Diecisiete compa?eros ratifican que Jokin sufri¨® insultos y palizas antes de morir

El 22 de septiembre de 2004, s¨®lo un d¨ªa despu¨¦s de que Jokin se quitara la vida, la direcci¨®n del centro donde estudiaba -el instituto Talaia de Hondarribia, Guip¨²zcoa- expedient¨® y apart¨® de clase a siete alumnos y una alumna. Ayer, esos ocho menores fueron juzgados en San Sebasti¨¢n como presuntos responsables del acoso, moral y f¨ªsico, que soport¨® el joven de 14 a?os antes de morir. Diecisiete compa?eros de Jokin declararon ayer como testigos protegidos y ratificaron que el muchacho fue v¨ªctima de una persecuci¨®n sistem¨¢tica. El juicio continuar¨¢ el mi¨¦rcoles.

Antes incluso de que la autopsia revelara que Jokin hab¨ªa sufrido palizas en los d¨ªas previos a su muerte, la direcci¨®n del instituto ya hab¨ªa se?alado a ocho de sus compa?eros. La jefa de estudios, Concepci¨®n Salaberria, fue la encargada de incoar el expediente. En ¨¦l se sorprend¨ªa de que los ocho alumnos hubieran reconocido de forma tan r¨¢pida su participaci¨®n en los hechos. Incluso de que dos de ellos admitieran haber golpeado fuertemente al chaval. Ayer, Salaberr¨ªa ratific¨® su informe ante la juez de menores de San Sebasti¨¢n, Nieves Uranga.

El juicio se celebr¨® a puerta cerrada y en una sala especialmente acondicionada para proteger la identidad de los menores, tanto de los imputados como de los testigos. Los alumnos de 4?A de ESO del instituto Talaia insistieron en lo que ya se sab¨ªa y no es objeto de discusi¨®n: durante los d¨ªas previos a su muerte, Jokin sufri¨® un aut¨¦ntico calvario de golpes. "Las collejas eran continuas", declar¨® uno de los menores, "y tambi¨¦n le llamaban chivato y le insultaban dici¨¦ndole cag¨®n".

Seg¨²n el psiquiatra I?aki Viar, que intervino en la vista a petici¨®n de la familia de Jokin, existe un v¨ªnculo evidente entre el acoso que sufri¨® el joven y su decisi¨®n de quitarse la vida. "Es claro", se?al¨®, "que existe una causa efecto en el trastorno disociativo que le llev¨® a una depresi¨®n aguda que fue determinante". En este sentido, tambi¨¦n se manifest¨® el psiquiatra Luis Rojas Marcos. Si bien la juez Uranga se ha negado a incluir en la vista el testimonio del psiquiatra radicado en Nueva York -que tendr¨ªa que haber intervenido a trav¨¦s de videoconferencia-, finalmente aceptar¨¢ su testimonio escrito.

Durante la sesi¨®n de ayer, y adem¨¢s de los menores, la jefa de estudios y el psiquiatra, declar¨® el padre de Jokin. Tambi¨¦n estaba prevista la comparecencia de la madre, que no pudo hacerlo por prescripci¨®n facultativa. No obstante, la fiscal insisti¨® en su presencia y la emplaz¨® de nuevo para la continuaci¨®n de la vista, que se celebrar¨¢ el mi¨¦rcoles.

El padre del muchacho quiso dejar claro ayer que no es la familia de Jokin la que ha sentado en el banquillo a ocho de sus compa?eros: "Primero fue el propio instituto el que se?al¨® a quienes cre¨ªa que eran culpables. Y luego fue la fiscal¨ªa la que investig¨® de oficio y formul¨® su acusaci¨®n sobre esos ocho. Nosotros s¨®lo estamos presentes porque tenemos que velar por el ¨²nico menor que no puede estar hoy aqu¨ª: nuestro hijo Jokin".

La familia de Jokin s¨ª present¨® denuncia en el juzgado de Ir¨²n (Guip¨²zcoa) contra el director y tres profesoras del instituto Talaia. El juez admiti¨® la denuncia e inculp¨® a los cuatro por un presunto delito de "omisi¨®n del deber de impedir la comisi¨®n de delitos". En su denuncia, los padres del chaval calificaban de "imposible la ignorancia del profesorado", habida cuenta de que todas las agresiones se produjeron en las instalaciones del centro educativo, y que algunas de ellas dejaron huellas de sangre e hinchaz¨®n en el rostro de su hijo. Adem¨¢s, en una ocasi¨®n, la mofa se perpetr¨® en presencia de la profesora de Biolog¨ªa, una de las imputadas. La denuncia de la familia extiende la responsabilidad civil al centro educativo y a la Consejer¨ªa vasca de Educaci¨®n.

Dentro de la tristeza, los familiares de Jokin se mostraron ayer reconfortados ante el hecho de que fueran tantos los antiguos compa?eros de su hijo que acudieran a declarar. Todos menos uno vinieron a se?alar que los acusados intervinieron, en mayor o menor medida, en los insultos. S¨®lo uno extendi¨® la responsabilidad a todo el alumnado. A¨²n ayer, los padres de Jokin segu¨ªan sin entender c¨®mo los profesores no fueron capaces de atajar el sufrimiento de su hijo.