"Auschwitz es la ant¨ªtesis de la Revoluci¨®n Francesa"
Profesor em¨¦rito de la Universitat Pompeu Fabra, Josep Fontana (Barcelona, 1931) es una referencia obligada para los historiadores que investigan los siglos XVIII y XIX espa?oles. Disc¨ªpulo de Jaume Vicens Vives, es autor de obras fundamentales como La quiebra de la monarqu¨ªa absoluta o El fin del antiguo r¨¦gimen y la industrializaci¨®n, 1787-1868, incluido en la Historia de Catalu?a que dirigi¨® Pierre Vilar.
Pregunta. ?La Revoluci¨®n Francesa es todav¨ªa el gran hito que abre la era contempor¨¢nea?
Respuesta. Es uno de los hitos esenciales de lo que podr¨ªamos llamar las aportaciones europeas al mundo contempor¨¢neo. La identidad europea, a mi entender, se compone de tres cosas. Por una parte la Ilustraci¨®n, que significa la creaci¨®n de una cultura cr¨ªtica, netamente europea. En segundo lugar, la Revoluci¨®n Francesa, que implica una lucha por los derechos humanos, y que se diferencia fuertemente de la norteamericana en que ¨¦sta es una revoluci¨®n de propietarios, mientras que aqu¨¦lla tuvo un fuerte impulso popular. El tercer elemento lo identifico con la Primera Internacional, es decir, con la lucha por los derechos sociales. Considero estos tres factores los rasgos diferenciadores de la identidad europea.
P. ?Estamos ante el nacimiento del Estado moderno y en cierto modo ante el embri¨®n del futuro Estado de bienestar?
R. Como m¨ªnimo, estamos ante la consolidaci¨®n del parlamentarismo. El Estado de bienestar lo relaciono m¨¢s con la lucha por los derechos sociales de la Primera Internacional. La Segunda Guerra Mundial, en Europa, es a un tiempo una guerra contra el fascismo y a la vez el momento de nacimiento de ese Estado, el momento en que empieza a llamarse as¨ª. En el fondo, esa guerra es, al menos en teor¨ªa, una lucha por el mantenimiento de los derechos heredados de la Revoluci¨®n Francesa.
P. Se conmemoran ahora los 60 a?os de la liberaci¨®n de los campos de concentraci¨®n nazis. ?No representan Auschwitz, Hiroshima o tal vez las Torres Gemelas la cruda contemporaneidad mejor que la lejana Revoluci¨®n Francesa?
R. Est¨¢bamos hablando de aportaciones positivas: ni Auschwitz, ni Hiroshima ni los atentados contra las Torres Gemelas lo son. En todo caso son obst¨¢culos en ese camino. Auschwitz representa la ant¨ªtesis de la Revoluci¨®n Francesa, del conjunto de los valores europeos. Si algo distingue el marco pol¨ªtico europeo es justamente la resistencia a los imperios. Los intentos de Napole¨®n y Hitler duraron poco, y los anteriores, como el Sacro Imperio Romano Germ¨¢nico, no tuvieron la menor trascendencia. Auschwitz es el precio del fracaso de un imperio. Hiroshima es algo de m¨¢s dif¨ªcil interpretaci¨®n, un principio y un final, o casi, en la medida en que despu¨¦s de Nagasaki ya no vuelve a haber ning¨²n nuevo uso del arma nuclear. Y quiz¨¢ lo m¨¢s grave del 11 de setiembre, del atentado contra las Torres Gemelas, es la forma en que est¨¢ siendo utilizado en nombre de la lucha contra el terrorismo para combatir todos los valores que yo identifico con Europa.
P. Pero el Estado que nace en esa Europa es el Estado-naci¨®n, que entrar¨¢ en sangrientos conflictos con los nacionalismos rom¨¢nticos.
R. No hay que confundir naci¨®n y Estado. Yevgueni Primakov, primer ministro ruso, dec¨ªa que si en el mundo hay 150 Estados y 2.000 nacionalidades y etnias, es evidente que la soluci¨®n no puede pasar por la identificaci¨®n del Estado con la naci¨®n. La confusi¨®n surge en el siglo XIX, cuando se fabrica ese monstruo h¨ªbrido llamado Estado-naci¨®n. La Ilustraci¨®n une la idea de Estado a la de un contrato social entre unos s¨²bditos y un Gobierno que los dirige. Pero a lo largo de los siglos XIX y XX ocurre que los Estados, para legitimarse, se identifican con las naciones, y eso comporta la invenci¨®n de historias nacionales ad hoc, una aberraci¨®n que no ha conducido m¨¢s que a desastres. Por eso es preciso diferenciar entre la naci¨®n, que es un hecho fundamentalmente cultural y de conciencia, y el Estado, que deber¨ªamos volver a basar en la idea del compromiso social.
Babelia
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