Mayor¨ªa de dos tercios
Al cumplir su primer a?o al frente del Gobierno de la naci¨®n, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero ha avanzado su agenda para su segundo a?o, destacando en ella tres objetivos prioritarios, el segundo de los cuales afecta a las comunidades aut¨®nomas en general y a las del 151 de la Constituci¨®n en particular, ya que se concreta en las reformas de los estatutos de autonom¨ªa. Para el presidente del Gobierno, con buen criterio, las reformas de los estatutos del 151 son una cuesti¨®n de Estado. Son las comunidades aut¨®nomas, cada una de ellas de manera individualizada, las que tienen que decidir si quieren reformar o no sus estatutos de autonom¨ªa. En esta fase inicial de la reforma el Estado no tiene nada que decir. Pero una vez que la comunidad aut¨®noma ha activado el procedimiento de reforma, s¨ª es precisa la intervenci¨®n del Estado, ya que la Constituci¨®n espa?ola exige en las comunidades del 151, tanto para la aprobaci¨®n originaria del Estatuto como para su reforma, el acuerdo entre la comunidad aut¨®noma y el Estado, es decir, el acuerdo entre el Parlamento de la comunidad aut¨®noma y el Congreso de los Diputados. En esto los estatutos del 151 se diferencian de los del 143 de la Constituci¨®n. El estatuto de la comunidad aut¨®noma del 151 es el resultado de un pacto entre la comunidad aut¨®noma y el Estado. Esta es su naturaleza. De ah¨ª que no pueda admitirse que una de tales comunidades aut¨®nomas decida por s¨ª sola qu¨¦ contenido debe tener su estatuto. Ni en el momento de la aprobaci¨®n originaria ni en el de la reforma del mismo. La reforma del estatuto de autonom¨ªa tiene l¨ªmites sustantivos y procesales. No puede incluir preceptos que est¨¦n en contra de lo previsto en la Constituci¨®n, por ejemplo en lo que a la distribuci¨®n de competencias o a la financiaci¨®n se refiere, ni puede decidirse la reforma unilateralmente sin negociaci¨®n con el Estado. Estamos, por tanto, ante una cuesti¨®n de Estado y es l¨®gico, en consecuencia, que el presidente del Gobierno as¨ª lo haya subrayado al fijar los objetivos de su pol¨ªtica para este pr¨®ximo a?o.
S¨®lo en Andaluc¨ªa existe la posibilidad de que el Estatuto pueda salir adelante sin que el PP participe en la reforma
Pero Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, aprovechando que el primer aniversario de su llegada al Gobierno, ha coincido con las v¨ªsperas de la jornada electoral en el Pa¨ªs Vasco, ha enviado un mensaje a las comunidades aut¨®nomas del art¨ªculo 151, indicando qu¨¦ mayor¨ªa es la que tiene que constituirse en el Parlamento de la comunidad aut¨®noma, para que el Estado acepte la reforma que salga de la C¨¢mara auton¨®mica. El presidente del Gobierno se ha comprometido a aceptar una reforma que venga respaldada por las dos terceras partes de los parlamentarios auton¨®micos vascos, convirtiendo de esta manera la exigencia que figura en el estatuto de autonom¨ªa de Catalu?a en la norma tambi¨¦n para la reforma del Estatuto vasco, en el que ¨²nicamente se exige mayor¨ªa absoluta en el Parlamento auton¨®mico.
La advertencia del presidente del Gobierno est¨¢ dirigida exclusivamente al Pa¨ªs Vasco, pero va a afectar inevitablemente a las otras dos comunidades aut¨®nomas del art¨ªculo 151, Galicia y Andaluc¨ªa. Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero ha venid a fijar la posici¨®n pol¨ªtica del Gobierno en lo que a la reforma de los estatutos del 151 se refiere. Lo determinante no es la mayor¨ªa que cada uno de los estatutos prevea para su reforma, sino que el acuerdo parlamentario pase el list¨®n de los dos tercios. Obviamente si esto se le exige al Parlamento vasco, no es posible que no se le vaya a exigir a los Parlamentos gallego y andaluz.
Pol¨ªticamente, pues, la mayor¨ªa que se va a necesitar para la reforma del estatuto de autonom¨ªa para Andaluc¨ªa va a ser una mayor¨ªa de dos tercios y no un mayor¨ªa de tres quintos. Y esto tiene importancia, porque la mayor¨ªa de tres quintos con la actual composici¨®n de la C¨¢mara auton¨®mica se puede alcanzar sin el PP, pero no la mayor¨ªa de dos tercios. Con el criterio establecido por el presidente del Gobierno para dar por buena la reforma aprobada en el Parlamento vasco, el concurso del PP se convierte en impresindible para la reforma del estatuto andaluz.
Tengo la impresi¨®n de que el presidente del Gobierno ha pretendido, como vulgarmente se dice, matar dos p¨¢jaros de un tiro. No es imaginable que Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, al formular esta exigencia para el Pa¨ªs Vasco, no tuviera presente la reforma estatutaria en Andaluc¨ªa. En Galicia todav¨ªa no est¨¢ en marcha y, adem¨¢s, dada la composici¨®n del Parlamento gallego, no hay riesgo de que ning¨²n partido relevante se quede fuera de la operaci¨®n de reforma. Unicamente en Andaluc¨ªa existe la posibilidad de que la reforma estatutaria pueda salir adelante sin que el PP participe en ella. Y a evitar que esta posibilidad acabe materializ¨¢ndose es a lo que va tambi¨¦n dirigida la exigencia de los dos tercios.
Me parece que la advertencia del presidente del Gobierno llega en buen momento, ya que, de acuerdo con los calendarios que han transcendido, en los pr¨®ximos meses se van a concretar en el Parlamento los primeros proyectos de reforma estatutaria. Es importante que el PP participe en ellos y que participe sabiendo que su concurso va a ser necesario. Esto le da fuerza, pero tambi¨¦n le obliga a negociar de buena fe con los dem¨¢s partidos, ya que el Partido Popular no puede interpretar que la elevaci¨®n del list¨®n por el presidente del Gobierno le da una capacidad de bloqueo de la reforma en cualquier circunstancia.
Pues una cosa es que una reforma estatutaria no deba hacerse razonablemente sin contar con el PP y otra distinta es que el PP, contra toda raz¨®n, se oponga a cualquier reforma estatutaria. Este es el mensaje que ha transmitido el presidente del Gobierno y har¨ªan bien en atenderlo todos los partidos parlamentarios andaluces.
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