Los m¨¦dicos explican las sedaciones "irregulares"

Los m¨¦dicos del servicio de Urgencias del hospital Severo Ochoa de Legan¨¦s han sido acusados por el consejero de Sanidad de Madrid, Manuel Lamela, de aplicar en 2004 "25 sedaciones irregulares, no indicadas, indebidas o en exceso". As¨ª lo afirm¨® el 22 de marzo, cuando anunci¨® la destituci¨®n de la c¨²pula del hospital y lo repiti¨® casi con las mismas palabras en la Asamblea de Madrid el pasado jueves.

Los documentos internos del hospital demuestran que esos 25 casos aireados por Lamela responden a discrepancias m¨¦dicas discutidas en el seno de la Comisi¨®n de Seguimiento, el ¨®rgano que controlaba las muertes de pacientes sedados.

En 17 casos ning¨²n m¨¦dico puso en duda que el paciente deb¨ªa ser sedado. Es m¨¢s, en siete ocasiones las sedaciones no se llegaron a aplicar o lo fueron con retraso. En otros seis casos la discusi¨®n se limit¨® al f¨¢rmaco usado y en dos m¨¢s a las dosis, consideradas "excesivas". Los documentos internos del hospital demuestran que en estas dos cuestiones, f¨¢rmacos y dosis, las discrepancias entre los m¨¦dicos de la Comisi¨®n y del hospital eran constantes en 2004.

La direcci¨®n m¨¦dica exigi¨® a los facultativos que justificaran las sedaciones aplicadas

Otros dos casos no pudieron ser estudiados con detalle porque en uno la informaci¨®n disponible era muy escasa y en otro faltaban los m¨¦dicos que deb¨ªan evaluarlo.

Las sedaciones cuya administraci¨®n fue puesta en duda por algunos miembros de la Comisi¨®n fueron, por lo tanto, ocho: seis consideradas "no indicadas" y otras dos, "dudosas".

La Consejer¨ªa de Sanidad ha dicho que investigar¨¢ a fondo las sedaciones irregulares. Lo que no ha trascendido es que estas sedaciones ya pasaron el control interno del hospital. La Direcci¨®n M¨¦dica exigi¨® en noviembre y diciembre de 2004 a los facultativos que justificaran por escrito su actuaci¨®n en las ocho sedaciones "no indicadas" y "dudosas". Tambi¨¦n lo exigi¨® en dos m¨¢s que, pese a estar indicadas, fueron administradas con "dosis excesivas", seg¨²n la Comisi¨®n.

EL PA?S ha tenido acceso a 9 de estos 10 informes. Ninguno de ellos est¨¢ firmado por el destituido coordinador de urgencias, Luis Montes. Todas las sedaciones fueron realizadas por otros facultativos de los servicios de Urgencias y Anestesiolog¨ªa.

Los documentos indican que se trata de pacientes al borde de la muerte, con graves dolores, en situaci¨®n ag¨®nica y en muchos casos su estado hab¨ªa sido considerado irreversible por m¨¦dicos de otros servicios u hospitales. Uno de los pacientes lleg¨® al Severo Ochoa despu¨¦s de que el servicio de Neurocirug¨ªa del hospital de Getafe calificara de "pron¨®stico infausto en breve" la hemorragia craneal de la paciente. Tres enfermos m¨¢s fueron derivados al box de terminales despu¨¦s de que los m¨¦dicos de urgencias descartaran continuar con tratamientos ante lo irreversible de su estado.

Otros tres fueron descartados por los onc¨®logos por el crecimiento incontrolable de sus tumores. En otro caso, la familia se neg¨® a una transfusi¨®n de sangre ante la "no mejor¨ªa del estado cl¨ªnico y el intenso sufrimiento de la paciente".

En tres de los nueve informes, los m¨¦dicos citan que los enfermos alcanzaban la m¨¢xima puntuaci¨®n (12 puntos sobre 12) en la tabla de riesgo de mortalidad del hospital. Y en siete documentos se aclara que hubo consentimiento informado de los familiares; en un octavo fue la familia la que pidi¨® la sedaci¨®n.

De los nueve, ocho escritos incluyen la situaci¨®n de "agon¨ªa" en la que se hallaba el paciente; cinco refieren el "intenso sufrimiento" que padec¨ªa el enfermo; tres citan el "dolor pese a la administraci¨®n de morfina"; y en dos se menciona la "descerebraci¨®n [muerte irreversible del cerebro, aunque sigan activas funciones b¨¢sicas como la circulaci¨®n o la respiraci¨®n regidas por el bulbo raqu¨ªdeo]". En dos casos los pacientes sufr¨ªan "disnea [ahogo]" y en tres "anuria [los ri?ones ya no funcionaban]".

Todos los m¨¦dicos han dejado constancia de las discrepancias que manten¨ªan con la direcci¨®n sobre la obligaci¨®n de cumplir la normativa interna -las Recomendaciones para la sedaci¨®n del paciente terminal- y sobre la fecha en la que este protocolo entr¨® en vigor.

Los facultativos investigados ponen en duda una y otra vez que los f¨¢rmacos y las dosis impuestas en las recomendaciones del protocolo sean las m¨¢s beneficiosas para el paciente.

Y todos se quejan de que se les investigue por sedaciones que fueron aplicadas durante los meses de junio o julio de 2004, cuando la direcci¨®n a¨²n no hab¨ªa comunicado a Urgencias y Anestesiolog¨ªa el contenido de las Recomendaciones. Los m¨¦dicos de urgencias sostienen que no las recibieron hasta agosto.