Ecclestone rega?a a Schumacher
El patr¨®n de la F-1 critica a los pilotos, sobre todo al alem¨¢n, por su trato al p¨²blico y a la prensa
Es el jefe, el hombre que controla el circo y est¨¢ en todas las batallas de la F-1. Cuando acaba de llegar a un acuerdo con los bancos que dominan el accionariado de su ex empresa SLEC, y discute todav¨ªa las condiciones de un nuevo acuerdo marco que involucre a todas las escuder¨ªas -a Ferrari ya la ha convencido-, Bernie Ecclestone abre otro frente, incluso m¨¢s peligroso. En unas declaraciones al diario brit¨¢nico The Independent, el presidente de la FOA asegura que los pilotos deber¨ªan acercarse m¨¢s al p¨²blico y a la prensa.
"Los pilotos no tratan al p¨²blico como deber¨ªan", asegura Ecclestone con la clarividencia propia de un gran conocedor de la F-1. "Hacen mucho dinero con este negocio y me alegro mucho por ellos, pero ser¨ªa bueno que firmaran algunos aut¨®grafos e hicieran algunas entrevistas m¨¢s".
"Michael se entrevista a s¨ª mismo tras las carreras y luego da la cinta a los periodistas"
Ecclestone pone como ejemplo de la situaci¨®n que se est¨¢ viviendo a Michael Schumacher y le considera uno de los culpables de este distanciamiento. "Creo que se hace una entrevista a s¨ª mismo despu¨¦s de las carreras y si alg¨²n periodista quiere saber lo que piensa, entonces los jefes de prensa del equipo les pasan la cinta. Es muy buena persona, pero la gente ha dejado de entenderle porque se siente muy lejos de ¨¦l".
Schumacher no se prodig¨® especialmente por el paddock del Gran Premio de San Marino, en Imola. M¨¢s bien todo lo contrario. Y lo mismo ocurri¨® con el espa?ol Fernando Alonso, el gran protagonista de la que fue una carrera excepcional. Los contactos de los dos con los medios de comunicaci¨®n se hacen cada vez m¨¢s espor¨¢dicos. Hablan en las conferencias de prensa oficiales y poco m¨¢s. Schumacher ni siquiera suele acudir a la conferencia privada con los periodistas italianos o alemanes. Alonso y su representante, Luis Garc¨ªa Abad, se imponen el h¨¢bito de hablar con los espa?oles despu¨¦s de los entrenamientos y de las carreras.
"Creo que pilotos como Eddie Irvine o Jacques Villeneuve, que no ten¨ªan pelos en la lengua, ayudaban m¨¢s a vender una imagen m¨¢s humana de este deporte", agrega Ecclestone. Sin embargo, el patr¨®n de la F-1 vuelve a poner el dedo en la herica, cuando argumenta que el problema fundamental radica en que los equipos han establecido unos par¨¢metros excesivos de protecci¨®n hacia sus pilotos, que les impiden incluso actuar con libertad. "Ahora", prosigue, "si los pilotos dicen algo que se salga un poco de las normas, el jefe del equipo les da un rapapolvo. As¨ª que nadie abre la boca. En los 60, a los pilotos les importaba muy poco lo que hac¨ªan o dec¨ªan sus jefes".
En el paddock hay algunos pilotos, como Nick Heidfeld o Ralf Schumacher, y la mayor¨ªa de los secundarios, a los que puede verse conversando en la puerta de los motorhomes de sus respectivos equipos. Sin embargo, algunos otros apenas aparecen y cuando lo hacen es protegi¨¦ndose con su tel¨¦fono m¨®vil o con un cord¨®n de seguridad.
Las entrevistas a Schumacher o a Alonso se dan con cuentagotas. El departamento de prensa de Renault, por ejemplo, ofrece como ¨²nica posibilidad para tener cinco o 10 minutos privados con el asturiano la de acudir a los tres briefings que realizar¨¢ en toda la temporada: el primero se produjo en Australia, el segundo ser¨¢ en EEUU y el ¨²ltimo en Shanghai.
Sin embargo, m¨¢s que con los medios de comunicaci¨®n, el problema fundamental que presenta la F-1 es que los pilotos est¨¢n siempre muy alejados del p¨²blico. Y ah¨ª hay pocas soluciones. En los circuitos el contacto es imposible: el ¨²nico acercamiento en el GP de Espa?a, la siguiente carrera del calendario, se producir¨¢ el jueves, cuando se abra el pit-lane al p¨²blico con entrada. Donde realmente se produce el contacto es en los actos de promoci¨®n o publicitarios. Pero incluso all¨ª el acceso suele ser restringido y los pilotos acuden m¨¢s por obligaci¨®n que por devoci¨®n.
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