El Gobierno de las reuniones

No hay lugar para el receso las ma?anas de lunes en el Palau de la Generalitat. Las campanadas de las diez indican el comienzo de una jornada que, casi sin descanso, encadenar¨¢ hasta cuatro reuniones del entorno m¨¢s pr¨®ximo de Pasqual Maragall. El objetivo es claro: coordinar un Gobierno en constantes equilibrismos partidistas y satisfacer las necesidades de un pa¨ªs que en los ¨²ltimos meses ha asistido a no pocos desencuentros de un Ejecutivo que, tras 23 a?os de Converg¨¨ncia i Uni¨®, prometi¨® ser identificado por la transparencia y la claridad.

Pero tras 16 meses de rodaje, el Gobierno tripartito, que no ahorra en reuniones, todav¨ªa no ha encontrado la llave que le permita coordinarse sin m¨¢s sobresaltos que los que implican de oficio el ejercicio del poder. Sus miembros admiten fallos, pero se resisten a adoptar esquemas organizativos m¨¢s verticales que, pese a haber funcionado en otros gobiernos como el tripartito vasco o el de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, forman parte, entienden, de "realidades pol¨ªticas diferentes".

Gobierno catal¨¢n

Equilibrios a tres bandas

Los lunes, de puertas adentro, y los martes, con vistas al exterior, son los dos d¨ªas clave de la semana en el Gobierno catal¨¢n. Los martes se re¨²ne y da cuentas de su trabajo ante la prensa y la opini¨®n p¨²blica el Consell Executiu, el conjunto de los consejeros, pero su trabajo ha comenzado el d¨ªa antes o muchos lunes atr¨¢s en los despachos del Palau de la Generalitat o de la Casa dels Canonges. En estas dependencias se re¨²ne a media ma?ana del primer d¨ªa de la semana el presidente de la Generalitat con el primer consejero, Josep Bargall¨®, un encuentro que trata de sincronizar las agendas semanales de ambos dirigentes y que hace acopio de los argumentos pol¨ªticos necesarios para afrontar la semana.

La hora del almuerzo supone la segunda gran reuni¨®n del d¨ªa, con sus integrantes sentados alrededor de una mesa en la Casa dels Canonges. All¨ª comen "de forma frugal y sin excesos", seg¨²n destaca uno de los asistentes habituales, Pasqual Maragall, Josep Bargall¨®, el consejero de Relaciones Institucionales, Joan Saura, y el secretario del Gobierno y hermano del presidente, Ernest Maragall. Hasta ahora era habitual tambi¨¦n la presencia del consejero de Pol¨ªtica Territorial y portavoz del Gobierno, Joaquim Nadal, que en breve deber¨¢ ceder su silla al resto de sus compa?eros de Ejecutivo, que se turnar¨¢n en el almuerzo seg¨²n los temas que vayan a tratarse.

Tras el caf¨¦, y ya al otro lado de la calle del Bisbe, el Palau de la Generalitat acoge otro encuentro entre Maragall, Bargall¨® y Saura, a los que se suman los dos responsables de comunicaci¨®n del Gobierno: el secretario general, Enric Mar¨ªn, y el secretario de comunicaci¨®n del presidente, Jordi Mercader. O lo que es lo mismo, el tripartito al completo y su equipo de comunicaci¨®n.

En breve se comenzar¨¢ a convocar todav¨ªa otra reuni¨®n impulsada por el presidente tras las crisis del Carmel y del 3%. Se celebrar¨¢ entre el encuentro de la ma?ana y el almuerzo. En ella se reunir¨¢ una suerte de comit¨¦ de direcci¨®n del Ejecutivo, denominaci¨®n prestada del mundo empresarial que desagrada al Gobierno en tanto en cuanto puede restar protagonismo a un Josep Bargall¨® responsable de coordinar sus acciones.

Las funciones del primer consejero, sin embargo, siempre han sido objeto de recelos en un Ejecutivo en el que Esquerra trata de buscar mayor protagonismo sobre todo desde que su l¨ªder, Josep Llu¨ªs Carod Rovira, tuvo que abondonar precipitadamente el Gobierno hace ahora 14 meses.

Otro factor de tensi¨®n es que el secretario del Gobierno, Ernest Maragall, intenta controlar todo desde el principio hasta el final. Las tensiones registradas entre el secretario del Gobierno y el primer consejero son bien conocidas por los miembros del Gobierno y por ello no es extra?o que Pasqual Maragall impulse este n¨²cleo duro o consejo de direcci¨®n del que formar¨¢n parte personas de su m¨¢xima confianza respetando, sin embargo, el siempre r¨ªgido equilibrio de partidos. As¨ª pues, est¨¢ previsto que antes del almuerzo se re¨²nan Maragall, Bargall¨®, Saura, Nadal, el consejero de Econom¨ªa, Antoni Castells, y una sexta persona, que con toda probabilidad ser¨¢ un consejero de Esquerra Republicana. En total, cuatro reuniones cada lunes que no sustituyen, en ning¨²n caso el obligado Consejo T¨¦cnico, la reuni¨®n dirigida por Bargall¨® que prepara el Consell Executiu de los martes.

Gobierno vasco

Las discrepancias, por escrito

"Aqu¨ª prima el respeto mutuo y la lealtad; esta es nuestra f¨®rmula". Quien lo dice es uno de los colaboradores de Javier Madrazo, l¨ªder de Ezker Batua (EB) y socio minoritario del tripartito formado por el Partido Nacionalista Vasco (PNV), Eusko Alkartasuna (EA) y EB. Este colaborador, considera que si el tripartito vasco ha funcionado sin grandes problemas organizativos desde 2001 es por una sencilla raz¨®n: "Aqu¨ª, a diferencia de Catalu?a, ning¨²n partido del Gobierno pretende apear al PNV de su posici¨®n en el Ejecutivo, y eso facilita las cosas".

Sin duda, el peso del PNV dentro del tripartito vasco, la personalidad del lehendakari y la tan particular situaci¨®n pol¨ªtica de Euskadi, hacen de su Gobierno una fortaleza casi inexpugnable. Tambi¨¦n influye, explican otras fuentes, que el Gobierno y los partidos que lo integran tienen completamente separada su din¨¢mica de funcionamiento, algo que no siempre ocurre en el Gobierno catal¨¢n.

Y ante esta situaci¨®n, con pocas reuniones basta. El ¨²nico encuentro que invariablemente tiene el lehendakari con sus colaboradores es el Consejo de Gobierno, que se celebra los martes. Tras la reuni¨®n institucional, otro encuentro, ¨¦ste de car¨¢cter informal, re¨²ne a todo el Ejecutivo alrededor de un generoso almuerzo en la Lehendekaritza. All¨ª se resuelven tensiones, se debaten iniciativas y se preparan los proyectos. Sin formalidades, sin cors¨¦s.

Las escasas crisis internas, sin embargo, se han tratado en otro ¨¢mbito, el de la comisi¨®n de seguimiento del Gobierno tripartito. Este grupo de trabajo, formado por cuatro representantes de cada uno de los partidos que apoyan al Ejecutivo, se ha reunido s¨®lo cuatro veces esta legislatura. Su equivalente catal¨¢n, en cambio, lo ha hecho casi cada mes. Sin duda, juega a favor del tripartito vasco que ya en el documento fundacional del Gobierno quedasen muy claros cu¨¢les eran los puntos en los que no hab¨ªa consenso entre los tres partidos, sobre todo infraestructuras y medio ambiente. Se pactaron las discrepancias de entrada y se fijaron por escrito, algo que no hicieron los partidos catalanes en el Pacte del Tinell.

En Euskadi, la reuni¨®n del tripartito que levant¨® m¨¢s revuelo fue la que permiti¨® desatascar la Ley del Suelo, un proyecto de Ezker Batua que en principio soliviantaba al PNV y a EA. La f¨®rmula buscada para dar salida al conflicto fue la de crear dos comisiones con t¨¦cnicos y pol¨ªticos que trabajaron en paralelo para acercar posturas punto a punto.

Gobierno central

La vicepresidenta como motor

Con un presidente volcado en actividades de representaci¨®n, el papel de la vicepresidenta, Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega, es clave en la organizaci¨®n interna del Ejecutivo. Zapatero limita su presencia, en la medida de lo posible, al Consejo de Ministros de los viernes y a la reuni¨®n de coordinaci¨®n de los lunes. Esta reuni¨®n, la de maitines, como se la conoce en los c¨ªrculos pol¨ªticos, fue toda una instituci¨®n durante los ocho a?os de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar al frente del Gobierno, pero ahora, afirman fuentes de la Moncloa, "ha entrado en clara decadencia".

Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, m¨¢s amante de las reuniones bilaterales seg¨²n sus colaboradores, ha cambiado el formato y la periodicidad. Lejos quedan ya los meses en que los maitines del lunes reun¨ªan, invariablemente, al presidente; a la vicepresidenta; al jefe de Gabinete de Zapatero, Jos¨¦ Enrique Serrano; al portavoz del grupo parlamentario Socialista, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba; al secretario de Organizaci¨®n del PSOE, Jos¨¦ Blanco, y al secretario de Estado de Comunicaci¨®n, Miguel Barroso.

Esta reuni¨®n, aut¨¦ntico motor del Gobierno en sus primeros meses de funcionamiento, ha perdido peso frente a una pujante comisi¨®n de secretarios y subsecretarios de Estado dirigida por Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega. Tambi¨¦n mantiene su importancia organizativa la Comisi¨®n Delegada de Asuntos Econ¨®micos, que se re¨²ne todos los jueves bajo la tutela del vicepresidente del ¨¢rea econ¨®mica, Pedro Solbes.

En cualquier caso, la verdadera preparaci¨®n del Consejo de Ministros se hace en la Comisi¨®n de Secretarios y Subsecretarios, en la que la vicepresidenta sobrepasa ampliamente su papel de coordinadora para dar instrucciones, ordenar cambios y encargar proyectos, lo que la convierte en el aut¨¦ntico motor del d¨ªa a d¨ªa del Gobierno.

Este papel de la vicepresidenta es lo que ha permitido, seg¨²n muchos observadores, evitar nuevos tropiezos como la inesperada retirada del Plan de la Vivienda poco despu¨¦s de presentarse. Pese a su protagonismo, De la Vega cuida al m¨¢ximo sus relaciones con Zapatero. Y es que seg¨²n fuentes pr¨®ximas al Gobierno "son pocos los d¨ªas en que ambos no hablan al menos tres o cuatro veces".