Emociones seguras en la Feria de Abril
Los feriantes, el Ayuntamiento y el Gobierno garantizan la fiabilidad de las atracciones de la Calle del Infierno
"El accidente del s¨¢bado ha sido en una atracci¨®n de un parque y no en una feria. La seguridad de los parques no tiene nada que ver con esto porque nosotros cada semana desmontamos y montamos los aparatos. En algunos parques pueden pasar varios a?os sin que nadie toque una pieza". Vicente Ba?uls, propietario de nueve atracciones instaladas en la Feria de Abril de Sevilla, insist¨ªa ayer en dejar claro en que es imposible que en la calle del Infierno del recinto ferial se produzca un accidente similar al que ocurri¨® el s¨¢bado en el Zoopark de Guillena.
Con 56 a?os de experiencia recorriendo todos los pueblos y ciudades de Espa?a, Ba?uls recalca que los controles de seguridad en los aparatos son continuos. "Cada semana un ingeniero de montaje revisa la atracci¨®n cuando la montamos y nos da un certificado de que todo est¨¢ bien. Adem¨¢s pasamos anualmente un examen que hace un ingeniero. Por eso no quiero que se relacione nuestras atracciones con lo ocurrido en Guillena, aqu¨ª la situaci¨®n es diferente. Primero, porque est¨¢ siempre el propietario de las m¨¢quinas y la gente que trabaja tiene mucha experiencia, y segundo porque revisamos todo cada siete o diez d¨ªas".
Ba?uls est¨¢ pendiente esta semana, junto a sus dos hijos, de nueve atracciones en las que trabajan unas 30 personas. Cuenta que nunca ha tenido problemas y que lo que ha pasado en Guillena le sorprende. "En Europa hay 300 m¨¢quinas como ¨¦sa y que yo sepa nunca ha ocurrido nada igual. El motivo no lo puedo saber aunque si no se ha desmontado nunca el aparato es posible que poco a poco algo se haya ido rompiendo, aunque eso no quiere decir que los parques no tengan seguridad porque tambi¨¦n pasan controles".
Ba?uls se?ala que en las ferias cualquier problema en las m¨¢quinas se detecta en las revisiones o en el momento gracias a la experiencia. "Son 56 a?os de estudios, tenemos inspecciones por sorpresa del Ministerio de Industria y cada vez que queremos sacar una nueva atracci¨®n hay que presentar un bolet¨ªn al ministerio, qua da el visto bueno de la parte el¨¦ctrica, despu¨¦s un inspector de la OCA
[un organismo de control autorizado por el Ministerio de Industria] revisa la instalaci¨®n y si todo est¨¢ bien conseguimos el certificado de montaje". Y si algo falla, Ba?uls afirma que, como en todas las profesiones, la experiencia es una garant¨ªa y que enseguida se detecta.
Algo que, seg¨²n Ba?uls, no siempre ocurre en los parques fijos. "All¨ª los empleados pocas veces est¨¢n tantos a?os el cargo de las atracciones, van cambiando. Para nosotros es un trabajo que pasa de abuelos a hijos y a nietos".
Francisco Rivero, con 35 a?os de experiencia y empleado de Booster, una de las atracciones m¨¢s arriesgadas de la feria y propiedad de Ba?uls, explica el sistema de seguridad. La atracci¨®n va girando como las agujas de un reloj, con cuatro ocupantes en cada extremo que giran a su vez 360 grados sobre s¨ª mismos y alcanza una altura de m¨¢s de 30 metros. "Los ocupantes est¨¢n sujetos a la silla por tres sistemas mec¨¢nicos: de aire, hidr¨¢ulico y el¨¦ctrico. Una persona cierra el sistema de aire e hidr¨¢ulico en las sillas y yo desde aqu¨ª con una palanca, el el¨¦ctrico. Si hay un fallo, un cintur¨®n de seguridad tambi¨¦n les mantiene sujetos a la silla. Si pasa algo, el aparato se para autom¨¢ticamente y si nos quedamos sin electricidad puedo echar el freno desde aqu¨ª y mover¨ªamos la atracci¨®n para bajar a los ocupantes".
En otra atracci¨®n vertiginosa, El tirachinas, el propietario, Alfredo Serna, declara que se gasta mucho en seguridad. Las gomas de hilos de l¨¢tex que sirven para impulsar 45 metros la cabina, donde viajan dos personas a 150 kil¨®metros por hora, se cambian cada 400 tiradas pese a que en teor¨ªa pueden aguantar hasta 700. Cada goma cuesta unos 1.200 euros por lo que cada tirada sale por unos tres euros. "M¨¢s los trabajadores, la electricidad, etc¨¦tera". De ah¨ª que un viaje en El Tirachinas cueste nueve euros. "No podemos jugar con la seguridad porque si pasa algo no va a ser un golpecillo de nada", advierte.
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