Poco p¨²blico, alg¨²n observador y mucha seguridad
Poco, muy poco p¨²blico atrajo la primera jornada del juicio m¨¢s importante contra Al Qaeda celebrado hasta ahora en Europa. Una traductora estadounidense de cuarenta y tantos a?os afincada en Espa?a desde hace tiempo -aqu¨ª vivi¨® el 11-S- parec¨ªa ser la ¨²nica que no era periodista ni allegada de los acusados. La mujer eludi¨® dar su nombre y explic¨® que acudi¨® por curiosidad, como investigadora y escritora, "pero a¨²n sin obra", confes¨®. "Esperaba largas colas, pero ?si no hay ni estudiantes de Derecho!". Aunque no hubo filas, la seguridad fue f¨¦rrea.
Buena parte de las sillas de la sala de vistas quedaron vac¨ªas. La pecera de los acusados y el estrado de sus abogados -alguno tiene m¨¢s de uno- estaban, en cambio, llenos. Entre la veintena de familiares y amigos de los 24 hombres que se sientan en el banquillo hab¨ªa m¨¢s mujeres que hombres. Cinco de ellas se cubr¨ªan la cabeza con el hiyab (pa?uelo isl¨¢mico).
S¨®lo la esposa del periodista estrella de Al Yazira Taysir Alony, la ceut¨ª F¨¢tima Hamed, habl¨® de buena gana con los periodistas. Defendi¨® la inocencia de su marido y pormenoriz¨® ante c¨¢maras y micr¨®fonos la peripecia que vive su familia desde el arresto de Alony. Y se volvi¨® a casa con la alegr¨ªa de que su marido, el ¨²nico reportero que ha logrado una entrevista con Osama Bin Laden tras el 11-S, podr¨¢ salir a pasear, "que es lo que le hace falta". Alony tiene problemas de salud y hasta ayer s¨®lo pod¨ªa dejar su casa para ir al m¨¦dico porque estaba bajo arresto domiciliario.
El resto de los parientes de los acusados se atrincher¨® tras sus acompa?antes. "Enti¨¦ndalo, esto es muy duro", pidi¨® la esposa de uno de ellos, que no quiso dar su nombre ni el de su marido. "La prensa nos ha tratado muy mal", apostill¨® otra mujer, a su lado.
Familiares y amigos lanzaron a los acusados alg¨²n beso, gestos de saludo e intercambiaron palabras ley¨¦ndose los labios.
Musulmanes y cristianos
Tambi¨¦n asisti¨® una docena de miembros de la Comisi¨®n ?rabe de Derechos Humanos, una organizaci¨®n pan¨¢rabe de abogados. Estos letrados, cristianos y musulmanes, van a analizar "el caso seg¨²n el derecho anglosaj¨®n, latino y ¨¢rabe", explic¨® su portavoz, el sirio Haytham Manna, poco antes de empezar la vista. Cada d¨ªa acudir¨¢ uno de ellos.
El abogado iraqu¨ª afincado en Londres Khalid Issa Taha resumi¨®, durante el receso, su primera impresi¨®n: "[Los acusados] pueden estar sentados, beber agua y se les deja hablar libremente; eso est¨¢ bien". Lo que ya le pareci¨® peor fue que no hubiera traducci¨®n al franc¨¦s o el ingl¨¦s.
Algunos periodistas se sentaron entre el p¨²blico de la sala; la mayor¨ªa -hay acreditados 120 de 94 medios procedentes de 14 pa¨ªses- sigui¨® la vista a trav¨¦s de una pantalla en la sala de prensa. Desde all¨ª se pudo ver c¨®mo durante el descanso gran parte de los acusados se arremolin¨® en torno a Abu Dahdah, supuesto jefe de la c¨¦lula espa?ola de Al Qaeda, que dirig¨ªa la charla.
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