Roma se prepara para recibir a dos millones de peregrinos en 48 horas

La plaza de San Pedro tiene forma de abrazo. La cuesti¨®n est¨¢ en saber a cu¨¢ntos fieles podr¨¢ acoger hasta el pr¨®ximo viernes sin que nadie desfallezca en su seno mientras intenta acceder a la bas¨ªlica donde yace el cad¨¢ver de Juan Pablo II. A las cuatro de la tarde de ayer ya hab¨ªan entrado un mill¨®n de personas, la mayor¨ªa j¨®venes. Los fieles tuvieron que esperar m¨¢s de seis horas de pie para apenas ver al Papa durante 10 o 15 segundos. Era tiempo m¨¢s que suficiente para sacar una foto con el tel¨¦fono m¨®vil, cosa que miles de fieles han hecho.

Las autoridades hac¨ªan todo lo posible por preparar la ciudad para el viernes, d¨ªa del funeral, cuando se esperan m¨¢s de dos millones de personas y 200 jefes de Estado y de Gobierno. Los tel¨¦fonos m¨®viles que funcionan con red italiana recibieron ayer este mensaje firmado por el servicio de Protecci¨®n Civil: "Si vas a Roma para el homenaje al Papa utiliza el transporte colectivo, prep¨¢rate para colas organizadas pero muy largas. Calor de d¨ªa. Fresco de noche".

A los j¨®venes que llegan de fuera del pa¨ªs, Protecci¨®n Civil les aconseja llegar con sacos y tiendas de campa?a e instalarse en la zona ya preparada de Tor Vergata.

En efecto, las colas son muy largas. Las im¨¢genes que ofrecen los canales de televisi¨®n normalmente no dan una idea aproximada de la magnitud de la espera, porque los camar¨®grafos se encuentran apostados al final de la v¨ªa de la Conciliaci¨®n, frente a la bas¨ªlica de San Pedro. Pero la fila supera esa avenida, tuerce por la calle aleda?a, donde hay tiendas de guitarras, de alimentos, cibercaf¨¦, farmacia, helader¨ªa, y se derrama en afluentes por los callejones. Para avanzar cien metros se tardaba m¨¢s de una hora. Pero a los fieles no les importa esperar horas para poder ver 15 segundos al Papa muerto. Los servicios de Protecci¨®n Civil repart¨ªan miles de botellas de agua. Hasta hace dos d¨ªas hubo alg¨²n avezado comerciante que vend¨ªa cada botell¨ªn a dos euros. Pero desde el mismo d¨ªa en que se empez¨® a formar la cola no faltaron ni botellas de agua gratis ni m¨¦dicos, enfermeros y polic¨ªas (cerca de 2.000) alrededor del Vaticano. Las comunicaciones por tel¨¦fono m¨®vil estaban ayer tan saturadas que durante ciertos momentos del d¨ªa era imposible establecer llamadas.

Una de las grandes preguntas que se hacen los periodistas italianos en los canales p¨²blicos de televisi¨®n es c¨®mo van a afrontar las autoridades el aluvi¨®n repentino de m¨¢s de dos millones de personas y 200 dignatarios. ?C¨®mo van a conseguir transportar a tantas autoridades desde el aeropuerto hasta la plaza de San Pedro? Llegar¨¢n desde los reyes de Espa?a hasta el presidente de Estados Unidos, pasando por el presidente de la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, Joseph Kabila, y autoridades de la comunidad religiosa internacional como el patriarca ortodoxo de Constantinopla, Bartolom¨¦ I, o el jefe espiritual de la Iglesia anglicana, arzobispo de Canterbury, Rowan Williams.

Hubo quien consigui¨® ver al Papa la misma noche del lunes, en cuanto abrieron la bas¨ªlica. ?se fue el caso de Teresa Calvo, valenciana, de 24 a?os, estudiante de filosof¨ªa en Roma. "El ambiente", recuerda, " invitaba realmente a rezar ".