Suspendidas las competiciones deportivas
El Comit¨¦ Ol¨ªmpico Nacional Italiano (CONI) anul¨® ayer todas las competiciones deportivas del fin de semana. Ni f¨²tbol, ni baloncesto, ni la m¨¢s remota carrera ciclista de aficionados: todo deb¨ªa detenerse como se?al de respeto por el eclipse de Juan Pablo II. Muchos equipos y miles de tifosi fueron sorprendidos por la noticia cuando viajaban de un lugar a otro, pero no hubo quejas. En el f¨²tbol profesional la decisi¨®n del CONI fue aplaudida casi un¨¢nimemente.
El presidente del Comit¨¦ Ol¨ªmpico, Gianni Petrucci, jefe supremo del deporte italiano, consider¨® que el ¨¢nimo colectivo no estaba para juegos y que la pasi¨®n nacional por el f¨²tbol deb¨ªa, por una vez, enfriarse. El CONI emiti¨® un comunicado que dec¨ªa: "El presidente Giovanni Petrucci, a la luz de los boletines m¨¦dicos que ponen de manifiesto la ineluctabilidad y la inminencia del fin del santo padre, por respeto a los sentimientos de los atletas, de los t¨¦cnicos, de los dirigentes y de los aficionados, (...) ha invitado a las federaciones deportivas nacionales a disponer la suspensi¨®n inmediata de la actividad competitiva en calendario este fin de semana".
El director deportivo del Juventus, Luciano Moggi, considerado en cierta forma el papa del calcio, afirm¨® que la decisi¨®n era tan justa que deb¨ªa haber sido adoptada el d¨ªa antes, cuando se supo que Juan Pablo II no ten¨ªa posibilidad de recuperarse. Cosas similares dijeron otros presidentes, entrenadores y futbolistas, pese a la complicaci¨®n que supon¨ªa la medida para el calendario futbol¨ªstico. "Yo me habr¨ªa negado a competir incluso sin la orden del CONI", dijo Bruno Conti, entrenador del Roma.
Alivio policial
Es la segunda vez en tiempo de paz que se cierran los estadios italianos. La primera ocurri¨® en febrero de 1995, como reacci¨®n al apu?alamiento de un aficionado, Vincenzo Spagnolo, minutos antes de un G¨¦nova-Milan. En aquella ocasi¨®n las autoridades quisieron manifestar que no toleraban la creciente violencia en torno al deporte, y la decisi¨®n gener¨® cierta pol¨¦mica.
La suspensi¨®n procur¨® alivio a la polic¨ªa romana, que preve¨ªa lo peor en uno de los encuentros m¨¢s explosivos de la temporada, el Lazio-Livorno. Dos aficiones altamente politizadas, por el lado fascista la del Lazio, por el lado comunista la del Livorno, estaban prestas al choque. Y la polic¨ªa de la capital tem¨ªa un espect¨¢culo de violencia en el momento menos apropiado.
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