Segundo asalto de Hilary
Su gusto por los personajes dif¨ªciles le ha llevado a ganar dos Oscar antes de cumplir los 31a?os. El ¨²ltimo, por su papel de boxeadora en 'Million dollar baby', de Clint Eastwood. Hilary Swank, una actriz at¨ªpica acostumbrada a luchar por sus sue?os y contra Hollywood.
Hilary Swank consigue que se hable de nuevo de ella en su papel de Maggie, la joven que sue?a con convertirse en campeona de boxeo en el drama de Clint Eastwood Million dollar baby. Un papel por el que ha obtenido un Oscar, el segundo de su breve carrera, y con el que ha demostrado una vez m¨¢s su extraordinaria fuerza de voluntad, su total dedicaci¨®n al proyecto, la disciplina, adem¨¢s de un genuino talento de actriz y unas dotes atl¨¦ticas nada desde?ables. Swank ha transformado su f¨ªsico para resultar cre¨ªble como p¨²gil, practicando boxeo durante seis meses y recibiendo unos buenos golpes de sus sparring.
En la pel¨ªcula establece una relaci¨®n filial con el personaje de Eastwood, que es aqu¨ª actor y director, Frankie Dunn, anciano entrenador inicialmente lleno de prejuicios contra el boxeo y al que la entusiasta y optimista Maggie pone en dificultades. Hasta que se produce un giro en la vida de ambos.
Despu¨¦s de la formidable interpretaci¨®n de la chica que se convierte en hombre en el drama transexual Boys don't cry, por el que consigui¨® el Oscar en 1999, a Hilary le han preguntado varias veces: "?C¨®mo cree que va a encontrar de nuevo papeles de tanta envergadura?". "Despu¨¦s de esa pel¨ªcula me di cuenta de que, en efecto, no se encuentran a menudo grandes personajes", dice Swank, de 30 a?os. "Ya es bastante dif¨ªcil leer buenos guiones: y para una mujer es m¨¢s complicado a¨²n elegir".
En resumen, ese Oscar pod¨ªa ser un caso fortuito. Inmediatamente despu¨¦s de Boys don't cry, Swank apareci¨® en El misterio del collar, un drama de ¨¦poca de escaso ¨¦xito (tambi¨¦n porque los cors¨¦s no le sientan bien); despu¨¦s, en la pel¨ªcula de ciencia-ficci¨®n El n¨²cleo, en el papel de una astronauta, y como polic¨ªa en Insomnia, junto a Al Pacino. Poco m¨¢s. La maldici¨®n del Oscar parec¨ªa haber ca¨ªdo sobre ella. Hasta Million dollar baby, una explosi¨®n de buen hacer apreciada por la cr¨ªtica, la Academia y el p¨²blico, por no hablar de Clint Eastwood, que la considera la mejor actriz que circula hoy en el mercado. Y todo gracias a un personaje muy cercano a ella misma, seg¨²n revela Swank en esta entrevista.
Hilary, ?qu¨¦ sab¨ªa usted del boxeo femenino antes de hacer esta pel¨ªcula?
Nada, no entend¨ªa el boxeo, no me interesaba. Despu¨¦s lo practiqu¨¦, lo viv¨ª. Ahora veo desde una perspectiva distinta tanto el boxeo masculino como el femenino. El boxeo no consiste s¨®lo en dar pu?etazos; es un gran juego estrat¨¦gico y mental, como el ajedrez, debes intuir d¨®nde est¨¢n el punto fuerte y el d¨¦bil de tu adversario y utilizarlo a tu favor. Si te haces el fanfarr¨®n o el arrogante, pierdes. Siempre debes respetar al adversario y no bajar nunca la guardia.
?C¨®mo fueron los entrenamientos que ha debido realizar para desempe?ar este papel?
Me he entrenado durante seis meses antes de empezar el rodaje, cuatro horas y media al d¨ªa, seis d¨ªas a la semana. Consegu¨ª casi diez kilos de m¨²sculos. Deb¨ªa tomar 210 gramos de prote¨ªnas al d¨ªa, beber claras de huevo y aceite de semillas de lino, dormir nueve horas para que descansaran los m¨²sculos, pero despert¨¢ndome en mitad de la noche para tomar batidos de prote¨ªnas y regenerar el organismo. Hac¨ªa dos horas y media de boxeo al d¨ªa y dos de pesas. Ha sido una experiencia dolorosa. La primera vez que golpe¨¦ a un adversario durante un entrenamiento le ped¨ª perd¨®n. Y mi maestro, Hector Roca, se enfad¨®: "Pobre de ti si lo vuelves a hacer".
?Por qu¨¦ cree que el papel de Maggie Fitzgerald est¨¢ muy cercano a usted?
Porque viene de la pobreza, igual que yo. Maggie ha crecido en un parque de caravanas, casas m¨®viles, como yo. Porque, al igual que Maggie, yo tambi¨¦n he perseguido mi sue?o, soy decidida, resuelta. Para ella, la manera de salir de la pobreza, abrirse paso en la vida y ganarse el respeto de los dem¨¢s, es el boxeo. Para m¨ª, la interpretaci¨®n es una correlaci¨®n y una forma de identificaci¨®n que mucha gente puede establecer. Maggie es cualquiera que tenga un sue?o e intente alcanzarlo con autodisciplina y con la certeza de que es bueno en algo.
H¨¢blenos de su infancia en el parque de caravanas, ?fue triste?
En absoluto, tambi¨¦n porque ten¨ªa una madre maravillosa que siempre me ha dado todo, y me ha animado. No cambiar¨ªa nada de mi pasado. Y gracias a ella ahora soy como soy. Era observadora, y as¨ª me convert¨ª en actriz. Observaba a la gente a mi alrededor -c¨®mo se mov¨ªan, c¨®mo com¨ªan-, hasta tal punto que mi madre me dec¨ªa siempre: "?No mires tan fijamente!". Esta frase fue el mantra de mi infancia. Me gusta mirar a la gente porque siento que cada person1a tiene una historia fascinante que contar.
?Cu¨¢ndo empez¨® a interpretar?
De peque?a era un payaso, hac¨ªa re¨ªr, interpretaba instintivamente. Despu¨¦s, un d¨ªa le dije a mi madre: ?quiero ir a Hollywood! Ten¨ªa 15 a?os. Mi madre meti¨® todas nuestras cosas en el coche y bajamos desde el Estado de Washington, donde viv¨ªamos entonces, a Los ?ngeles. Las dos primeras semanas dormimos en el coche. Pero encontr¨¦ pronto un agente y no hab¨ªa pasado un a?o cuando encontr¨¦ mi primer trabajo en una serie de televisi¨®n. Tuve mucha suerte.
Volviendo al boxeo: ?cu¨¢l ha supuesto para usted el mayor desaf¨ªo?
Yo misma. A veces nosotros somos nuestros principales obst¨¢culos por el miedo que tenemos a no conseguirlo. Piense, por ejemplo, en los mediofondistas: corren y corren, pero no creen que puedan correr una milla en menos de cuatro minutos: imposible, dicen. Bueno, un d¨ªa llega uno y supera esa barrera. Pocos meses despu¨¦s, hasta 55 corredores realizan la misma haza?a. ?Por qu¨¦? Es el poder de la mente. S¨¦ que puedo hacerlo y lo hago. Las barreras mentales son obst¨¢culos que nosotros mismos nos ponemos delante.
Tiene un pasado de atleta, ?no es cierto?
S¨ª, nadaba y compet¨ªa. Empec¨¦ a los tres a?os y a los 12 particip¨¦ en las Olimpiadas Juveniles. Me levantaba a las cuatro y media de la madrugada y nadaba dos horas, antes de ir al colegio, y luego, de nuevo a la piscina otras dos horas, despu¨¦s de clase. Llevo esto dentro de m¨ª, la determinaci¨®n, la resoluci¨®n. Luego, la interpretaci¨®n se impuso a lo dem¨¢s, pero la decisi¨®n de dejar de lado la nataci¨®n fue un sufrimiento, porque soy una luchadora.
Muchos dicen que usted tiende a ser masculina. ?Est¨¢ de acuerdo?
En absoluto, me considero muy femenina. En Million dollar baby soy una chica con m¨²sculos, y Boys don't cry hizo de m¨ª casi un estereotipo, pero no me quejo. Soy portavoz en Nueva York de un grupo de gays, bisexuales y transexuales y me siento muy orgullosa de ello. Y sigo yendo a los combates de boxeo, dado que conozco a medio mundo. Cuando me implico en algo no me lo sacudo de encima tan f¨¢cilmente.
Se cas¨® muy joven con el actor Chad Lowe: ?cu¨¢l es el secreto de su relaci¨®n, que a¨²n dura?
Pasiones y puntos de vista comunes, la misma sensibilidad y un sentido de la moral semejante: los dos somos honrados, leales, fieles. Y abiertos. Chad sigue siendo una fuente de inspiraci¨®n para m¨ª, un punto de fuerza. Llevamos juntos 12 a?os, toda una vida.
Sabemos que ahora est¨¢ haciendo muchas pel¨ªculas: ?qu¨¦ puede avanzar de ellas?
Ya he rodado una peque?a pel¨ªcula llamada 11:14, destino fatal -cuyo estreno est¨¢ previsto para el 27 de mayo-, y Red dust, sobre la ¨¦poca despu¨¦s del apartheid en Sur¨¢frica. Adem¨¢s, estoy acabando el rodaje de The black dahlia, de Brian De Palma, una pel¨ªcula policiaca sobre un homicidio en Hollywood en los a?os cuarenta. A ver qu¨¦ tal me desenvuelvo en el papel de la v¨ªctima, que es como la encarnaci¨®n del glamour. De nuevo, otro desaf¨ªo.
?C¨®mo era la relaci¨®n con Clint Eastwood? ?Igual que entre un padre y su hija, parecida a la de la pel¨ªcula?
S¨ª. Y seguimos estando muy unidos. Eastwood es una leyenda viva, un s¨ªmbolo de nuestro cine; yo crec¨ª viendo sus pel¨ªculas. Ha sido la primera persona que me ha hecho enrojecer, cuando le vi. Me sent¨ªa tan intimidada que no sab¨ªa c¨®mo podr¨ªa trabajar con ¨¦l. Clint tiene un carisma asombroso: entra en una habitaci¨®n y la gente se queda con la boca abierta. A su edad, sigue siendo guapo. Es un hombre de pocas palabras, pero fant¨¢stico cuando habla. Es algo an¨®malo en el cine, tiene un gran esp¨ªritu de colaboraci¨®n, pide a todos que aporten su parte, hace que te sientas seguro, pero deja huella en todo lo que rueda. Es un privilegio sentirme su hija adoptiva: de ¨¦l he aprendido m¨¢s de lo que Maggie aprende de Frankie.
? La Repubblica / EL PA?S.
La chica del tr¨¢iler Por Iker Seisdedos
Hollywood nunca ha sabido muy bien qu¨¦ hacer con Hilary Swank. Ni con la adolescente que dio la r¨¦plica al se?or Miyagi en la cuarta entrega de Karate Kid; ni con la actriz que gan¨® 3.000 d¨®lares de sueldo y un Oscar por interpretar a un chico en una pel¨ªcula independiente llamada Boys don't cry. Despu¨¦s de aquel triunfo, que en teor¨ªa deber¨ªa haberse traducido en mejores papeles, la carrera de la actriz, lejos de progresar, naveg¨® a la deriva de las expectativas frustradas. Personajes en filmes fallidos como El n¨²cleo o El misterio del collar no eran, seguramente, lo que ella esperaba. Por eso ahora, a los 30 a?os y tras haber conseguido por Million dollar baby guardar una segunda estatuilla en la vitrina de su casa de Manhattan, la industria del cine admite apuestas. ?Qu¨¦ pasar¨¢ con Hilary?
Los agoreros pueden sacar a relucir nombres como los de Marlee Matlin o Louise Fletcher. ?Se acuerdan de ellas? Ambas ganaron un Oscar a la mejor actriz (por Hijos de un dios menor y Alguien vol¨® sobre el nido del cuco, respectivamente). Es cierto que Hilary ya tiene dos. Y que si algo caracteriza a esta actriz nacida en Bellingham, una ciudad de 70.000 habitantes del Estado de Washington (Estados Unidos), es la perseverancia. Gracias a ella fue como cambi¨® la barriada de casas prefabricadas en la que se cri¨®, por Los ?ngeles, adonde lleg¨® a los 15 a?os con 75 d¨®lares en el bolsillo y un mont¨®n de cupones de gasolinera como ¨²nico medio de subsistencia. Es el mismo tes¨®n con el que acudi¨® cada d¨ªa durante tres meses al gimnasio Gleason de Brooklyn para preparar el papel de la boxeadora Maggie Fitzgerald de Million dollar baby. Y la persistencia que le ha hecho entrar en el exclusivo club que forman Vivien Leigh, Helen Hayes, Sally Field y Luise Rainer: el de las actrices que han logrado dos Oscar en s¨®lo dos designaciones como candidatas.
"No s¨¦ lo que he hecho en la vida para merecer esto. Tan s¨®lo soy una chica que viv¨ªa en un tr¨¢iler y ten¨ªa un sue?o", dijo al recoger el Oscar el pasado 27 de febrero. Aquella noche, Hilary lo celebr¨® con una cena entre amigos a base de hamburguesa vegetariana. Un gesto muy propio de una estrella de cine que viaja en metro, porque es "r¨¢pido y barato".
Desde entonces, tampoco es que le hayan llovido las ofertas. Hasta el momento, en su agenda figuran dos proyectos. Por un lado, The black dahlia, pr¨®xima pel¨ªcula de Brian De Palma, adaptaci¨®n de la novela hom¨®nima en la que James Ellroy recre¨® el brutal asesinato de una aspirante a actriz en Los ?ngeles en la d¨¦cada de los cuarenta. En ella interpretar¨¢ a una glamourosa actriz con la que quiz¨¢ se quite de encima la etiqueta de "voz de la basura blanca", nombre despectivo con el que en Estados Unidos se conoce a la masa que forma la otra Am¨¦rica blanca, la que vive empobrecida y desarraigada en los suburbios de los que ella misma procede. Por el otro, The reaping, de James Cox (director de Wonderland, un biopic sobre la estrella del porno John Holmes), en la que la actriz encarnar¨¢ a una investigadora enredada en un misterio sobrenatural. Adem¨¢s, a¨²n quedan pendientes de estreno dos filmes rodados en 2004: Red dust, sobre la Sur¨¢frica posterior al apartheid, y 11:14, destino fatal, un thriller contado al rev¨¦s que transcurre en una sola noche y en el que debuta como productora ejecutiva.
Desde luego, sus planes tras el segundo Oscar son m¨¢s prometedores que las ofertas que le llegaron despu¨¦s de Boys don't cry. Aunque las comparaciones con los de Jamie Foxx, su equivalente masculino, ganador del Oscar al mejor actor por Ray, pueden resultar odiosas: el actor robaplanos de Collateral tiene cuatro proyectos en su agenda. Aunque a Hilary, probablemente, nada de esto le quite el sue?o. Despu¨¦s de todo, est¨¢ acostumbrada a llevar la contraria. Y puede que Hollywood est¨¦ aprendiendo por fin a tratar con ella.
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