Washington quiere controlar a Ch¨¢vez
La Casa Blanca pide ayuda a los pa¨ªses latinoamericanos para 'contener' a Venezuela
Despu¨¦s de tres meses de alta tensi¨®n entre Caracas y Washington, precipitada por las compras de armas de Venezuela a Rusia, Brasil y Espa?a, el Gobierno estadounidense busca el modo de contener al presidente Hugo Ch¨¢vez, y cree que el hombre clave para ello es el brasile?o Lula da Silva. La secretaria de Estado, Condoleezza Rice, que dijo en enero que Venezuela ejerc¨ªa "una influencia desestabilizadora", acaba de suavizar el mensaje y afirma que los dos pa¨ªses "no son enemigos". Ch¨¢vez recogi¨® el guante el jueves: "Nosotros aqu¨ª decimos lo mismito, tampoco queremos ser enemigos de EE UU".
A EE UU no le interesa dar argumentos a la ret¨®rica de Ch¨¢vez, porque el enfrentamiento le conviene para su consumo interno e internacional. Y a Ch¨¢vez, sus tres interlocutores en la reciente cumbre de Ciudad Guyana -Lula, Uribe y Rodr¨ªguez Zapatero- le pidieron que se contuviera, seg¨²n fuentes con acceso a las conversaciones: "Los tres le dijeron a Ch¨¢vez que no pod¨ªa manejar as¨ª su relaci¨®n con EE UU, que tiene que enfocarla de otra manera". El venezolano ha dicho en los ¨²ltimos meses que EE UU es "un imperio del mal" que quiere asesinarle, ha llamado "est¨²pido" al presidente Bush y ha hecho referencias notablemente groseras sobre Condoleezza Rice.
La Administraci¨®n Bush est¨¢ en un proceso de definici¨®n de su pol¨ªtica sobre Venezuela, y ha dado se?ales contradictorias: hay sectores que reclaman m¨¢s dureza, pero la l¨ªnea dominante es la de contener a Ch¨¢vez pidiendo a pa¨ªses latinoamericanos que asuman una tarea de control. Seg¨²n el portavoz de la Casa Blanca, Scott McLellan, en la reciente cumbre norteamericana de Tejas, George Bush "expres¨® su preocupaci¨®n" tanto al mexicano Vicente Fox como al canadiense Paul Martin. Posteriormente, Bush habl¨® por tel¨¦fono con el argentino N¨¦stor Kirchner. "Es un asunto que estamos abordando con otros pa¨ªses, y es importante trabajar en el seno de la OEA", seg¨²n McLellan.
A EE UU le preocupan, adem¨¢s de la ¨ªntima relaci¨®n entre Caracas y La Habana, las compras de armas y la ayuda del chavismo a ciertos grupos en Colombia, Bolivia, Brasil o Argentina. El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, denunci¨® en Brasil la compra de los 100.000 fusiles de asalto Kal¨¢shnikov como "algo malo para el hemisferio". Y Rogelio Pardo-Maurer, responsable de Latinoam¨¦rica en el Pent¨¢gono, declar¨® al Financial Times que Venezuela financia movimientos "en pa¨ªses con estructuras sociales d¨¦biles", algo que identific¨®, "en algunos casos, como subversi¨®n".
Frente a los sectores m¨¢s duros, la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, y su n¨²mero dos, Robert Zoellick, est¨¢n decididos a jugar la carta de la presi¨®n regional con el presidente clave, Lula; Venezuela estar¨¢ muy presente en la visita que Rice va a hacer a Brasil. Richard Boucher, su portavoz, dijo el jueves que EE UU "est¨¢ en contacto con varios pa¨ªses en la zona para animarles a que persuadan a Venezuela a cambiar sus pol¨ªticas".
Fuentes diplom¨¢ticas han recibido el mensaje de que "EE UU valora la cumbre entre Colombia, Venezuela, Brasil y Espa?a, aunque hay escepticismo sobre el cumplimiento de lo acordado", pero a?aden que EE UU "cree que Ch¨¢vez no es reciclable y que hay que ser m¨¢s duros". A Mark Fal-coff, un experto en Latinoam¨¦rica que trabaj¨® para el Comit¨¦ de Relaciones Exteriores del Senado, le cuesta imaginar "qu¨¦ tipo de fruto podr¨ªa rendir una pol¨ªtica as¨ª. No hay que responder a las provocaciones, hay que ignorar a Ch¨¢vez, porque dice cosas para provocar la reacci¨®n, para darse m¨¢s presencia. Trata de ser el nuevo Castro, y no debemos caer en esa trampa".
Tras la valoraci¨®n de la cumbre de Ciudad Guyana por parte de EE UU "porque estaban preocupados de que Ch¨¢vez hablara s¨®lo con Fidel", la Administraci¨®n estadounidense -se?ala una fuente que sigue muy de cerca las relaciones entre EE UU y Latinoam¨¦rica- "sabe que no debe haber una confrontaci¨®n directa con Ch¨¢vez, sino que deben trabajar con otros Gobiernos, y lamentan que Espa?a no sea un socio estrecho de ellos en esto; cuentan con Lula, pero Lula tiene dos problemas: Ch¨¢vez es popular en las bases de su partido, adem¨¢s de estar financiando a movimientos como los Sin Tierra, y Lula tiene unas elecciones cercanas; y hay negocios gigantescos de compa?¨ªas brasile?as en Venezuela, gracias al dinero del petr¨®leo: construcci¨®n de puentes sobre el Orinoco, electricidad, carreteras... Lula no puede permitirse el lujo de ponerse enfrente de Ch¨¢vez, pero lo tiene atravesado en la garganta".
Falcoff asegura que "tanto Lula como Lagos, en Chile, y Kirschner, en Argentina, cuentan con un gran aprecio por parte de Bush, aunque que esto se sepa no les beneficia mucho", e insiste: "Ch¨¢vez tiene gran capacidad de martirologio, y no necesitamos facilit¨¢rselo". Adem¨¢s, a?ade, la dureza con Venezuela tiene otro inconveniente: "Es la fuente del 15% de nuestra importaci¨®n de petr¨®leo; ser¨ªa deseable reducirla, pero no es f¨¢cil a corto plazo". Washington busca desde hace tiempo, aunque no lo admite oficialmente, la reducci¨®n de ese suministro, porque "Venezuela dej¨® de ser un socio fiable para EE UU en el campo petrolero, est¨¦ quien est¨¦ en Caracas, y aqu¨ª est¨¢n evaluando el tema", seg¨²n fuentes diplom¨¢ticas latinoamericanas. Ch¨¢vez tambi¨¦n ha declarado que quiere cortar sus ventas a EE UU -mill¨®n y medio de barriles diarios, el 60% de la exportaci¨®n venezolana- y vender su distribuidora en EE UU, Citgo, pero, en opini¨®n de Markoff, "si se reduce el suministro, Ch¨¢vez perder¨¢ aqu¨ª su mejor baza, que es el lobby petrolero".
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