Cultura e inserci¨®n
Cualquier persona que vive en otro pa¨ªs deber¨ªa ser el primero en insertarse culturalmente. No hacerlo comporta que el grado de a?oranza de las ra¨ªces propias sea inversamente proporcional al nivel de inserci¨®n cultural del pa¨ªs donde se vive y trabaja. Estas actitudes generan, la mayor¨ªa de las veces, concentraciones de personas que viven al margen de la cultura del lugar donde se hallan. Este sentimiento de desarraigo genera que organizaciones, privadas o no, lo exalten, realicen apolog¨ªa del mismo y lo hagan crecer para beneficio suyo, y hace aumentar, en las mismas personas, m¨¢s sentimiento de desarraigo.
La mayor¨ªa de asistentes a Can Zam o a la Feria de Abril no han realizado esfuerzos serios para integrarse. Insertarse culturalmente es participar en enriquecer la cultura de donde uno vive y trabaja. Catalu?a somos todos por la simple raz¨®n de que vivimos aqu¨ª. Pedir que otros hagan proyectos integradores no parece ser el mejor camino para desarrollar una cultura com¨²n de y para todos.
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