La Iglesia ortodoxa rusa espera un papa menos activo
El patriarca Alejo II no oculta el agrio conflicto existente entre las dos comunidades
Para la jerarqu¨ªa de la Iglesia ortodoxa rusa, la muerte de Juan Pablo II abre una posibilidad de mejorar las relaciones con el Vaticano. Los dirigentes ortodoxos ver¨ªan con alivio el nombramiento de un nuevo pont¨ªfice menos activo que el polaco y tambi¨¦n menos preocupado por la captaci¨®n de almas en el vasto territorio euroasi¨¢tico ruso.
En su mensaje de p¨¦same, el patriarca Alejo II expres¨® ya su esperanza de que "el nuevo periodo que empieza en la vida de la Iglesia cat¨®lica romana ayudar¨¢ a renovar las relaciones de respeto mutuo y amor cristiano fraternal entre nuestras iglesias". Los elogios del patriarca a Juan Pablo II por su sufrimiento ejemplar y su "ardiente voluntad de servicio cristiano" no ocultaban el agrio conflicto abierto entre las dos comunidades. En m¨¢s de un cuarto de siglo de pontificado, el Papa jam¨¢s se reuni¨® con el m¨¢ximo dirigente de la Iglesia ortodoxa de Rusia ni realiz¨® su sue?o de viajar a este pa¨ªs.
Partiendo de una concepci¨®n patrimonial del Estado y de los ciudadanos, la Iglesia ortodoxa rusa considera que el Vaticano lleva a cabo actividades misioneras que interfieren en su territorio "can¨®nico". El metropolita Kiril, ministro de Exteriores del patriarcado, acus¨® a la Santa Sede de aprovecharse de la posici¨®n de debilidad de la Iglesia ortodoxa a resultas de la persecuci¨®n comunista. Kiril representar¨¢ al patriarca en los funerales de Juan Pablo II.
El arzobispo Tadeus Kondrus¨¦vich, m¨¢xima autoridad de la Iglesia cat¨®lica en Rusia, lament¨® el domingo que al Papa "no le fuese dado" su deseo de visitar Rusia. "Ahora que Cristo le abre las puertas de su reino, nadie puede prohibirle (a Juan Pablo II) estar aqu¨ª entre nosotros", afirm¨® Kondrus¨¦vich ante cerca de un millar de fieles en la catedral cat¨®lica de Mosc¨², en una clara alusi¨®n a que la Iglesia ortodoxa lo impidi¨®.
Juan Pablo II fue invitado a Mosc¨² por Mija¨ªl Gorbachov, cuando ambos se reunieron por primera vez en 1989. Fue en tiempos de Gorbachov, en 1990, cuando la URSS y la Santa Sede establecieron relaciones diplom¨¢ticas. M¨¢s tarde, el presidente de Rusia, Bor¨ªs Yeltsin, y su sucesor, Vlad¨ªmir Putin, reiteraron la invitaci¨®n. Putin, sin embargo, dijo que antes de la visita, el Papa deb¨ªa allanar primero sus problemas con el patriarcado ruso.
Bajo el mandato de Putin, la Iglesia ortodoxa goza de un lugar privilegiado y ha conseguido la devoluci¨®n de tierras perdidas tras la revoluci¨®n de 1917. Sin embargo, no tiene el r¨¦gimen de exenci¨®n fiscal que, en la ¨²ltima d¨¦cada, le permiti¨® comerciar con licores y cigarrillos. Formalmente, la mayor¨ªa de los rusos son ortodoxos, pero las cifras exactas ni se conocen ni se quieren conocer, ya que el censo de 2002 renunci¨® al intento de clarificar las preferencias religiosas de la poblaci¨®n, al parecer por influencia de c¨ªrculos ortodoxos.
Esta fe y la budista, jud¨ªa y musulmana se inscriben en la categor¨ªa de "religiones tradicionales" de Rusia, lo que les da una posici¨®n de ventaja respecto a otras, como la cat¨®lica. Pese a las restricciones y problemas burocr¨¢ticos, esta confesi¨®n goza de creciente popularidad entre sectores educados y prooccidentales. Varios sacerdotes cat¨®licos han sido expulsados y rechazados en la frontera con Rusia. Se calcula que en el pa¨ªs hay entre 600.000 y un mill¨®n de cat¨®licos.
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