Coherencia
El Parlamento de Andaluc¨ªa acaba de aprobar un paquete legislativo dirigido a favorecer el impulso democr¨¢tico. Leyes como las del Estatuto de los ex Presidentes de la Comunidad, de Incompatibilidades y Electoral, entre otras, van a impedir que altos cargos de la Administraci¨®n desempe?en actividades inmobiliarias y se presenten candidaturas en las que mujer y hombre se alternen en las listas. Adem¨¢s han sido aprobadas con el 70% de los votos parlamentarios. En contra, el PP-A. Un posicionamiento que vuelve a poner de manifiesto que una cosa es predicar y otra dar trigo.
No es l¨®gico que se diga en la calle que se est¨¢ a favor de la transparencia, del rigor y de la escrupulosidad, y en el Parlamento, que es donde se elaboran las Leyes con estos objetivos, se diga lo contrario. Un actuar que ense?a a las claras que, para algunos, lo importante no es la transparencia y el control, si no que se trasmita que no existe control ni transparencia. Que esta sociedad y estos gobernantes, por definici¨®n, son y est¨¢n sucios. De ah¨ª resulte normal que Mariano Rajoy, ante tanto desprop¨®sito y desverg¨¹enza, exija a los miembros de su partido que hagan una oposici¨®n no visceral, inteligente y con finura.
Sin embargo, en Andaluc¨ªa, por lo que se oye a algunos, debe referirse a otro partido y a otros dirigentes distintos de los que a diario no paran de despotricar contra todo lo que se les ponga por delante y por detr¨¢s. No se est¨¢ con este mensaje.
Claro que tampoco hay que extra?arse. Despu¨¦s de todo cuando el presidente del PP-A uni¨® su destino a lo universal y lo universal sigue en su erre tras erre, ahora con un v¨ªdeo. Hecho eso s¨ª desde la libertad de expresi¨®n, como la de Otegui,que, por cierto, acaba de ser absuelto por el TS, porque la libertad de expresi¨®n autoriza a llamar jefe de los torturadores al Rey, siempre que se diga en el Parlamento. Eso s¨ª un v¨ªdeo hecho con finura, escasa visceralidad y con mucha inteligencia pero que insulta a quienes votaron un cambio en Espa?a. Es normal, pues, que el mensaje siga el camino de vuelta.
En fin que, con estos patrones y estos rumbos, lo de la inteligencia y la visceralidad que pide Rajoy ser¨¢ del reino de los cielos, porque lo que es de su direcci¨®n en Andaluc¨ªa no parece. Apa?aos estamos.
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