Ver pasar los trenes

Basada en la novela de Irvine Welsh, Trainspotting se convirti¨® en una pel¨ªcula-fen¨®meno de los a?os noventa. No s¨®lo descubr¨ªa a una nueva generaci¨®n de j¨®venes actores brit¨¢nicos (Ewan McGregor a la cabeza -rapada- de todos ellos), sino que daba un nuevo giro al cine social brit¨¢nico, capitaneado por la mirada seca y realista de Ken Loach. Trainspotting, al ritmo de la m¨²sica de Underworld (su tema de la banda sonora se bail¨® fren¨¦ticamente en las discotecas de toda Europa), narraba la vida de tres drogadictos en Glasgow. El t¨ªtulo, Trainspotting, hace referencia al aburrido -e hipn¨®tico- pasatiempo de ver pasar y pasar los trenes. Un tren que, sin embargo, no perdi¨® el director de la pel¨ªcula, Danny Boyle, que logr¨® que su filme fuera un referente generacional dentro y fuera de su pa¨ªs.

La cr¨ªtica recibi¨® frontalmente dividida el filme. Mientras en la taquilla segu¨ªa su imparable camino, se escuch¨® de todo: elogios desatados para un visionario y contundentes descalificaciones para una "eleg¨ªa de la mierda y el bacalao rancio".