, el presidente celebr¨® "la elegancia y la dignidad" que hab¨ªan mostrado en estos d¨ªas y pidi¨® que se siga "construyendo una cultura de vida".
Bush, que ha sido criticado y aplaudido porque firm¨® la ley de urgencia que el Congreso aprob¨® para permitir a los tribunales federales intervenir (esfuerzo in¨²til, porque todos los jueces y tribunales, incluido el Supremo en seis ocasiones, se han opuesto a alterar las decisiones que dieron la ¨²ltima palabra al marido de Schiavo) concluy¨® as¨ª: "La esencia de la civilizaci¨®n es que el fuerte tiene la obligaci¨®n de proteger al d¨¦bil. En los casos que no est¨¢n claros, el beneficio de la duda deber¨ªa estar a favor de la vida". Pero el 63% de los estadounidenses habr¨ªa hecho lo mismo que el marido de Schiavo, y la mayor¨ªa cree que ni el Gobierno ni el Congreso deben intervenir. Y el drama ha dividido a los republicanos entre el tercio de su electorado que se llama derecha religiosa y los conservadores moderados, que defienden la autonom¨ªa de los Estados y la primac¨ªa de las decisiones personales.
Bandera y enfrentamiento
El Congreso aprob¨® una ley (con respaldo dem¨®crata, sobre todo, en el Senado; mucho menor en la C¨¢mara) que naci¨® lastrada: era lo que no debe ser una ley (abordaba un caso personal ya ocurrido), pasaba por encima de la autonom¨ªa jur¨ªdica de los Estados y violaba el derecho constitucional de los pacientes a rechazar cuidados m¨¦dicos artificiales, establecido por sentencia del Supremo.
Algunos tratar¨¢n de mantener viva una bandera de enfrentamiento. "Es muy posible que con su muerte, Terri se convierta en un s¨ªmbolo de ciertas tendencias perturbadoras de la cultura americana", seg¨²n Gary Bauer, un l¨ªder religioso conservador. Tom DeLay, el extremista republicano que preside la C¨¢mara de Representantes, dijo: "Lo ocurrido se debe a que nuestro sistema no protege a los que lo necesitan, y eso va a cambiar". El caso de DeLay es muy especial, porque hace 17 a?os su familia opt¨® por no mantener vivo al padre, que hab¨ªa sufrido un accidente.
Los dem¨®cratas han estado indecisos y divididos, porque el drama personal y el impacto medi¨¢tico han sido enormes. Un dirigente nacional como el reverendo Jesse Jackson decidi¨® esta semana plantarse delante de las c¨¢maras que rodeaban el hospital y la casa de los padres de Schiavo para "rezar con ellos" y pedir la reconexi¨®n de los tubos de alimento. El congresista Earl Blumenauer conden¨®, en cambio, "el asalto de ide¨®logos e intolerantes que quieren que el Gobierno se entrometa en las decisiones m¨¢s ¨ªntimas".
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