Zapatero volver¨ªa a hacerlo

Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero no tiene reparo en reconocer un a?o despu¨¦s de su victoria electoral y la retirada de las tropas de Irak que lo volver¨ªa a hacer, pese a los problemas que le ha creado con la Administraci¨®n de Bush. Pes¨® mucho en su decisi¨®n que en su visita a los hospitales al d¨ªa siguiente de las elecciones algunas v¨ªctimas del 11-M le dijeran que les resultar¨ªa un alivio la retirada de Irak. En todo caso, primaron sus creencias sobre los problemas que le acarrear¨ªa.

- Pol¨ªtica internacional. Su pol¨ªtica exterior se ha visto marcada por su primera decisi¨®n sobre Irak. Zapatero logr¨® en un d¨ªa una popularidad internacional que otros pol¨ªticos no consiguen en a?os. Esa popularidad es manifiesta en Europa, Latinoam¨¦rica y los pa¨ªses ¨¢rabes. Ese hecho y la necesidad de dar un giro absoluto a la pol¨ªtica de Aznar, de proximidad a Estados Unidos y enfrentada a Europa, le ha forzado a dedicar una parte sustancial de su agenda a la pol¨ªtica exterior. En sus primeros cien d¨ªas, pas¨® fuera de Espa?a uno de cada tres y recibi¨® a 24 mandatarios extranjeros. Fue su popularidad la que propici¨® que el presidente venezolano, Hugo Ch¨¢vez, se le acercara. O que la Liga ?rabe le haya invitado a su cumbre y que Chirac y Schr?der lo incorporen a las suyas. Cree Zapatero que ha logrado su objetivo de recomponer las relaciones con Europa, Latinoam¨¦rica y los pa¨ªses ¨¢rabes. Trabaja ahora en la aproximaci¨®n, de "manera razonable", a Estados Unidos. Atribuye a la "influencia direct¨ªsima" de Aznar las duras cr¨ªticas que el PP hace a su pol¨ªtica exterior.

- Pol¨ªtica vasca. Sigue figurando entre sus objetivos prioritarios y conf¨ªa en que esta legislatura se pueda asistir al final de ETA. No descarta que en las elecciones del 17-A se produzca un cambio. Su discurso vasco parte de la necesidad de un cambio en Euskadi, tras 25 a?os de Gobierno del PNV. Es lo ¨²nico que permanece en el Pa¨ªs Vasco de la etapa de confrontaci¨®n. S¨®lo uno de los tres protagonistas de esa etapa -Ibarretxe- permanece, con un plan soberanista antiguo que surgi¨® como salida a la crisis del Pacto de Lizarra. Los otros dos -Aznar y Mayor- ya no cuentan. Hay un nuevo Gobierno en Espa?a empe?ado en el di¨¢logo, en dar relevancia al euskera en el mundo y en reformar el Estatuto. Es la fuerza del PSE la que puede terminar con ocho a?os de enfrentamiento en Euskadi y la nueva mayor¨ªa hay que conformarla con quienes no quieren la confrontaci¨®n. "El PP y PNV piden el voto para enfrentarnos y beneficiarse", dice. La alternativa del PSE es la convivencia y la reforma. Cree que Euskadi est¨¢ m¨¢s cerca que nunca de la paz. El fin de la violencia no tendr¨¢ precio pol¨ªtico, pero la pol¨ªtica puede contribuir a su final. El Gobierno est¨¢ preparado para lograr el fin de la violencia en Euskadi.

- Pol¨ªtica territorial. Un cambio en Euskadi dar¨ªa al Gobierno una enorme fortaleza para afrontar la pol¨ªtica territorial en su conjunto. Pero, pase lo que pase en Euskadi, su pol¨ªtica est¨¢ dise?ada. Zapatero ha fijado las condiciones de la reforma constitucional y las de los estatutos. A partir de ah¨ª, ha abierto un debate. Su tesis es que "el mejor acuerdo es el que tenga mayor consenso", dentro del respeto a la Constituci¨®n. Conf¨ªa en llevar a buen puerto la reforma en esta legislatura. En ese contexto, sus relaciones con Joan Puigcerc¨®s y Josep Llu¨ªs Carod, l¨ªderes de ERC, principal soporte del Gobierno, son buenas y cree que apoyar¨¢n la estabilidad del Ejecutivo hasta el final de la legislatura. Su respeto a la pluralidad de Espa?a le permite un amplio campo de colaboraci¨®n. Comparte adem¨¢s con ellos una complicidad personal e hist¨®rica, el republicanismo y el fusilamiento de Llu¨ªs Companys, jefe del Gobierno de la Generalitat. El abuelo militar de Zapatero tambi¨¦n fue fusilado por ser republicano en 1936.

- Investigaci¨®n del 11-M. Zapatero y el PSOE dan por cerrada la comisi¨®n de investigaci¨®n. Creen que han hecho un esfuerzo de transparencia. Es la primera vez que un presidente del Gobierno comparece voluntariamente en una comisi¨®n de investigaci¨®n (14 horas) cuando se abordan asuntos en los que era l¨ªder de la oposici¨®n. Zapatero cree que la prioridad son las v¨ªctimas. Mantiene relaci¨®n personal con algunas de ellas, que conoci¨® el mismo 11-M. El segundo objetivo es conocer la verdad de lo sucedido para evitar que se vuelva a producir una tragedia como aquella. Zapatero es muy cr¨ªtico con la gesti¨®n del Gobierno de Aznar entre el 11-M y el 14-M, pero no quiere atribuir responsabilidades pol¨ªticas al PP por lo sucedido. "La responsabilidad de un atentado terrorista es de los terroristas", suele decir. Es cr¨ªtico con la actual actitud del PP ante el 11-M, en la medida en que trata de restar legitimidad al triunfo socialista del 14-M. "Est¨¢n profundamente equivocados si siguen por ese camino", dice.

- Relaciones con Rajoy. En el viaje que han hecho juntos a Roma, al funeral del Papa, han hablado, pero s¨®lo de asuntos rutinarios. Las relaciones pasan ahora por un mal momento, pese a que, como suele recordar Zapatero, en un a?o de Gobierno se ha entrevistado con Rajoy m¨¢s veces que en cuatro a?os del Gobierno de Aznar lo hizo ¨¦ste con ¨¦l. Zapatero atribuye la actitud de Rajoy a sus problemas internos y a su falta de autonom¨ªa en el PP. Ha confesado, en alg¨²n momento, haberse sentido decepcionado con Rajoy, como cuando le neg¨® el apoyo en la Cumbre comunitaria de Bruselas de junio, la del reparto de poder en la UE, y por algunos debates sobre terrorismo. No obstante, y aunque sabe que es una relaci¨®n sometida a altibajos, conf¨ªa en que en los temas de Estado -sobre todo terrorismo y cuesti¨®n territorial- puedan llegar a acuerdos. Zapatero nunca olvida las buenas relaciones que mantuvo con Rajoy, hace ocho a?os, en la Comisi¨®n de Administraciones P¨²blicas y su complicidad personal leonesa.

- Relaciones con la Iglesia. Zapatero no ha ocultado su satisfacci¨®n por la elecci¨®n de Ricardo Bl¨¢zquez, obispo de Bilbao, como nuevo presidente de la Conferencia Episcopal el pasado 8 de marzo. No es de extra?ar porque la Iglesia se presentaba para el Gobierno como un obst¨¢culo para su pol¨ªtica, tras la relaci¨®n tormentosa que Zapatero mantuvo con su predecesor, Antonio Mar¨ªa Rouco Varela, por las reformas sociales que protagoniz¨® su Gobierno. Su entrevista con Bl¨¢zquez, el pasado 5 de abril, cumpli¨® las expectativas de Zapatero. Las relaciones del Gobierno y la Iglesia entrar¨¢n en una nueva etapa, de respeto mutuo. El Gobierno mantendr¨¢ los acuerdos con la Iglesia y ¨¦sta respetar¨¢ las decisiones reformistas del Ejecutivo. Ser¨¢ la clave de esta nueva etapa, en la que Zapatero tiene tambi¨¦n en cuenta la faceta de Bl¨¢zquez como obispo de Bilbao.