Estabilidad financiera
La m¨¢s evidente de las contrapartidas del cada d¨ªa m¨¢s intenso y extenso proceso de globalizaci¨®n financiera es la sucesi¨®n de crisis de esa naturaleza, de una amplitud tambi¨¦n verdaderamente global. Prevenir las mismas se ha convertido en una prioridad de las instituciones multilaterales, particularmente de aquellas, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), que acaban estando directamente involucradas en la gesti¨®n de las mismas.
El Global Financial Stability Report (GFSR) es quiz¨¢s el m¨¢s concreto de esos exponentes que reflejan los nuevos centros de atenci¨®n del FMI. Nacido en marzo de 2002, en el seno del Departamento de Mercados Internacionales de Capital, pretende suministrar un diagn¨®stico regular de los mercados financieros globales con el fin de identificar potenciales debilidades que puedan revestir un alcance sist¨¦mico: que puedan acabar determinando crisis financieras globales. En marzo de 2003 sustituy¨® su frecuencia trimestral por la actual semestral, pero en modo alguno se ha resentido la calidad de sus an¨¢lisis, el detalle con el que se revisan cada uno de los mercados en las distintas ¨¢reas econ¨®micas y la relevancia de sus advertencias. Acad¨¦micos y profesionales con intereses en las finanzas internacionales tienen en este informe una herramienta rigurosa y completa.
Global Financial Stability Report. Market Developments and Issues
Fondo Monetario
Internacional
ISBN 1-58906-418-6
La ¨²ltima de las ediciones de ese informe, el correspondiente a abril de 2005 (http://www.imf.org / External / Pubs / FT / GFSR / 2005 / 01 / index.htm), lo present¨® en el Banco de Espa?a la pasada semana su responsable, Gerd Haeusler. De su intervenci¨®n, sintetizadora de las conclusiones del informe, no pueden deducirse alarmas especiales sobre la estabilidad financiera global. La rentabilidad y la solvencia de las instituciones que conforman el n¨²cleo del sistema financiero global son muy favorables: "En caso de tormenta, los ¨¢rboles disponen de s¨®lidas ra¨ªces". Los bancos en particular, tambi¨¦n en la mayor¨ªa de las econom¨ªas emergentes, han continuado mejorando sus sistemas de gesti¨®n de riesgos, al tiempo que fortalec¨ªan su bases de capital. De forma menos generalizada, pero suficientemente expl¨ªcita en Europa, las compa?¨ªas de seguros tambi¨¦n han aumentado sus ratios de solvencia y han avanzado en un mayor equilibrio de sus carteras de activos entre aquellos de renta fija y los de renta variable.
La conclusi¨®n es inequ¨ªvoca: el sistema financiero como un todo dispone hoy de mayor capacidad de resistencia a una crisis: son menores las posibilidades de extensi¨®n global de ese tipo de perturbaciones. Ello no significa, sin embargo, que puedan excluirse crisis de entidades financieras individuales o de prestatarios soberanos. La diferencia es que no tendr¨ªan un impacto sist¨¦mico. En palabras de Haeusler, episodios aislados podr¨ªan incluso tener el saludable efecto de la advertencia: de reducir la "sobreconfianza" y llamar la atenci¨®n sobre alguno de los riesgos existentes.
Uno de ellos es precisamente la situaci¨®n de "superabundancia de liquidez" que domina el panorama financiero desde hace dos a?os.
El nivel extremadamente bajo de los tipos de inter¨¦s a largo plazo, el pronunciado descenso de las primas de riesgo que la ha acompa?ado, el no menos excepcional estrechamiento de los diferenciales crediticios, es la expresi¨®n de ese exceso de confianza. Las posibilidades de reversi¨®n, cuando menos de correcci¨®n, no son del todo descartables, y con ellas, las de bruscas alteraciones en los precios de los activos financieros. En un mundo altamente integrado, esas perturbaciones no ser¨ªan en modo alguno locales. La entrada de la econom¨ªa global en una fase de prolongada recesi¨®n ser¨ªa el factor desencadenante de un deterioro de las calidades crediticias como el mencionado. Afortunadamente, ¨¦se no es un escenario contemplado en esta edici¨®n del informe.
Una recomendaci¨®n final: lean el cap¨ªtulo 3. Est¨¢ dedicado a la situaci¨®n financiera de las familias: al cambiante perfil de riesgos asumidos por las mismas en la mayor¨ªa de las econom¨ªas avanzadas. Aunque no hay referencias expresas a Espa?a, sus an¨¢lisis, por pertinentes, nos resultan de gran utilidad.
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