Otro caballero granadino
Recojo aqu¨ª en el t¨ªtulo el que Francisco Ayala mismo traz¨® en 1992, para la etopeya con la que evoc¨® a "un caballero granadino" de origen cervantino, don ?lvaro Tarfe, inventado antes por el ap¨®crifo Avellaneda, pero que confiesa ante el verdadero don Quijote (el de Cervantes) la falsedad de su encuentro con el falso al cruzarse en un mes¨®n durante el viaje de vuelta de una Zaragoza donde no llegaron a estar. Se trata de una "invenci¨®n", la segunda de esta recopilaci¨®n de art¨ªculos ayalinos, despu¨¦s de las quince "indagaciones" anteriores de la primera parte, tras la maravillosa recreaci¨®n de El rapto, con el que en 1965, el decano imbatible de todos nuestros escritores vivos reescribi¨® de original¨ªsima manera un episodio del Quijote de verdad, el del secuestro de la muchacha Leandra que sale intacta de los brazos de Vicente de la Rosa, su moralista (?) raptor, ambientaci¨®n recreada en el ¨¢mbito de los obreros espa?oles emigrantes en Alemania, de aquellos mismos a?os sesenta.
LA INVENCI?N DEL QUIJOTE
Francisco Ayala
Punto de Lectura. Madrid, 2005
368 p¨¢ginas. 8,25 euros
Ya al borde del siglo que se
le echa encima, Ayala ha elaborado este libro conmemorativo recopilando viejos y nuevos textos de toda ¨¦poca e ¨ªndole, escritos a ambos lados del Atl¨¢ntico, durante m¨¢s de medio siglo. Ayala estren¨® su exilio tras la guerra, de la que sali¨® a los 36 a?os tras haberlo perdido todo escribiendo su inmortal relato de Di¨¢logo de los muertos y un texto en La Naci¨®n de Buenos Aires de 1940 sobre 'Un destino y un h¨¦roe', que inaugura aqu¨ª esta recopilaci¨®n de textos cervantinos con su habitual serenidad, precisi¨®n y sabidur¨ªa, te?ida cuando hace falta de cr¨ªtica, sarcasmo y la conveniente mala uva que solemos llamar granadina, bajo la que se esconde su ternura, alegr¨ªa y un optimismo que siempre nos permite respirar.
Tras un pr¨®logo de V¨ªctor
Garc¨ªa de la Concha (que tambi¨¦n le incluye una entrevista que le hizo en ?nsula en 1991), Ayala publica aqu¨ª un reciente texto ('Cervantes y yo', 2004) en el que cuenta c¨®mo de ni?o tropez¨® con las palabras "malsonantes", de don Quijote, inolvidable lecci¨®n de la que pronto aprender¨ªa, frente a su propia educaci¨®n burguesa. Y luego, antes de las dos "invenciones" ya citadas y antes del final real (dos discursos, uno al recibir el Premio Cervantes, en 1992, y otro ante el Congreso de la Lengua de Rosario, el a?o pasado) entramos en los 15 cap¨ªtulos de "indagaciones", esto es, en la parte m¨¢s viva y doctrinal del volumen, que empieza, como he dicho, con el texto sobre 'Un destino y un h¨¦roe'. Luego se entra en lo m¨¢s serio, en la verdadera Invenci¨®n del Quijote (1947), donde declaradamente se alinea al lado de Am¨¦rico Castro y frente a Unamuno, apostando por la cultura y sabidur¨ªa de Cervantes, que no fue en todo caso el creador lego e intuitivo que se crey¨®. Dos de los ensayos m¨¢s deslumbrantes del volumen son el dedicado al Nuevo arte de hacer novelas (1958) y El t¨²mulo (1963) sobre la gran poes¨ªa de Cervantes que es el soneto con estrambote al t¨²mulo a la tumba de Felipe II. M¨¢s tarde viaja a la actualidad para describirnos una pelea en Nueva York entre Norman Mailer y Gore Vidal (Artes y Letras, 1977) o ironiza sobre costumbrismos o nacionalismos en La aventura del rebuzno (1991), reivindica El teatro de Cervantes (1991) o El mito de Cervantes (1995). Una lecci¨®n ¨¦tica y est¨¦tica, pol¨ªtica y moral para siempre.
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