El Papa busca un ba?o de multitudes
Roma espera acoger hoy a 36 jefes de Estado en la ceremonia de entronizaci¨®n papal
?Ser¨¢ capaz un intelectual como Benedicto XVI de establecer un contacto espont¨¢neo con las masas? La respuesta podr¨ªa llegar hoy, porque el Papa tiene previsto romper el protocolo y recorrer un tramo en un veh¨ªculo por la plaza de San Pedro en la misa inaugural de su pontificado. Se preve que acudan medio mill¨®n de peregrinos (100.000 alemanes) y 140 delegaciones oficiales, con 36 jefes de Estado y de Gobierno. Espa?a estar¨¢ representada por los Reyes, Don Juan Carlos y Do?a Sof¨ªa, y por los ministros de Exteriores, Justicia y Defensa.
El trayecto del Papa en autom¨®vil descapotable entre los peregrinos ser¨¢ el momento m¨¢s delicado para los responsables de la seguridad, que han puesto en marcha un dispositivo similar al organizado para el funeral por Juan Pablo II, con 5.000 agentes desplegados. Las calles que rodean la bas¨ªlica de San Pedro se cerrar¨¢n al tr¨¢fico, al igual que el espacio a¨¦reo sobre Roma. La OTAN ceder¨¢ sus aviones-radar Awacs para vigilar el cielo de la ciudad, y el Ej¨¦rcito italiano tendr¨¢ listos sus misiles.
En la plaza de San Pedro y en la v¨ªa de la Conciliazione, desde donde seguir¨¢ la liturgia la mayor parte de los fieles, se ha aislado ya entre vallas met¨¢licas un camino que podr¨ªa ser el que recorra en autom¨®vil Benedicto XVI, necesitado cuanto antes de un ba?o de multitudes que rompa el aire fr¨ªo, profesoral, que se desprende de sus palabras y gestos. Joseph Ratzinger es un intelectual de talla, pero un Papa debe ser capaz tambi¨¦n de comunicar su carisma pastoral a las masas.
La ocasi¨®n que hoy se le presenta para romper el hielo, e inaugurar una relaci¨®n de complicidad con los fieles, es excepcional, por la magnitud de la cifra de asistentes y de telespectadores que seguir¨¢n la ceremonia en directo por televisi¨®n. La coreograf¨ªa de la misa inaugural, mil veces ensayada por la Iglesia, incluye la entrega al pont¨ªfice del anillo del Pescador que llevar¨¢ hasta la muerte, y la imposici¨®n del palio, una estola de lana de cordero con cruces negras bordadas que simboliza su autoridad suprema, toda vez que la tiara papal ha quedado en desuso.
A la ceremonia asistir¨¢ la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica en pleno, adem¨¢s de una nutrida representaci¨®n del poder pol¨ªtico internacional. En primera fila, no lejos del altar, se sentar¨¢n los Reyes de Espa?a, los de los belgas y los de Suecia, el gobernador de Florida, Jeb Bush, y el canciller alem¨¢n, Gerhard Schr?der, entre otros. La delegaci¨®n italiana, de 300 miembros, ser¨¢ la m¨¢s numerosa. Esta vez no asistir¨¢ el presidente espa?ol, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, pero en su lugar han venido los ministros de Exteriores, Miguel ?ngel Moratinos; Justicia, Juan Fernando L¨®pez Aguilar, y Defensa, Jos¨¦ Bono, uno de los pocos cat¨®licos practicantes del Ejecutivo socialista. El PP estar¨¢ representado en la plaza de San Pedro por su presidente, Mariano Rajoy, su secretario general, ?ngel Acebes, y el portavoz, Eduardo Zaplana.
Entre los dignatarios habr¨¢ un sitio para Georg Ratzinger, de 81 a?os, hermano del pont¨ªfice y ¨²nico miembro vivo de su familia. El mayor de los Ratzinger, sacerdote jubilado residente en Alemania, ha comentado que el Papa le llam¨® para invitarle a la ceremonia, y que no se lo pens¨® dos veces: "Al Papa se le obedece", dijo.
Ser¨¢ una misa cargada de simbolismo y tan solemne como la de despedida a Karol Wojtyla, aunque sin las l¨¢grimas que se vieron entonces. Todo est¨¢ preparado para que sea inolvidable. El camino que recorrer¨¢ el Papa estar¨¢ sembrado con p¨¦talos de flores, y miles de rosas, lirios y gladiolos adornar¨¢n las columnatas de Bernini.
En este ambiente de belleza y esplendor, Benedicto XVI leer¨¢ su importante homil¨ªa, que contendr¨¢ algunas pistas sobre su pontificado. Pero el momento que los fieles esperan es el que les permita ver de cerca al pont¨ªfice. Falta por saber si es capaz de transmitir algo del calor y la simpat¨ªa que hicieron de su antecesor un ¨ªdolo de masas.
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