Miles de chi¨ªes exigen la salida de las tropas estadounidenses de Irak

En el segundo aniversario del derribo de la estatua de Sadam Husein en la plaza del Para¨ªso de Bagdad -que marca la ca¨ªda de la capital de Irak en manos estadounidenses-, decenas de miles de iraqu¨ªes marcharon sobre ese lugar para exigir la retirada de las tropas extranjeras. La manifestaci¨®n, apoyada por el cl¨¦rigo chi¨ª M¨²qtada al S¨¢der, que en dos ocasiones enfrent¨® su milicia a los soldados de EE UU, tambi¨¦n pidi¨® la celebraci¨®n del juicio del ex dictador.

La manifestaci¨®n, como las que convoca o apoya el cl¨¦rigo radical Al S¨¢der, fue multitudinaria, repleta de banderas verdes del islam y negras del Mahdi, el duod¨¦cimo im¨¢n del chi¨ªsmo y al que aguardan como un redentor. Decenas de miles de personas partieron del barrio bagdad¨ª de Ciudad S¨¢der (nombrado as¨ª en homenaje al padre de M¨²qtada) al grito de "?No a los ocupantes!" hasta alcanzar el centro de Bagdad. Algunos vest¨ªan monos de color naranja (como los de los presos de Guant¨¢namo) y portaban fotograf¨ªas de los abusos cometidos en la prisi¨®n de Abu Ghraib. Se pod¨ªan ver numerosos carteles con leyendas escritas en ingl¨¦s: "No Am¨¦rica. No Sadam. S¨ª al islam". La Asociaci¨®n de Ulemas, instituci¨®n sun¨ª que trata de erigirse en referente espiritual y pol¨ªtico de los ¨¢rabes sun¨ªes (20% de la poblaci¨®n), desplazados del proceso pol¨ªtico, apoy¨® la protesta, pero no particip¨®.

La marcha es tambi¨¦n una demostraci¨®n de fuerza de M¨²qtada al S¨¢der, que vincul¨® su movimiento a la llamada Lista chi¨ª auspiciada por el gran ayatol¨¢ Al¨ª al Sistani, y que result¨® ganadora de las elecciones del 30 de enero.

Reci¨¦n nombrado primer ministro Ibrahim al Yafari (chi¨ª y l¨ªder del partido Dawa), el cl¨¦rigo, que mantuvo una milicia llamada el Ej¨¦rcito del Mahdi, no quiere perder influencia en la pol¨ªtica iraqu¨ª. Ese ej¨¦rcito se enfrent¨® en abril y agosto de 2004 a las fuerzas estadounidenses en Nayaf (uno de los centros santos del chi¨ªsmo, en el sur de Irak) y en Ciudad S¨¢der. La intervenci¨®n de Sistani logr¨® la pacificaci¨®n y el posterior desarme de la milicia, pero Al S¨¢der se mantiene como un referente pol¨ªtico para millones de chi¨ªes (el 60% de la poblaci¨®n de Irak).

"Esta gigantesca manifestaci¨®n es la prueba de que el pueblo tiene la fuerza y la fe necesarias para proteger su pa¨ªs y liberarse de los ocupantes", asegura Ahmed Abed, de 26 a?os, uno de los manifestantes. Estados Unidos, que desde hace meses forma a miles de polic¨ªas y militares iraqu¨ªes, se ha negado a ofrecer un calendario de retirada.

Hubo marchas similares en las principales ciudades chi¨ªes del sur y tambi¨¦n en Ramadi, que, junto a Faluya, antes de su conquista por los estadounidenses a finales de a?o, es uno de los centros de la insurgencia, principalmente sun¨ª y apoyada por radicales extranjeros.

En Mosul, al norte, un coche bomba estall¨® ayer al paso de una patrulla. Mat¨® a dos agentes e hiri¨® a 13 civiles. El objetivo era, al parecer, el general iraqu¨ª Watheq Al¨ª, segundo jefe de la provincia de N¨ªnive.

En otro incidente, los insurgentes mataron a 15 militares iraqu¨ªes cuando atravesaban Latifiya, 30 kil¨®metros al sur de Bagdad. Latifiya, uno de los v¨¦rtices del denominado tri¨¢ngulo de la muerte porque es all¨ª donde se concentran muchos ataques, tiene poblaci¨®n mixta (sun¨ª y chi¨ª).

La polic¨ªa de la vecina Mahmudiya inform¨® de que un grupo de enmascarados oblig¨® a detenerse al convoy, baj¨® a los soldados de los veh¨ªculos y los asesin¨® a sangre fr¨ªa. Otras fuentes informaron a la agencia France Presse de que el ataque se realiz¨® mediante la detonaci¨®n de una bomba colocada en la carretera. Militares y polic¨ªas iraqu¨ªes son uno de los objetivos recurrentes de la insurgencia, que trata de impedir la normalizaci¨®n del pa¨ªs.